DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illus. 2002, 22, 551-609.

Robert JÜTTE, Motzi EKLÖF; Marie C. NELSON (eds.). Historical aspects of unconventional medicine. Approaches, concepts, case studies, Sheffield, European Association for the History of Medicine and Health Publications, 2001, xii, 288 pp. ISBN: 0-9536522-2-X.

Este conjunto de capítulos, la última entrega de los que nos viene ofre-ciendo desde 1995 la European Association for the History of Medicine and Health, se centra en el estudio histórico de formas de sanar diferentes a los que en cada momento y lugar supusieron la corriente médica principal. Pretende, como tal, inscribirse en la tendencia historiográfica que, especialmente en las dos últimas décadas, ha sometido a escrutinio esta realidad. Así lo reconoce Robert Jütte en su introducción en la que nos ofrece una somera revisión de los principales hitos de esta línea de investigación. Varios de los capítulos de la recopilación que nos ocupa muestran la creciente madurez que están alcanzando los estudios históricos sobre el pluralismo asistencial con un nivel de sofisticación que no tenían los publicados a inicios de los años ochenta del pasado siglo.

El interés de este libro, como indica su subtítulo, se centra, precisamente, en presentar una serie diversa de enfoques, conceptos y estudios de caso que ayuden a analizar lo que los editores del libro se decantan por denominar medicina no convencional. El asunto de los términos que se han usado y se usan para nombrar las diferentes alternativas asistenciales es materia de comentario
en varios capítulos. Se transforma en uno de los ejes del libro y el principal objetivo del capítulo de Robert Jütte que desde la atalaya que le otorgan sus numerosos estudios sobre la realidad germánica nos ofrece un interesante capítulo sobre la diversidad semántica de los términos que se han usado y se usan, para definir las medicinas alternativas, dentro del marco conceptual de la profesionalización de la medicina. El alcance de sus pesquisas queda, sin embargo, algo limitado por el excesivo énfasis en la realidad alemana. Por otro lado, el ámbito temático del libro que se ocupa tanto de sanadores populares como de la homeopatía, el espiritismo o la medicina tradicional china, hace extremadamente comprometida la elección de un término paraguas que no lleve a equívocos. De hecho varios capítulos se encargan de subrayar esta dificultad pues, a pesar del título del libro, el discutible adjetivo alternativo/alternativa sigue apareciendo en la cabecera de los mismos. El problema terminológico está íntimamente ligado al problema de definir la realidad a estudiar bajo el título de medicina no convencional. Junto a él, los problemas conceptuales, las fuentes apropiadas para el estudio del pluralismo asistencial y la necesidad de ir construyendo síntesis que mejoren nuestro acercamiento a esta realidad son las coordenadas en las que se mueven los diferentes y un tanto dispares capítulos. El objetivo conjunto del libro es, por tanto, plantear y mostrar soluciones a la pregunta ¿cómo puede estudiarse desde una perspectiva histórica la medicina no convencional? Las diferentes respuestas a esta pregunta, primariamente comunicaciones a un seminario internacional celebrado en Norrkoping, Suecia, en septiembre de 1998, han sido agrupadas por los editores en varios apartados.

Las aportaciones que se agrupan en un primer conjunto de capítulos se centran en el estudio de las continuidades, los cambios, y las comparaciones que deben de conducir a una historia de la medicina no convencional. Junto al capítulo de Jütte y a otro de Claudine Herzlich escrito desde el punto de vista de la sociología francesa resultan del mayor interés los dos siguientes. En uno de ellos Marijke Gijswijt-Hofstra, con su habitual solvencia, plantea con notable claridad la necesidad de introducir la perspectiva de género a la hora de analizar las formas de sanar alternativas. Junto con un estado de la cuestión, la autora holandesa va planteando interrogantes y futuras líneas de pesquisa que seguro abrirán perspectivas a los lectores de su trabajo. En qué sentido se usó o se practicó la medicina convencional como una manera de construir las identidades de género se plantea como un tema apasionante. Muy interesante resulta, así mismo, la aportación de Martin Dinges quien, con la experiencia de varios años consagrado a la historia de la homeopatía, plantea la necesidad de utilizar el enfoque comparativo para un más cabal conocimiento de la posición de esta forma de medicina no convencional a nivel mundial y abandonar esquemas que se basan tan solo en las realidades nacionales o en los ya mas trillados marcos centroeuropeo y norteamericano.

El segundo grupo de capítulos aborda el estudio de algo que, como queda puesto de manifiesto en los mismos, resulta muy difícil de definir. Se trata de lo que en castellano llamaríamos, con muchos matices, «curanderismo» y que las autoras se decantan por llamar «quackery» en el título de sus capítulos, si bien luego se encargan de acotar en sus exposiciones qué sanadores y en qué circunstancias merecen esta denominación. Las investigaciones que han dado lugar a estos trabajos se centran en los últimos doscientos cincuenta años y en el área geográfica de los países nórdicos. Resultan pues muy de agradecer puesto que nos ponen en contacto con trabajos que, por estar escritos en idiomas habitualmente poco accesibles, no suelen manejarse. Todos ellos parten de investigaciones más extensas y suponen una buena puesta al día del trabajo sobre la historia de la medicina no convencional en estos países. Como perspectiva conjunta y, a diferencia de lo que nos es más familiar en el área mediterránea, llama la atención la tardía aplicación de medidas que tratasen de asegurar la hegemonía en el manejo de la salud y la enfermedad de los sanitarios formados regularmente, frente a otros tipos de posibilidades terapéuticas y asistenciales que iban desde la venta de medicamentos patentados a la actividad de sanadores populares de actividad preferentemente rural. Este último ámbito se muestra en toda su riqueza, así como la complejidad de las interacciones entre los sanitarios autorizados y los «quacks». En este contexto de tardía implantación de métodos de control profesional la herramienta heurística del «mercado médico» resulta más aplicable que en otras realidades, como la de la corona hispánica, donde la existencia de seculares mecanismos de regulación previos al desarrollo del capitalismo lo hacen menos útil.

Un tercer grupo de capítulos se centra, precisamente, en el estudio de la profesionalización, dedicándose estudios a los casos la homeopatía en el Reino Unido y en Islandia. Sin embargo, de este bloque la contribución que resulta más relevante es la firmada por Michael Stollberg que utilizando el marco conceptual del mercado médico en la Bavaria del siglo XIX estudia la presencia de la medicina alternativa y de los sanadores irregulares (de nuevo las dificultades terminológicas), en un contexto en el que, a partir de 1873, cualquier persona con o sin título podía llevar a cabo actividades médicas y cobrar por ello unos honorarios. Lo más sobresaliente del trabajo es la utilización como fuente de una serie de encuestas realizadas en cada uno de los 250 distritos bávaros entre 1873 y 1895 que recogieron la actividad de una serie de sanadores irregulares y también las llevadas a cabo por sanitarios «regulares» como cirujanos-barberos, matronas y boticarios. Esta riquísima y singular fuente permite un acercamiento muy interesante a la realidad de la medicina alternativa más allá del abordaje exclusivamente centrado en los grandes debates que ha primado hasta ahora en muchos de los estudios dedicados, por ejemplo, a la homeopatía. El trabajo de Stollberg permite un acercamiento a la complejidad y a las fluctuaciones de lo «irregular», a las modas de diferentes alternativas terapéuticas y a sincretismos que en las elites no aparecen tan evidentes. Sus conclusiones, si bien aplicables en principio solo al caso bávaro, animan a profundizar en el estudio de la cotidianeidad de la práctica de las medicina alternativa, lo que seguramente llevará a desdibujar fronteras y oposiciones demasiado claramente dibujadas entre lo «regular» y lo «irregular», lo «convencional» y lo «no convencional».

El último conjunto de capítulos está dedicado a «Conceptos médicos, ciencia y sistemas médicos alternativos» en el que se incluyen dos contribuciones sobre la medicina china y otra, muy interesante, sobre diferentes tipos de sanadores que supusieron una alternativa terapéutica relevante en la Alemania del tránsito entre el siglo XIX y el XX como los hipnotizadores, magnetizadores, espiritistas y espiritualistas, neomesmeristas, etc. Los dos capítulos sobre la medicina china se centran en la difícil utilización de conceptos provenientes de otros sistemas médicos cuando sus propuestas terapéuticas son utilizadas en otra cultura en la que las formas de ver el mundo no son congruentes con ellas. Algunas expresiones utilizadas por la medicina china al diagnosticar a través del pulso y términos usados por acupuntores noruegos formados previamente en la medicina científica occidental sirven de ejemplo para mostrar las dificultades que supone la comunicación entre diferentes sistemas médicos.

En conjunto, pues, el libro presenta un buen abanico de trabajos que utilizando perspectivas, fuentes y ámbitos geográficos diversos vienen a incidir en la relevante contribución que el estudio de «otras» formas de sanar esta aportando a la historiografía médica. Cómo llamar, definir, conceptuar a estas «otras» formas de sanar sigue siendo un reto, principalmente porque es difícil contar con fuentes adecuadas —como las que utiliza Stollberg— para acercarse a la práctica de estas medicinas no convencionales. La necesidad de síntesis basadas en la comparación y la introducción de perspectivas tan fructíferas como la de género son aportaciones claras de este volumen. No obstante este objetivo sintetizador aún queda lejos pues es necesario abrir el arco geográfico y utilizar esquemas interpretativos que se acomoden a otras realidades históricas, menos subsidiarias del esquema del mercado médico.

Por otro lado el libro, como todos los de la European Association for the History of Medicine and Health, presenta una útil bibliografía conjunta que siempre supone una herramienta útil para quien tiene interés en seguir las múltiples pistas abiertas por esta recopilación de capítulos. Lástima que otros aspectos relacionados con la composición del libro hayan sido algo menos cuidados.

ENRIQUE PERDIGUERO GIL
Universidad Miguel Hernández