DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illus. 2000, 20, 553-598.

W. F. BYNUM; Caroline OVERY (eds.). The Beast in the Mosquito: the Correspondence of Ronald Ross & Patrick Manson, Amsterdam-Atlanta, GA., Editions Rodopi B.V. [Clio Medica, 51; The Wellcome Institute Series in the History of Medicine], 1998, 528 pp. ISBN: 90-420-0721-4 (Paper), 90-420-0731-1 (Bound).

Este libro da a conocer, por primera vez, las 255 cartas que se conservan de las cursadas entre los médicos británicos Ronald Ross (1857-1932), firmante de 135, y Patrick Manson (1844-1922), autor de las 120 restantes, entre el 9 de abril de 1894 y el 14 de diciembre de 1920. Se ofrece así una sustancial aportación a la historia de la formación de la Parasitología, pues permite el acceso directo a esta fuente capital que se había usado hasta la fecha sólo a través del empleo que de ella hizo el propio Ross en sus Memorias, publicadas después de la muerte de Manson. La mayoría de estas cartas y telegramas se custodia en la London School of Hygiene and Tropical Medicine, algunas en el Royal College of Physicians and Surgeons de Glasgow y otras cuantas las guarda un descendiente de Manson. El grueso de esta correspondencia (170 cartas, que son también las más extensas) cubre la estancia en la India de Ronald Ross, entre 1895 y 1899. La edición se completa con una minuciosa anotación (personas, publicaciones, relaciones cruzadas), un índice temático no menos detallado, un glosario, un apéndice biográfico que incluye las figuras más sobresalientes de las citadas en la correspondencia y una introducción en 20 páginas, clara y precisa. En ella se nos presentan, sucesivamente, a los protagonistas del intercambio epistolar, sus relaciones durante el tiempo hindú, que incluye la elucidación por Ross del problema de la transmisión del paludismo a través de una determinada especie de mosquitos, sus relaciones en Inglaterra una vez repatriado aquel y asentado en Liverpool, y la etapa final de enfriamiento. La correspondencia es, primariamente, un intercambio científico; en este sentido, abundan los esquemas y dibujos, recogidos mediante escaneo. Su primera preocupación es la parasitología y en particular el problema palúdico. Escoceses ambos, su pensamiento estuvo imbuido de la mentalidad imperial británica, sin sombra alguna de duda. La investigación era una vía para el Imperio, y la acechanza de rapaces alemanes, italianos, franceses o norteamericanos actuaba como el mejor acicate en sus trabajos. Recordemos que Ross, médico del servicio militar británico en la India, conoció a través de Manson, notoria personalidad establecida en Londres, no sólo la forma de observar el plasmodio malárico en sangre, sino que obtuvo lo que llamó la Grand Induction, esto es la hipótesis de trabajo de que los mosquitos ocupaban un lugar en la cadena de transmisión del parásito —de modo similar a lo establecido por Manson para la filariasis en 1877-78—. Ross no sólo consiguió demostrar que el plasmodio se desarrollaba en el interior del mosquito, sino que la enferme-dad se contraía sólo mediante la picadura de un mosquito infectado. Sus hallazgos experimentales se realizaron en julio de 1898, mediante el empleo de pájaros, y condujeron a una enojosa batalla de prioridades con el grupo de investigadores italianos en torno a Giovanni B. Grassi (1854-1925), quienes a partir de agosto del mismo año desvelaron el ciclo palúdico en seres humanos, exactamente con los mismos elementos. El Nobel concedido en solitario a Ross en 1902 no sirvió para resolver la polémica, sino que la avivó por el desaire sufrido por los paludólogos mediterráneos.

Pero, como afirman los editores en su límpida introducción, no sólo se trata de mosquitos y parásitos. La relación epistolar, que se inició como un vínculo discipular en la distancia (durante el periodo indostánico, la frecuencia de los intercambios, mediada por las dos semanas de correo, era, aproximadamente de 2 ó 3 cartas de Ross por cada una de Manson), trata también de personas, y muy señaladamente del propio Ross. Muestra con claridad lo que los editores tildan de culture of complaint del joven ambicioso, que encerrado en los límites de las ordenanzas y la rutina militares, conforme se va fortaleciendo en su habilidad investigadora pretendió alcanzar una mayor proyección social y, para conseguirla, presionó a Manson, quien no le negó su apoyo en los momentos decisivos. Este apoyo era bidireccional, por supuesto, en la medida que las aportaciones del joven discípulo ampliaban la legitimación de la nueva disciplina de Medicina Tropical, que Manson propugnaba y al servicio de la cual se crearon importantes instituciones docentes y de investigación y se abrieron líneas de financiación. A medida que el interés de Ross cambió de orientación desde los contenidos y progresos científicos a los de la vindicación de su aportación personal, esto es la preocupación por su partici-pación en el descubrimiento del modo de transmisión del paludismo, se ad-vierte igualmente el enfriamiento sufrido en las relaciones entre ambos. Es significativo que Manson conociera la concesión del Nobel a Ross por los periódicos, o que no exista una carta de condolencia de Ross por la muerte del hijo de su mentor. Al mismo tiempo, esta correspondencia nos transmite la excitación del inquisidor ante la naturaleza, cuando el curioso alcanza the very breathless heights of science. Altitud donde el aire aparentemente se enrarece hasta afectar de tal manera la percepción que puede quebrar incluso los más fuertes vínculos amistosos. Pero el respeto y la gratitud no son estrictamente cuestiones de justicia, sino expresión de generosidad moral.

ESTEBAN RODRÍGUEZ OCAÑA Universidad de Granada