Loading multimedia control...

Cabecera-fija-aula-psi.jpg

LA CONFORMIDAD: EXPERIMENTO DE SOLOMON ASCH

Los estudios realizados por Solomon Asch entre 1951 y 1955 han aportado relevantes datos sobre el comportamiento de los seres humanos ante la presión social. Estos estudios, hoy por hoy, son considerados clásicos en Psicología Social. El diseño experimental consistía básicamente en que Asch pedía a los participantes que respondiesen a unos problemas de percepción. Concretamente solicitaba de los sujetos que indicase en un conjunto de tres líneas de diferente tamaño cual de ellas se asemejaba más a una línea estándar o de prueba (la de la izquierda en el dibujo).

 

Esta sencilla tarea no debería resultar difícil para una persona de capacidades intelectuales medias, sin embargo los sujetos experimentales no siempre decían la respuesta correcta. Realmente el experimento no consistía en una prueba de percepción sino  que trataba de ver como la presión de grupo fuerza a variar los juicios. Las pruebas del experimento se realizaban a un grupo de unas seis u ocho personas, de las cuales solo uno era verdaderamente un sujeto experimental ya que los demás (sin saberlo el sujeto experimental) eran cómplices de investigador. Durante algunos de los ensayos de las pruebas (ensayos críticos) los cómplices daban respuestas claramente erróneas, es decir, elegían de forma unánime una línea equivocada como pareja de la línea de prueba (por ejemplo, en el dibujo la línea 1 en vez de la 2, que sería la correcta). Además emitían sus respuestas antes de que el verdadero sujeto experimental respondiera. En esta tesitura, muchos de los sujetos experimentales optaron por decir lo mismo que los cómplices del experimentador, es decir, optaron por las respuestas falsas, de facto, estuvieron de acuerdo con la respuesta equivocada el 37% de las veces. Por el contrario, solo el 5% de sujetos que respondieron a las mismas preguntas sin cómplices (es decir, sin presión de grupo) cometieron errores. En diferentes estudios el 76% de los sujetos apoyaron las respuestas falsas del grupo al menos una vez, esto es, optaron por la conformidad.

Otro dato interesante que se desprenden de estos trabajos es que cerca de un 25% de los sujetos no cedieron nunca a la presión del grupo. También hemos de señalar que hubo sujetos que siguieron al grupo en casi todas sus respuestas.

En otra serie de experimentos Asch hacía intervenir a un sujeto que rompía la unanimidad de juicio existente y podía emitir: o bien la respuesta correcta antes de que emitiese la suya el auténtico participante, o elegía una respuesta entre la que daba el grupo y la correcta o en tercer lugar daba una respuesta más errónea que la de la mayoría. En los dos últimos casos este individuo rompía con la unanimidad del grupo pero seguía en desacuerdo con el sujeto experimental. Los resultados obtenidos por Asch muestran que en esta tres condiciones la conformidad se reduce. De manera sorprendente, la reducción de la conformidad era mayor cuando el cómplice que discrepaba escogía una respuesta peor que la de la mayoría. Todo esto sugiere que la unanimidad del grupo es crucial. Es más fácil resistir a la presión de grupo cuando en él no existe unanimidad.

En estudios posteriores se constató que cuando los sujetos emitían sus juicios no en voz alta sino escribiéndolos en un papel, la conformidad se reducía drásticamente. Este resultado señala la relevancia de distinguir entre conformidad pública (hacer o decir lo que hacen o dicen los otros) y la aceptación privada (sentir realmente como los otros). En muchas situaciones de nuestra vida cotidiana seguimos normas sociales y nos conformamos (sucumbimos a la presión de grupo), pero no por ello mudamos nuestras opiniones personales (esto es, no hay aceptación privada).

Asch, S. (1951). Effects of group pressure on the modification and distortion of judgements. En H. Guetzkow (ed.), Group, leadership and men. Pittsburgh: Carnegie Press

Keywords: conformidad, presión  grupal, unanimidad