La polémica sobre Kant (1789-1796)
(1990) "El pensamiento alemán..." vol. II. pp. 12-14. Completa el tema con Herder, Hamann y Jacobi, muy conciso y breve.Bibliografía:
Colomer, Eusebi
Cassirer, E. El problema del conocimiento, vol. III, pp. 12-158. Profunduzación amplia de los mismos autores.
Villacañas, J.L. (2001) La filosofía del Idealismo alemán vol. I, pp. 23-46. Desde la perspectiva de la religión. Más útil para estudiar la polémica sobre Spinoza.
Del criticismo al idealismo.- En el marco del Romanticismo se desarrolla un debate estrictamente técnico sobre las consecuencias del criticismo kantiano y su posible solución en el idealismo.
El dilema superstición-incredulidad.- Reinhold Entre los años 1789 y 1791 escribió tres obras sobre los equívocos del kantismo y sobre la noción de "representación" (Vorstellung). Piensa que Kant le libró de la superstición ni en la incredulidad, alternativa que planteaba la polémica sobre Spinoza. Kant establece en la primera crítica los límites del saber y en la segunda crítica la primacía de la moral. Reinhold quiere reconstruir la primera mediante una crítica de la representación: si la representación es algo diverso de lo representado y del representante y se refiere a ambos. La representación es la síntesis de sujeto y de objeto, de representante y representado. La representación salva el abismo entre noúmeno y fenómeno. La parte activa y formal la da el sujeto y la parte material el objeto. Una vez que deja de enseñar en Jena, Reinhold, Fichte le sustituye y seguirá profundizando en la misma dirección. Reinhold se convierte en partidario de Fichte, adoptando luego la doctrina de Jacobi.
El cruce de las causalidades.- Schultze, publica en 1792 su famoso "Enesidemo" que es una crítica a la doctrina de Reinhold. La obra es anónima y recurre a un escéptico griego Enesidemo, para defender la tesis de que el criticismo no va más allá del empirismo de Hume. Por un lado, la cosa en sí es la causa real del fenómeno por otra, la causalidad real del sujeto es la categoría "causalidad". La primera pone la materia y la segunda, la forma. La consecuencia es que la cosa en sí si es causa real no es incognoscible y si no es causa. Piensa Schulze que es un callejón sin salida. Y acusa a Kant de haber dado el mismo salto indebido del pensar al ser que él denuncia en el argumento ontológico de S. Anselmo y los racionalistas.
El Ensayo sobre la filosofía transcendental de Salomón Maimón (1790).- La cosa en sí no puede estar fuera de la conciencia. Si estuviera fuera, sería una "no-cosa", semejante a un número imaginario que expresa una magnitud no real. La cosa en sí es real y debe ser expresada por un número irracional que tiende al infinito. Es un concepto-límite. Concluye que la forma de la conciencia es consciente pero la materia, no. Siguiendo a Leibniz, piensa que debemos concebir la materia como las monadas perceptivas de Leibniz: con el grado ínfimo de conciencia que tiende a cero. La cosa en sí queda convertida en algo inmanente a la conciencia.
Jakob Sigismond Beck, defensor de Kant.- Escribe una monumental defensa de Kant: "Compendio esclarecedor de los escritos críticos de Kant" (1796). Hay que conocer el punto de vista central de Kant y discernir los problemas parciales, desde aquel centro hermenéutico. Desde una postura kantiana, se va alejando y declara que la cosa en sí no es real sino un producto de la representación. Ese punto de vista central es la unidad sintética de la apercepción como fuerza dinámica. De esa unidad depende la forma y la materia del conocer. Dos años antes la "Doctrina de la Ciencia", es el fruto de todos estos intentos, superando el criticismo kantiano y dejando paso al idealismo.