LA VAJILLA DE BARNIZ NEGRO DE POLLENTIA: LA HABITACIÓN Z

THE BLACK GLAZE POTTERY FROM POLLENTIA: THE Z ROOM

María Isabel MANCILLA CABELLO


Resumen
Se presenta el estudio de un conjunto cerámico de barniz negro recuperado en una taberna del foro de la ciudad romana de Pollentia (Alcúdia, Mallorca). Dicho material permite ubicar cronológicamente la construcción de este espacio en el s.I aC.

Abstract
In this paper we anounse a pottery asamblage of black glaze recovered from a “taberna” of the “foro” of the roman village of Pollentia. This material allow us to date the construction of this space during of  I century bc.

Palabras clave:
Pollentia, taberna, tardo-republica, barniz negro, criterios de observación macroscópica.

Key words:
Pollentia, taberna, late-republican period, black glaze pottery, macroscopic observation criteria.


INTRODUCCIÓN

Pollentia se halla ubicada al norte de la isla de Mallorca, en un punto estratégico entre las bahías de Alcúdia y Pollensa (ORFILA PONS et al. 1999: 99). Como resultado de las diferentes intervenciones llevadas a cabo en el yacimiento desde los años 20 del siglo XX, momento en que comienzan los trabajos arqueológicos, se han documentado una serie de espacios perfectamente definidos como son, entre otros: el teatro, el foro, barrios residenciales como Sa Portella, estructuras defensivas y varias necrópolis.

De 1995 a 2000 se excava, entre otras zonas del Foro, una taberna a la que se le llamó Habitación Z, ubicada en la ínsula de Tabernae al oeste del foro. Como resultado se obtiene, junto a otras producciones, un importante conjunto cerámico de vajilla de barniz negro, objeto de estudio en este trabajo.


HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN DEL BARNIZ NEGRO DE POLLENTIA

Los estudios se inician en los años 70 con la publicación del estudio comparativo que Martín (1974) realiza del material recuperado en las excavaciones llevadas a cabo en tres ciudades del Mediterráneo Occidental fundadas a lo largo del siglo II aC., según informan las fuentes clásicas, como eran: Albintimilium (180 aC.), Valentia (138 aC.) y Pollentia (123 aC.) En el caso de ésta última, la autora estudió los materiales procedentes de la Calle Porticada del barrio de Sa Portella, zona que proporcionó una interesante secuencia estratigráfica que abarca desde época prerromana hasta época tardía (MARTIN 1974: 342-343). De todos ellos, Martín se centra en los niveles VI al III, ya que, aunque en todos aparecieron en mayor o menor medida fragmentos de barniz negro, eran éstos los datados por sus excavadores en época republicana. Además, dado que, tal y como explica la autora este material estaba siendo objeto de un estudio más exhaustivo por parte de G. Trías, ella se limita, para hacer la comparación con los otros dos yacimientos, a presentar una mera relación de fragmentos y formas que agrupa en las tres clases universales de Lamboglia, que completa con la descripción del contexto cerámico de cada nivel. En líneas generales, este primer estudio resultó bastante novedoso e interesante por las comparaciones con los contextos de las otras dos ciudades.

En 1973 Arribas, Tarradell y Woods publican el primer volúmen de la memoria de las excavaciones llevadas a cabo entre 1957 y 1959 en Sa Portella. Ésta contiene una completa descripción de los niveles arqueológicos, estructuras de habitación y contextos cerámicos documentados en esta zona. En cuanto al barniz negro, únicamente se hace referencia a las clases identificadas (A, B y C), sin más información. Quizás esta parquedad fuese debida a que con anterioridad este material había sido estudiado por Martín, o se estaba realizando un análisis más detallado del material por parte de G. Trías,  que finalmente no vió la luz.

Hasta la década de los noventa el barniz negro no vuelve a ser objeto de ninguna publicación. En 1993 el Equip d´excavació de Pollentia publica un interesante estudio sobre un conjunto de materiales de época tardorrepublicana aparecidos en el interior de un pozo localizado en una de las tabernae del Foro (pozo D-18). Dentro del conjunto de cerámica fina, el barniz negro constituía el grupo más importante ya que representaba poco más del 75% del total de las piezas de vajilla de mesa (EQUIP D´EXCAVACIÓ 1993: 227-228). En cuanto a su descripción, los autores se centran principalmente en las formas, dejando en un segundo plano las características técnicas de la pasta y del barniz, brevemente descritas tras su observación macroscópica a simple vista. No obstante apuntan la existencia de dos grupos dentro de las cerámicas de tipo B a partir de sus características técnicas (EQUIP D´EXCAVACIÓ 1993: 229-230).

En 1996 se publica el libro de Les cerámiques de vernís negre de Pollentia en el que se estudian los materiales procedentes de diferentes intervenciones llevadas a cabo en el yacimiento como: las trincheras realizadas en 1949 junto a la cara externa de la muralla occidental de Sa Portella cuyos resultados siguen inéditos; las excavaciones de Sa Portella realizadas entre 1957 y 1963, cuyo material fue objeto de una primera publicación, a la que ya nos hemos referido; las excavaciones llevadas a cabo en la finca Can Reinés, en donde se halló el Foro, y que habían proporcionado hasta la fecha un volúmen reducido de cerámica de barniz negro, excepción hecha del relleno del pozo D-18, y la excavación del teatro en 1952 que proporcionó un pequeño número de piezas. De nuevo, en esta publicación prima el estudio de las formas frente al de las características técnicas.

En 1998 se publica un pequeño apéndice sobre la cerámica recuperada en dos sondeos realizados en las habitaciones M y N de la Ínsula de Tabernae al oeste del Foro, en los que Principal expone brevemente las producciones identificadas (campaniense A, variante “tardía” y B, mayoritariamente del área de Campania septentrional) y las formas (A: L5/F2255 y L31ab/F2574; B: L3/F7553, M.P.127/F3120 y L5/F2250). Data al conjunto cerámico a partir del último cuarto del siglo II aC., más próximo al último decenio de dicha centuria, dado el repertorio formal y equilibrio entre ambas producciones y la ausencia de la forma L1/F2310-2330, muy frecuente en contextos occidentales datados entorno a la primera mitad-mediados del siglo I aC.

En la mesa redonda celebrada en Ampúrias en 1998, y publicada en el año 2000, Sanmartí y Principal, siguiendo el cuestionario propuesto por los organizadores de la reunión, presentan un breve artículo acerca de la cerámica hallada en Pollentia hasta 1995.


DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL CERÁMICO

Para el estudio y descripción del material se definieron una serie de criterios de observación macroscópica a partir de los trabajos de Pedroni (1986), Cau (1997) y Buxeda et al. (1991), recogidos en la Memoria de Licenciatura “La Habitación Z y el Pórtico de la Calle Oeste de la Ínsula de Tabernae al Oeste del Foro de la ciudad romana de Pollentia (Alcúdia, Mallorca). La vajilla de barniz negro” (dirigida por la catedrática de Arqueología, Dña. Margarita Orfila y defendida por Maria Isabel Mancilla Cabello en la Universidad de Granada en 2001) los cuales fueron aplicados por igual a todos los individuos cerámicos objeto de estudio (formas y amorfos con decoración, grafiti y/o lañado), y en los que se intentó evitar, en la medida de lo posible, los aspectos subjetivos. Así pues, en la búsqueda de la objetividad, todas las observaciones se realizaron con el Esteromicroscopio LEICA ZOOM TM 2000 bajo unas mismas condiciones de luz y siempre sobre fracturas recientes.

La observación macroscópica del material nos permitió diferenciar dentro del conjunto varias producciones que a continuación pasamos a describir:

Campaniense A

Pasta (fábrica): de color marrón anaranjado, aunque a veces tiende hacia tonos rojizos. Presenta numerosas inclusiones de color blanquecino, dorado, negro y plateado, predominando generalmente las primeras. Es muy porosa, siendo frecuente la presencia de vacuolas y en algunos casos, grietas. Las líneas del torno aparecen bien marcadas tanto en el interior como en el exterior de las piezas, aunque suele ser más frecuente en ésta última. Generalmente los pies suelen presentar irregularidades, especialmente en la zona de reposo.

Barniz: en líneas generales es de color negro, aunque a veces pueden presentar tonalidades marronáceas. Las superficies son rugosas como consecuencia de las marcadas líneas de torno. El barniz generalmente es espeso, aunque en algunas aparece muy diluido. Si bien presentan casi siempre un barniz brillante y muy metálico, a veces no es así, ya que algunas cerámicas, concretamente las que tienen tonalidades marronáceas, generalmente son mates. Esta doble coloración del barniz se ha documentado también en ciudades como Baetulo y Aeso e Ilerda (GRAU I SEGÚ et al. 2000: 72; PAYÁ MERCÉ 2000: 232). En ocasiones sucede que dependiendo de la parte del fragmento que se observa, exterior o interior, es mate o brillante. No existe, pues, homogeneidad en el barniz ni en lo referente al color ni al brillo, de hecho es frecuente encontrar lo que se ha descrito como pequeñas zonas de tonalidad metálica y más brillantes que el resto, o por el contrario, zonas de color más pardo y menos brillantes que el resto de la superficie, que si lo era. Posiblemente estas pequeñas irregularidades en el brillo del barniz sean debidas al proceso de cocción, aunque no se puede afirmar. El barniz aparece, o bien erosionado (borde, carena, zona de reposo del pié y fondo interior de las piezas), o bien desconchado (zonas del interior y exterior) o bien agrieteado (exterior), o incluso perdido casi completamente. En general se encuentra mal conservado.

Las marcas de manufactura más frecuentes son, por una lado las provocadas por el sistema de aplicación del barniz como son marcas digitales en zonas próximas al pié o fondo del recipiente y zonas en reserva en el interior de los pies, y por otro, discos de apilamiento en los fondos internos como consecuencia de la colocación de los vasos dentro de la cámara de cocción.

Decoración: predominan dos tipos de decoración; círculos incisos en el fondo y bandas o círculos pintados en blanco bajo el borde o en el fondo, respectivamente, y en la mayoría de los casos de trazado muy irregular.

Todas estas características técnicas pertenecerían a la variante tardía de la Campaniense A datada entre el 100 y el 50/40 aC. (AQUILUÉ ABADÍAS et al. 2000: 400) cronología que algunos investigadores (ADROHER AUROUX et al. 1996) proponen alargarla hasta el primer cuarto del siglo I dC., en determinadas regiones, por el proceso de amortización de esta vajilla. Dicha fase tardía corresponde al período final de la producción que representa una pérdida de calidad del producto.

Barniz negro B

Dentro de este conjunto se han distinguido dos subgrupos a partir, principalmente, de las características de la fábrica. Dicha diferenciación se propone como posible, a la espera de futuros análisis arqueométricos que puedan aportar más datos. Estos dos conjuntos corresponderían a cerámicas de barniz negro fabricadas en dos zonas de Italia: Etruria y Cales.

• Barniz negro B (Etruria)

Pasta (fábrica): de color beige, aunque a veces tiende a tonos anaranjados. Presenta escasas inclusiones, las cuales son de tamaño fino y homométrico. Las partículas son de color negro, dorado, granate y blanquecino, siendo éstas últimas las que predominan. La pasta es porosa y presenta algunas vacuolas de pequeño tamaño.

Las marcas de manufactura que se observan son de dos tipos: bien líneas de torno levemente marcadas en el interior y exterior de la pieza, o bien, líneas de facetado en la zona exterior del borde, resultado éstas de la aplicación de plantillas a la hora de modelar las piezas.

Barniz: es de color negro, aunque a veces tiende a tonos azulados, espeso y brillante, aunque no siempre homogéneo, ya que algunas piezas presentan pequeñas zonas de tonalidad metalizada y más brillante que el resto de la superficie, tanto en el interior como en el exterior, que posiblemente sean resultado del proceso de cocción. Las superficies son muy suaves. En cuanto a la adherencia, el barniz aparece en líneas generales bien conservado, aunque a veces presenta en el exterior pequeñas zonas erosionadas en el borde y aristas, o bien zonas tanto del interior como del exterior con pequeños desconchones o grietas.

Las marcas de manufactura observadas en estas piezas son marcas digitales en la zona próxima al pie, y zonas en reserva en el interior.

Son piezas de una gran calidad técnica.

Decoración: en este pequeño conjunto se documentaron dos tipos de decoración, una de ellas la apuntamos como posible. La primera es una combinación de decoración impresa e incisa. Se trata de dos círculos incisos y en el centro decoración de estrías a ruedecilla (Fig.6 n°133). La segunda, que es la que recogemos como posible es decoración en relieve. Realmente no se ha conservado ningún motivo, pero las marcas dejadas en dos zonas del asa de la posible F5210 (figura 5, pieza n° 99) nos llevan a apuntar dicha posibilidad.

• Barniz Negro B (Cales)

Pasta (fábrica): es de color beige anaranjada en la mayor parte de los casos, aunque a veces presenta también tonalidades marronáceas, y en menor medida grisáceas. Contiene numerosas inclusiones de color negro, blanquecino, dorado, plateado y granate, predominando principalmente las de color negro. El tamaño de las partículas no es homométrico, así por ejemplo, las de color blanquecino suelen presentar en algunos caso un mayor tamaño que el resto. La fábrica de estas cerámicas es porosa, observandose a veces la presencia de algunas vacuolas, y en raras ocasiones alguna pequeña grieta.

Las líneas de torno aparecen levemente marcadas principalmente en el exterior de las piezas, aunque en algunos casos también en el interior. Por otro lado, también se distinguen las líneas de facetado en el exterior, y sobre todo en la zona del borde.

Barniz: es de color negro, y en la mayor parte de los casos de tonalidad azulada, aunque también puede presentar tonos verde oliva, lo cual no es muy frecuente. La superficie es suave, y en raras ocasiones se presenta rugosa en el exterior. El barniz suele ser siempre espeso, generalmente brillante, y a veces presenta también irisaciones. En algunos casos es mate, aunque no es lo más usual. Se ha observado en ciertos individuos una diferencia en cuanto al brillo entre el exterior y el interior de éstas, así pues, puede ocurrir que el barniz sea mate o brillante, según observemos el exterior o el interior. En cuanto a la homogeneidad del barniz, podemos encontrar piezas en las que éste lo sea, aunque generalmente ocurre que la tonalidad no es uniforme, presentando así, tanto en el interior y/o exterior zonas, bien de tonos pardos y más o menos brillantes, o a veces mates, o bien otras de tonalidad metalizada y con mayor brillo que el resto de la superficie. Por otro lado pueden darse también diferencias en la intensidad del brillo entre el interior y el exterior de una misma pieza. Quizás estas pequeñas irregularidades sean debidas al proceso de cocción.

El barniz aparece en líneas generales bien conservado. No obstante, suelen presentar algunas zonas erosionadas, a veces sólo levemente, como el borde, zonas próximas a éste, líneas de facetado, asas, aristas y zona de reposo. También aparecen pequeños desconchones, tanto en el interior como en el exterior, así como en torno a las marcas de lañado, y en menor medida grietas, éstas sólo en el exterior. En muy pocos casos se ha perdido en parte o por completo el barniz.
 
Las marcas de manufactura más frecuentes son, por un lado, las marcas digitales entorno al pié o zonas próximas a éste, y por otro, los fondos en reserva. En algunas bases hemos observado la presencia de discos de apilamiento, aunque realmente éstos no son muy frecuentes.

Decoración: se han documentado tres tipos de decoración como son impresa, incisa y la combinación de ambas. Todas aparecen en la base de los recipientes. Los principales motivos son:

- Decoración impresa de estrías a ruedecilla: no es muy frecuente, de hecho se ha documentado sólo en una ocasión (Fig.4, n° 67).

- Decoración incisa de círculos concéntricos: es la segunda más frecuente en el conjunto estudiado. Los círculos se presentan, bien individualmente, es decir un único círculo, bien dos círculos, que es lo más habitual, o también se da un caso en el que dos círculos concéntricos rodean a un tercero que se localiza justo en el centro de la base.

- Decoración de círculos incisos y decoración impresa de estrías a ruedecilla. Se trata de la técnica decorativa mejor representada en este grupo. Dicho motivo presenta diferentes combinaciones:

- un círculo inciso rodea por el exterior la decoración impresa de estrías a ruedecilla.

- dos círculos incisos concéntricos rodean por el exterior la decoración impresa de estrías a ruedecilla. Concretamente, se ha documentado un caso (figura 6, n° 121) en el que el círculo aparece sobre la decoración impresa, lo cual quizás indique que a la hora de aplicar la decoración primero se realiza la impresa y posteriormente la incisa. Por otro lado, también se ha documentado otro caso (Fig. 6, n° 124) en el que parece existir una superposición de motivos de estrías a ruedecilla, las cuales están rodeadas por el exterior por dos círculos concéntricos perceptibles únicamente con la lupa binocular. Quizás se trate de una posible rectificación decorativa.

- dos círculos incisos concéntricos rodean, uno por el exterior y otro por el interior, la decoración impresa de estrías a ruedecilla.

- tres círculos incisos concéntricos rodean, dos por el exterior y uno por el interior, la decoración impresa de estrías a ruedecilla.

- dos pares de círculos concéntricos, uno por el exterior y otro por el interior, rodean la decoración impresa de estrías a ruedecilla.

La diferenciación que hemos realizado a partir del análisis macroscópico y la bibliografía consultada la apuntamos como posible dada la complejidad que este grupo cerámico presenta. Por otro lado, en referencia tanto a la campaniense A como a la cerámica de barniz negro B, decir que algunos individuos presentan concrecciones calcáreas en el interior, exterior o en ambos lados de la pieza, y en otros casos, acumulaciones de carbonatos, que podrán deberse a los procesos deposicionales y postdeposicionales. Éstos también podrían ser la causa de las pérdidas de barniz que muchas piezas presentan, aunque parte de ellas igualmente se explicarían por el uso continuado de esta vajilla.

Las marcas de manufactura documentadas tanto en la campaniense A como en el Barniz negro B, son de dos tipos:

Lañado: sistema muy común de reparación de piezas cerámicas, el cual se realiza con una grapa de plomo que une dos agujeros practicados en cada uno de los fragmentos rotos en una zona próxima entre ellos y cercana igualmente a la línea de fractura (ADROHER AUROUX 1991:56-57). Se ha documentado en un individuo de barniz negro B de Cales (Fig. 6, n° 126) y se trata de un fragmento amorfo decorado con una línea incisa perteneciente a la base de una forma indeterminada el cual conserva parte de un orificio por el que se introduciría la laña.

Grafitis: el material epigráfico que presentan las piezas está constituido por esgrafiados realizados después de la cocción cuya extensión es muy reducida, así pues no sobrepasan los dos signos o letras. Concretamente se han documentado tres, dos sobre recipientes de campaniense A (L27ab/F2788 y L31b/F2950) (Fig.3, n° 45 y 54) y uno sobre un píxide (L3/F7550) (Fig.1, n° 12) de barniz negro B de Cales, todos ellos realizados en la pared exterior de éstos.

Los grafitis sobre cerámicas de barniz negro se habían documentado anteriormente en Pollentia; concretamente Velaza (1993 y 1996) analiza el material epigráfico aparecido sobre el conjunto de cerámicas estudiado por Sanmartí et al. (1996), en el cual distingue inscripciones de signario latino, ibérico, y otros que bien pueden responder a signos latinos, ibéricos o griegos, junto a otros sin atribución segura. Éstos, independientemente de su filiación gráfica y lingüística, y ante su brevedad son considerados como marcas de propiedad o indicaciones de carácter semejante (VELAZA FRIAS, 1996: 89-90).

En cuanto al material objeto de este estudio, la lengua utilizada parece ser, por una lado, la latina, de hecho se identifican claramente en un individuo las letras DV (L3/F7550), y en otro (L31b/F2950), parte de lo que apuntamos como una D. Por otro lado, un segundo grupo lo formaría la pieza (L27ab/F2788) con dos posibles signos o letras griegas (la primera podría corresponder a una gamma y la segunda a una eta o ro), no obstante habrá que esperar a que un especialista los analice detenidamente.

Imitaciones en pasta gris

Representado únicamente por un individuo, concretamente un fragmento de asa de forma indeterminada (Fig.6, n° 134). Las características técnicas no han podido ser descritas totalmente dado el mal estado en el que se encontraba la única pieza, lo cual nos lleva a considerar éstas como aproximadas.

Pasta (fábrica): es de color gris y con una matriz muy limpia, escasas inclusiones las cuales son de color plateado y marrón, predominando éstas últimas. La pasta es porosa, y presenta alguna vacuola.

Barniz: es de color negro y la superficie es rugosa.

Quizás este individuo pertenezca al llamado Grupo 1 (G1) de imitación en pasta gris del siglo I aC. de Sanmartí et al. (1996: 41), el cual parece estar próximo al Tipo D d´Hippona.  


LA HABITACIÓN Z EN ÉPOCA REPUBLICANA: LA VAJILLA DE BARNIZ NEGRO

En esta taberna se han documentado los siguientes niveles republicanos:

- nivelación de tierra endurecida realizada en la zona del foro como obra de ingeniería previa a las construcciones (ORFILA PONS 2000a y b),  

- nivel de marés desecho que corresponde al pavimento y nivel de uso de la taberna

- vertedero

El nivel de base o nivelación sobre la que se construye esta parte de la ciudad, y concretamente esta taberna, lo constituyen las UE´s 5185=5429=5445; cuyos materiales de pequeño tamaño y algunos muy rodados, proporcionan una cronología del s. I aC. (ORFILA PONS 2000b; MANCILLA CABELLO et al. 2000: 93). Dentro del conjunto cerámico recuperado en este nivel, en el cual no se ha documentado cerámica de barniz negro, destaca por su predominio la cerámica a mano (73%). En menor proporción están presentes también los materiales de importación como las ánforas (3,9%), la cerámica de paredes finas (2,4%), la cerámica de cocina (3,5%), la cerámica ibérica (0,6%) y la ebusitana (3,5%).
 
Asociado a los muros sur y oeste de la taberna, únicos límites conocidos en estado actual de la investigación para esta fase, se encuentra una nivelación (E-54) formada por gran cantidad de pequeñas piedras de marés (UE´s 5121=5091=5184= 5418=5506=5510=5517=5522=5521) y barro (UE´s 5099=5333=5443=5358) que constituiría el pavimento de la taberna en época republicana, documentado in situ y en muy buen estado únicamente en la esquina noreste de la habitación (UE5580) (MANCILLA CABELLO 2001: 65). Entre los materiales hallados en dicho pavimento que corresponden al nivel de uso, los productos fabricados a mano mantienen una importante presencia (15,6%), que continuará hasta el siglo I dC., tal y como se ha podido documentar en el pozo hallado bajo el Pórtico de la Calle Oeste, justo delante de la entrada a la Habitación Z (cuyos materiales están en fase de estudio), aunque es bastante menor que en el nivel de base. Se ha producido, pues, un importante incremento del resto de producciones escasamente representadas anteriormente, como la vajilla de barniz negro (10,1%), las paredes finas (4,4%) (formas Mayet II) y la cocina itálica (6%) (forma Vegas 2 y Rojo Pompeyano), aunque sin superar aún los valores de la cerámica hecha a mano, y especialmente las ánforas, que son las más abundantes en este conjunto (23%). Concretamente, en el pavimento aparecieron clavadas in situ seis ánforas itálicas Dressel IB, muy próximas unas de otras, y cuatro de ellas alineadas en paralelo al zócalo de la habitación (UE5135). Posiblemente la funcionalidad de esta taberna en época republicana tendría que ver con actividades relacionadas con transacciones de vino (ORFILA PONS et al. 1999: 104; ORFILA PONS (ed.) 2000a: 95).

En cuanto a la vajilla de barniz negro, indicar que predominan con un altísimo porcentaje los productos de campaniense A, en su variante tardía, concretamente presentan un 88,8%, frente al 11,1%  restante que ocupan los productos de barniz negro B (tanto de Cales como de Etruria, con un individuo cada uno) (figs. 1 y 2). Este porcentaje mayor de la campaniense A, se ha documentado también en Iesso (nivel de ocupación de la fase 3a datado en el segundo cuarto del siglo I aC.) (GUITART I DURAN et al. 2000: 221).

La forma L5/7 de campaniense A es la mejor representada con un 37,5% (F2283 y F2283-84), seguida por la forma L5 con un 12,5% (F2252 y F2255), por lo que la pátera constituye el recipiente más común dentro de este conjunto con el 50% del total. Otras formas con menor representación son la L8B (F2855 y F2940) y una posible L33b/F2974. A excepción de las formas L5 y L33b que pueden aparecer también en la variante media de la Campaniense A, las formas L5/7 y L8B suelen ser típicas de la variante tardía (AQUILUÉ ABADÍAS et al. (coord.) 2000: 400), no obstante por sus características técnicas todas parecen pertenecer a dicha variante, en la que también suele ser frecuente, especialmente en los yacimientos peninsulares, una elevada presencia de los platos o páteras L5/7. Este repertorio formal coincide con el hallado en el nivel V de la Calle Porticada de Sa Portella datado entre el 80 aC. y mediados del siglo I aC., con la diferencia de que en dicho nivel el Barniz Negro B es el que predomina, y el Barniz Negro C y las Imitaciones en pasta gris están presentes. En cuanto al barniz negro B, las dos formas halladas en este nivel de la Hab. Z, L3 y L10, pertenecen a la producción de Cales y de Etruria, respectivamente. Así pues, este contexto podría corresponder con los hallados en: el Depósito del sector occidental del oppidum de Burriac (Nivel I/fase 3); en Iluro: la calle Barcelona 45 (UE4028), calle Barcelona 38 (UE31 y 59) y calle Na Pau (UE1047); y Madá (sector 1, estrato de amortización del horno) datados entre el 75-50 aC. (GARCÍA ROSELLÓ et al. 2000: 66).

En Pollentia, el Pozo D-18 fue datado por el Equip d´Excavació (1993: 242) en el segundo cuarto del siglo I aC, a partir básicamente de la abundante presencia de la forma de paredes finas Mayet II y el predominio de la cerámica de barniz negro B. No obstante, un elemento a tener en cuenta también es la presencia en dicho pozo de un cuenco forma Mayet III. Dicha forma se ha documentado en los contextos de Iluro datados entre 50-25  aC., en los momentos finales de los datados entre el 75-50 aC. (GARCÍA ROSELLÓ et al. 2000: 66), así como en los de Baetulo datados a mediados del siglo I aC.(GRAU I SEGÚ et al. 2000: 79). Por tanto sería posible plantear la hipótesis de que dicho pozo se amortizara más concretamente a mediados de siglo. El terminus ante quem lo establecen los autores a partir de una base de sigillata, forma III de Pucci, datada en torno a los años 40, hallada, junto a fragmentos de barniz negro A y B, en el pavimento que sellaba dicho pozo.

A diferencia de lo que ocurre en contextos como los de Baetulo (Bapark 85) (GRAU SEGÚ et al. 2000: 78) entre nuestros materiales de Campaniense A no se ha documentado ningún individuo perteneciente a la variante clásica. Por otro lado, tal y como se observa, tampoco se ha producido aún el proceso de sustitución de la Campaniense A por el Barniz Negro B, que según Aquilué et al. (coord. 2000: 402), parece constatarse entorno al 100 aC. en los enclaves y centros costeros de la Península como Valentia, Cartagena y área layetana. Por el contrario, si parece haberse documentado en el Nivel V de la Calle Porticada de Sa Portella (SANMARTÍ GREGO  et al. 1996: 67) datado entre el 80 y mediados del siglo I aC., por lo que habrá que esperar a que futuras campañas nos permitan documentar un mayor número de contextos de esta época  para conocer mejor este hecho.

Así pues, podría plantearse la posibilidad de que la taberna fuese construida en el segundo cuarto del siglo I aC. (MANCILLA CABELLO, 2001: 142) y estuviera en uso hasta que, por razones que aún se desconocen, se abandona y se acumula en su interior un potente estrato con abundantes fragmentos cerámicos,  junto con una gran cantidad restos faunísticos de ovicáprido, cerdo, vacuno, caballo, y en menor medida conejo y peces, que se ha interpretado como basurero o vertedero (UE´s 5034=5038=5325=5033=5322=5408=5545= 5550=5476=5572=5573), el cual dejaría de funcionar en torno al año 40 aC. dada la presencia de varios fragmentos de terra sigillata precoz (ORFILA PONS 2000b y MANCILLA CABELLO et al. 2000: 99).
 
En cuanto a los materiales cerámicos recuperados en dicho nivel destaca la presencia que mantiene aún la cerámica hecha a mano (7,2%) en relación con otras producciones finas como el barniz negro, las paredes finas (formas Mayet I, II y IIIB), la cerámica común, etc., cuyo porcentaje no queda muy por debajo de las anteriormente mencionadas (8,7%, 9% y 10%, respectivamente). Todo ello refleja la importancia del componente indígena en la formación de la ciudad (FERNÁNDEZ MIRANDA 1983; ORFILA PONS, 2000b). Los porcentajes más elevados corresponden, por un lado, al material anfórico con un 38%, clasificado por E.Will (a quién se lo agradecemos enormemente) con formas como Will tipo 1c, Will tipo 4a o Dressel 1a, Will tipo 5 o Dressel 1C, Will tipo 1d (siendo estas dos últimas las más abundantes) y PE-18. En los contextos de la Galia datados entre el 80-30 aC., es normal la asociación de ánforas Dressel 1A, acompañadas generalmente de Dressel  1B, y en menor medida Dressel 1C, junto a Campaniense A tardía, y especialmente Barniz Negro B de Cales (BATS 1986: 403). Por otro lado, otro porcentaje importante corresponde a la cocina itálica, con un 19%, del cual un 1,8% corresponde a Rojo Pompeyano. Las producciones peor representadas son la cerámica megárica (0,06%), la cerámica ibérica (1,2%), las lucernas (forma Ricci G datada entre fines del siglo II aC. y la primera mitad del siglo I aC., y en Pollentia hallada en niveles datados entre el 70/60 y el 30 aC.(PALANQUES 1992: 21-22)) y la gris ampuritana (0,4%), entre otras.

En cuanto a la cerámica de barniz negro, en este potente estrato se han contabilizado un total de 120 individuos, de los cuales un 49,1% son de Campaniense A, un 50% de Barniz Negro B y un 0,8% de Imitaciones en pasta gris.

Dentro de los productos de Campaniense A destacan las páteras L5/7 (F2283, F2265 y F2284) y L5 (F2252, F2255, F2250 y F2252-55) con un 20,3% y 16,9%, respectivamente, al que habría que sumar un pequeño grupo de individuos dudosos que bien podría pertenecer a uno u otro tipo de plato y constituyen el 3,3%. La suma de estos tres porcentajes hace un total del 40,5% del conjunto de campaniense A. Como segunda forma mejor representada se encuentra el bol L31b/F2950 con un 16,8%. Las formas L5/7 y L31b constituyen según Sanmartí et al. (1996:20) un servicio compuesto por el plato y el bol muy común entre los yacimientos peninsulares del siglo I aC. Le sigue en importancia la forma L27ab/F2788 con un 5%. Por último se encuentran las formas L7/F2286, L59/F5422, L6/F1443 y una que podría corresponder bien a una L27B o a una pátera L5 o 5/7, con 1,6%, respectivamente. El conjunto de indeterminadas constituyen el 30,5 % del total de individuos de campaniense A. En cuanto a la forma L59 es la primera vez que se documenta en Pollentia y es datada por Py (1993) entre el 250-175 aC., por Sanmartí y Principal (1998: 212) entre el 200-175 aC. y por Morel (1981) entre el 210 y +/-30 aC. En general, es una forma muy escasa, por no decir nula, en los contextos del siglo I aC. consultados (AQUILUÉ ABADÍAS et al. (eds) 2000) y por tanto en la variante tardía de campaniense A. Quisiéramos indicar que aunque formalmente la forma L59 no es común entre las formas de dicha variante, no se han hallado diferencias tecnológicas que permitan individualizarla del resto del conjunto estudiado.

Dentro del conjunto de barniz negro B los individuos cerámicos se reparten muy desigualmente entre la cerámica de Cales (95%) y la de Etruria (5%). En cuanto al repertorio formal (Fig.4), entre los productos calenos la forma más abundante es la L5  con un 29,8% (F2255, F2252, F2252-55, F2250, F2255 o 58 y F2257 o 58); seguido de la copa L1a/F2320 (21%). A continuación se encontrarían las formas L3 (F7530 y F7550), Pasquinucci 127, L8a/F2566 y L10/F3451 con 7%, 5,2%, 3,5% y 1,7%, respectivamente. El conjunto de indeterminados constituye el 31,5% del total de individuos (Fig.6).

En cuanto a los productos etruscos únicamente se han hallado tres individuos, dos de ellos con forma (Fig.5): se trata de un plato L7/F2286 y una gran jarra con un asa que pertenece a la especie F5210 de Morel con una cronología, según Pérez Ballester, entorno al siglo III aC., lo que indica un largo proceso de amortización para esta pieza.

Por último indicar la presencia también, aunque muy escasa, de imitaciones en pasta gris (0,8%) (Fig.6), concretamente un individuo de forma indeterminada y perteneciente al Grupo 1 de Sanmartí et al. (1996).

Este contexto podría corresponder con los hallados en Baetulo (Bapark 85 (es-3) y d´Hisenda 85 (es-5, Quadre 21) y datados a mediados de siglo I aC. (GRAU I SEGÚ et al. 2000: 78-79) y el Nivel IV de la Calle Porticada de Sa Portella (Pollentia), datado entre mediados del s. I y aproximadamente el 30 aC. (Sanmartí et al.1996: 69).

El vertedero es sellado por un pavimento de marés datado en época de Augusto, que es el momento en el que en Pollentia se lleva a cabo una importante reforma urbanística. En una de las unidades superiores del basurero se hallaron tres fragmentos de terra sigillata precoz que marcarían el final de éste en torno a los años 40 aC. Por tanto, podríamos plantear la posibilidad de que la Habitación Z fuese utilizada como basurero durante aproximadamente una década. Así pues, si aceptamos como posible la datación de mediados del siglo I aC. para los materiales hallados en el interior del Pozo D-18, tendríamos documentados dos espacios dentro de la Ínsula de Tabernae al Oeste del Foro que durante unos años funcionaron como basureros.

En este contexto datado posiblemente entre el 50-40 aC., existe un equilibrio entre la campaniense A y el barniz negro B, el cual parece también darse hasta mediados del s.I aC. en las zonas interiores de la Península, en concreto a partir de la franja prelitoral mediterránea, según Aquilué et al. (coord.. 2000: 403). En el Pozo D-18, sin embargo, si parece existir un predominio del Barniz Negro B frente a la Campaniense A. Quizás el proceso de sustitución de la Campaniense A por el Barniz Negro B se produzca en Pollentia a mediados del siglo I aC, no obstante, como ya indicamos anteriormente, habrá que esperar a que futuras campañas nos proporcionen más información.  


CONCLUSIONES

En la primera mitad del s. I aC. se construye y está en funcionamiento esta taberna localizada en la ínsula al oeste del foro, que posteriormente se abandona y a mediados de siglo se amortiza como basurero. El nivel de base en el que se abre la cimentación de los límites sur y oeste de esta habitación está datado en el s.I aC. (ORFILA PONS, 2000b; MANCILLA CABELLO et al. 2000: 93).

Por el momento, en esta zona del foro, no se ha documentado ninguna estructura de época prerromana, tal y como sucedió en la Calle Porticada de Sa Portella, en donde se obtuvo una secuencia estratigráfica en la que se distinguía una primera fase o nivel VI con construcciones prerromanas datada entre el siglo IV aC. y el momento de la conquista romana (ARRIBAS PALAU et al. 1973: 104); una segunda fase o nivel V que corresponde al momento inmediatamente anterior a la construcción de edificios en este sector de la ciudad, con una datación según sus excavadores entre una fecha posterior a la fundación y el 70/60 aC. (ARRIBAS PALAU  1973: 104), según Mattingly (1983: 245-246) entre el 80 aC. y mediados del siglo I aC. y según Sanmartí et al. (1996: 67-69) posterior al 75 aC., y por último, la tercera fase o nivel IV que corresponde al nivel de uso de las primeras edificaciones datada (ARRIBAS PALAU et al. 1973: 105) entre mediados del s. I aC. y aproximadamente el 30 aC. Así pues, cuando la Hab. Z estaba en uso, las únicas estructuras claramente republicanas documentadas hasta el momento en Sa Portella se estaban construyendo, y cuando éstas estaban en uso, la Hab. Z se había abandonado y funcionaba como basurero.

Los contextos cerámicos de la Habitación Z pertenecen al s.I aC. como los hallados en los asentamientos talayóticos datados entre el 100/50-30 aC., y que continúan, en la mayoría de los casos, habitándose tras la llegada de Roma (ORFILA PONS 1993; ORFILA PONS et al. 1996). En dichos asentamientos la vajilla de barniz negro que aparece es Campaniense A tardía y Barniz Negro B (GUERRERO AYUSO 1990: 233). Esta datación del primer siglo coincide con la que en su momento propuso Mattingly (1983) a partir del estudio de un conjunto de monedas halladas en las excavaciones de Pollentia, que mostraba una escasa presencia de numerarios anteriores al primer cuarto del siglo I aC.

La cronología que proponemos del siglo I aC. para la construcción y desarrollo de la ciudad republicana, posiblemente explique una serie de cuestiones relacionadas con la cerámica de barniz negro aparecida en esta ciudad:

Por un lado, la ausencia de la variante media tanto en Campaniense A como en Barniz Negro B de Cales. Las escasas formas en campaniense A pertenecientes a la variante clásica se han hallado en el nivel VI de la Calle Porticada (s. IV-123 aC.). Así pues, la inexistencia de dicha variante ha llevado a algunos autores (SANMARTÍ GREGO et al. 1998a; SANMARTÍ GREGO, 2000: 334) a plantear la posibilidad de adelantar el inicio de la variante tardía (100/50-40 aC.), al último cuarto del siglo II aC. por ser ésta la que aparece en Pollentia en contextos, supuestamente de esa fecha. Pensamos, a la luz de los últimos resultados, que los conjuntos de barniz negro recuperados en esta ciudad no corresponden, salvo los del nivel VI ya mencionados, a contextos del último cuarto del siglo II, sino al siglo I aC.
 
Por otro lado, otra cuestión es la inexistencia de decoración impresa en los productos de campaniense A. Sanmartí y Principal (1998: 40) destacan el hecho de que en la cerámica campaniense A de Pollentia, que datan a partir del último cuarto del siglo II aC., está ausente la decoración impresa. Si tenemos en cuenta la cronología propuesta para los niveles republicanos de esta ciudad, la ausencia de dicha decoración es lógica y normal dentro de estos conjuntos.

Posiblemente todo ello sea consecuencia del uso del 123 aC., como tradicional terminus post quem en el estudio de la cerámica, y especialmente de la vajilla de barniz negro (LAMBOGLIA 1952:141; MARTÍN 1974; MOREL 1981: 55; SANMARTÍ GREGO et al. 1998). Y es que en muchas ocasiones, las dataciones históricas se han mantenido en una posición de preeminencia frente a los datos proporcionados por la propia arqueología (CASTRO et al.1996:12-14; ORFILA PONS, en prensa). Por tanto, en el caso de Pollentia, y a la vista de los resultados, hay que ser cautos a la hora de utilizar dicha fecha, ya que, aunque nadie cuestiona el 123 aC. como fecha de conquista de las Baleares, debemos darle un tiempo a la formación de la ciudad. Por lo que la fecha inicial de ocupación de la zona del Foro no supera el siglo I aC. (ORFILA PONS, en prensa).


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