MOSAICOS DE ÉPOCA ROMANA CON TEMÁTICA DE LAS ESTACIONES EN EL ACTUAL TERRITORIO DE CASTILLA-LA MANCHA

ROMAN-PERIOD MOSAICS WITH THE THEME OF THE SEASONS WITHIN THE TERRITORY OF CASTILLA-LA MANCHA

Nieves SIMÓN MARTÍNEZ *

Resumen

El presente artículo es parte de un estudio de mayor envergadura relacionado con los pavimentos musivos encontrados en el actual territorio de Castilla-La Mancha, con la intención de realizar un análisis exhaustivo de la iconografía relacionada con la temática de las estaciones dentro de Castilla-La Mancha a través de sus dos únicos ejemplos, como son la villa romana de Hellín (Albacete) y la villa romana de la Vega Baja de Toledo (Toledo).

Palabras clave

Mosaico romano, iconografía, estación, villa romana, Castilla-La Mancha.

Abstract

The present article is part of a wider research related to the mosaic paviments found in the current territory of Castilla-La Mancha. It aims an exhaustive analysis of the iconography related to the topic of seasons in Castilla-La Mancha throughout its only two examples, such as the roman villa of Hellin (Albacete) and the one in Vega Baja of Toledo (Toledo).

Key words

Roman mosaic, iconography, season, roman villa, Castilla-La Mancha.

INTRODUCCIÓN

En el presente artículo se muestra una síntesis de uno de los temas expuestos en el TFM que tiene por título “Estudio arqueológico de los mosaicos de época romana localizados en el actual territorio de Castilla-La Mancha”.

Para comenzar, es conveniente hablar que el presente estudio se ha basado en la demarcación actual de Castilla-La Mancha y no en la que existiría antiguamente básicamente por la facilidad en el estudio. Como se sabe, este territorio formaría parte, en tiempos de la división de Diocleciano a finales del siglo III, de la provincia Cartaginensis en su mayor extensión, la Baetica y la Lusitania.

Dentro de la musivaria romana una de las cuestiones más analizadas en la iconografía ha venido relacionada con el motivo de las estaciones del año, si bien en el territorio de Castilla-La Mancha sólo se encuentran dos mosaicos con esta temática, se considerarían como dos buenos exponentes y que merecen que se traten en este artículo. En el estudio se engloban 127 mosaicos de los cuales únicamente 35 de ellos tienen motivos figurados. Todos ellos representan un número relativamente bajo pero, sin duda, aportan una valiosa información tanto cultural, como social, como económica del dominus de estas villas romanas. El primer ejemplo que se tratará es la villa romana de Hellín que está localizada en la provincia de Albacete, en la localidad del mismo nombre. El segundo ejemplo se trata de la villa romana del yacimiento conocido como la Vega Baja de Toledo, en las inmediaciones de la capital de la provincia homónima.

VILLA ROMANA DE HELLÍN (HELLÍN, ALBACETE)

Esta villa romana se localiza en el término municipal de Hellín (fig. 1) en el extremo sureste de la provincia de Albacete. Las primeras noticias que se tienen de esta vivienda son de 1925 donde se encuentra de manera fortuita varios fragmentos de teselas. El siguiente descubrimiento tendrá que esperar hasta 1935 cuando sale a la luz otro pavimento romano. Es en los años 80 cuando se excava sistemáticamente y se descubre una parte residencial y otra relacionada con su explotación agrícola. La cronología del yacimiento se inserta en la primera mitad del siglo III d.C. (SANZ GAMO 2016:155-162).

Fig. 1. Mapa de Castilla-La Mancha donde localizamos los dos yacimientos arqueológicos motivo de estudio de este trabajo. Con el número 1 la villa romana de Hellín y con el número 2 la Vega Baja de Toledo.

Aunque son dos pavimentos los que se encuentran en esta villa romana, se analizará el que recibe por nombre “Mosaico de los meses y las estaciones”. Se trata de un tapiz musivo de gran tamaño, del que se conserva alrededor de 6,90 x 6,82 m (SOGORB 1987:23). Las teselas que conforman el mismo son de mármol,caliza y pasta vítrea; las piezas tienen un tamaño aproximado de 0,5 a 1 cm de grosor y presenta una rica policromía. En los años 40 se lleva al Museo Arqueológico Nacional, donde actualmente se encuentra en una de las salas que más visitantes recibe del museo.

El pavimento presenta un esquema decorativo (fig. 2) basado en octógonos curvilíneos con doble círculo en las esquinas, que aparecen unidos por elipses. Las composiciones semicirculares y semiovalares presentan una decoración vegetal. La parte figurada del pavimento muestra dos programas bastante diferenciados, además en los nueve círculos en el que se encuentra escenas secundarias. El primero de ellos tiene que ver con los meses del año, del que se coserva varios representados con atributos o seres mitológicos asociados a los mismos. Todos ellos con una inscripción en la parte inferior que señala el periodo al que se refiere. El segundo, en el que nos vamos a detener, hace referencia a los estaciones del año. Por suerte, se ha conservado gran parte de los cuatro emblemas, que se localizan en la parte más central del pavimento.

Fig. 2. Planta del mosaico en su totalidad. En color naranja y rojo las partes que se van a tratar en este estudio. (Fotografía de José Barea).

• El primer octógono que se encuentra hace alusión a la Primavera (fig. 3.1). Es la más dañada de las cuatro estaciones, pero aparece representada con dos figuras, la peor conservada se puede intuir que representa a una mujer por la larga túnica, la otra figura es masculina y aparece desnuda, seguramente se trate de una ménade y un sátiro. En la inscripción que aparece en la parte inferior se puede leer VER (SOGORB 1987:28) En otros casos, la abreviatura se desarrolla como VERIS.

• El segundo octógono hace referencia a Verano (fig. 3.2), bastante bien conservado. En él se visualiza dos figuras, la femenina, una ménade, aparece desnuda con un velo alrededor de su cintura como única prenda. La mujer aparece coronada por una corona de espigas y porta un cesto que también contiene espigas –atributo inequívoco asociado al verano-. El personaje masculino tiene dos cuernos sobre su cabeza y cubierto por una gran piel de animal, (es por eso que se asocia a un sátiro) en su mano izquierda lleva un cesto con espigas. En los dos casos, las figuras aparecen en una gama de colores cálidos, asociados a esta estación. En la parte inferior se lee AES, abreviatura de AESTAS (SOGORB 1987:28).

• El tercero de los octógonos representa a Otoño (fig. 3.3). Como en los anteriores emblemas, aquí también se encuentra a dos personajes. El primero de ellos es una figura femenina, de un tamaño superior, si se compara al de las otras ménades de las demás estaciones. La ménade aparece vestida con una gran túnica que deja al descubierto un seno y el hombro derecho, en su cabeza porta una corona de pámpanos, símbolo claramente otoñal. En su mano derecha, que se ve por encima de su cabeza, sostiene una especie de bastón y una copa que agarra con la mano izquierda. El segundo personaje es una figura masculina, del que no se conserva su cabeza. Aparece completamente desnudo salvo por una capa amarilla que cae sobre sus hombros, en una de sus manos, sostiene una cesta con racimos de uva. La inscripción asociada a esta estación es AVT, abreviatura de AVTVMNVS (SOGORB 1987:28-29).

• El cuarto y último de los octógonos que forman esta composición hace mención a Invierno (fig. 3.4). La figura femenina ligada a esta estación, se muestra con una gran túnica y manto, en una de sus manos lleva un cesto con lo que parece ser hojas de laurel o de olivo. Este personaje femenino es el único que se observa calzado. El sátiro que la acompaña aparece, como en Otoño, completamente desnudo salvo por una larga capa que le cuelga de los hombros. Se encuentra tocando una flauta. Las tonalidades de esta escena, al igual que la estación que simboliza, son de una gama fría. La inscripción que aparece es HIEMS (SOGORB 1987:29).

Fig. 3. Detalle de las cuatro estaciones. 1. Primavera. 2. Verano. 3. Otoño. 4. Invierno. (Fotografías de José Barea).

Finalmente, quedaría hablar del emblema principal (fig. 4) del pavimento musivo, en cuyo interior se representa la figura de un bóvido, seguramente se trate de un toro. A los lados del animal visualizamos dos árboles. Una de las interpretaciones que se le ha dado a esta escena, y que estaría relacionada con la temática estacional, es que el toro pueda ser una representación del dios Baco, que solía asociarse con las estaciones (SOGORB 1987:36). Esta interpretación tendría sentido además, porque aparecen las ménades y los sátiros, personajes partícipes del cortejo báquico.

Fig. 4. Emblema central que representa la figura de un bóvido (Fotografía de José Barea).

VILLA ROMANA DE LA VEGA BAJA DE TOLEDO (TOLEDO)

De esta villa únicamente se tienen noticias por unas obras que se llevaron a cabo en las tierras de la Fábrica de Armas (fig. 1) donde se localiza en 1923 un pavimento romano y, en años posteriores, se encuentra otro tapiz musivo. Se conoce su sector residencial con la existencia de varias estancias. La cronología de esta vivienda estaría fechada en torno al siglo III d.C. (CHAVARRÍA ARNAU 2007:240).

Como en el anterior caso que se ha tratado, en este yacimiento se encuentra dos pavimentos musivos. El mosaico tratado en este estudio es conocido como el “Mosaico del Triclinio de la Vega Baja de Toledo” (fig. 5). El pavimento tiene unas dimensiones considerables de 6,20 x 3,40. Presenta una gran variedad cromática en sus teselas que están realizadas en mármol y pastas vítreas (BLÁZQUEZ MARTÍNEZ 1982:36). En líneas generales, este tapiz musivo se ha conservado en buen estado, se cree que podría pertenecer a una de las estancias nobles de esta villa, más concretamente a la asociada al triclinium o lugar donde se realizaban los banquetes. El programa decorativo del pavimento está dividido en alfombras con diferentes diseños geométricos como son un juego de esvásticas simples, otro al que además se le añaden octógonos en cuyo interior hay flores y otro con el mismo patrón pero diferentes motivos. Todos ellos encierran una alfombra central cuadrangular con un emblema circular con multitud de especies marinas. La parte figurada que más interesa es la relacionada con las estaciones y es que, en este mosaico, presenta un complejo programa iconográfico que se va a ir viendo poco a poco. Primeramente, tratar la alfombra central en cuyas esquinas están representadas las estaciones con algunos atributos:

Fig. 5. Plano general del mosaico en el que se muestra en color las diferentes partes objeto de análisis. En azul se encuentra Invierno. En rojo se localiza Otoño. En verde se visualiza Primavera. Finalmente en amarillo se halla Verano. (Fotografía de la autora).

La representación de Invierno (fig. 6.1), que aparece en la esquina superior izquierda, se visualiza un busto femenino, el cual se muestra con un velo azul sobre su cabeza y que cubre gran parte de la boca. Le acompañan dos ramas secas, una a cada lado. En cuanto a los espacios geométricos que rodean a la figura, representan atributos relacionados con esta estación, en este caso ramas de olivo, aves acuáticas y ramas deshojadas (CASTELLANO CASTILLO 1999:62).

• La imagen de Otoño (fig.6.2), que se localiza en la esquina superior derecha, aparece un busto, también femenino, que porta una corona de racimos de uva. Los espacios geométricos que rodean a Otoño están íntimamente ligados a este periodo como son los racimos de uva e higos (CASTELLANO CASTILLO 1999:62).

• La figura de Primavera (fig. 6.3), que se observa en la parte inferior izquierda, presenta algunos desperfectos en su parte más baja. Aun así vemos una figura femenina con una larga cabellera coronada por una diadema de coloridas flores. Le rodean, en los espacios geométricos, una serie de atributos primaverales como son las flores y cestos rebosantes también con arreglos florales (CASTELLANO CASTILLO 1999:62).

• La representación de Verano (fig. 6.4), que aparece en la parte inferior derecha, al igual que Primavera, presenta daños en su parte más baja. Se encuentra una figura femenina que está coronada por una diadema de espigas y, a cada lado, aparece una espiga acompañando al personaje. Los objetos que acompañan a Verano están vinculados a la estación como son las espigas, los cestos y las hoces (CASTELLANO CASTILLO 1999:62).

Fig. 6. Detalle de las estaciones y sus atributos. 1. Invierno. 2. Otoño. 3. Primavera. 4. Verano. (Fotografías de la autora)

Para concluir, quedaría tratar la guirnalda que rodea al emblema (fig. 7), ya que dicha corona está ligada a los atributos estacionales. En el caso del invierno se tienen granadas, melones y manzanas; para el otoño se representa racimos de uvas e higos; para la primavera multitud de flores; y, finalmente, para el verano se encuentra espigas.

Fig. 7. Detalle de la guirnalda separada por estación. (Fotografía de la autora).

REFLEXIONES FINALES

En este apartado se abordará algunas reflexiones a las que se ha podido llegar a partir de estos dos casos de estudio. Se debe destacar la importancia de la temática de las estaciones dentro de la musivaria romana, ya que será uno de los asuntos más recurrentes debido a la estrecha relación de la sociedad romana con su entorno natural (MONDELO y BALIL, 1983); (FERNÁNDEZ-GALIANO et al. 1986-1987); (TORRES CARRO 1988); (LÓPEZ MONTEAGUDO 2014). Los romanos no eran ajenos a los ciclos estacionales, para cualquier sociedad antigua el cambio de estación simbolizaba un tiempo de cosecha, la entrada/salida del calor o del frío, cultivar los sembrados, etc. Todo ello se solía representar con unas figuras normalmente mitológicas, a las que se les asociaba unos objetos o atributos. Así pues, cada estación tiene desde sus inicios símbolos afiliados, como son las flores para Primavera; la espiga o las herramientas de la siega para Verano; las uvas, parras o lo relacionado con el dios Baco para Otoño; figuras con un gran manto para Invierno. Cuando lo que se representan son bustos suelen asociarse elementos complementarios a cada lado de la cabeza (ABAD CASAL 1990:19). Un apunte reseñable es que no sólo estos objetos materiales sirven para representar estas épocas sino que también se emplea los juegos de colores en las teselas del mosaico. En Primavera y Verano se usa una gama de colores más cálidos y coloridos, mientras que para Otoño e Invierno se utiliza una paleta más fría y apagada.

Aunque en Castilla-La Mancha solo se han descubierto, por el momento, dos pavimentos musivos con dicho asunto, sigue siendo un reflejo de lo que se ha tratado en este artículo. Además pone de manifiesto las dos formas más conocidas de representar esta iconografía Por un lado, la iconografía de las Horae –divinidades femeninas de las estaciones- acompañadas por sátiros para el mosaico de la villa de Hellín y, por otro lado, la representación de cabezas y bustos para el mosaico de la Vega Baja de Toledo. Otro afirmación que se puede sacar de estos mosaicos responde a la cronología de los mismos, ya que los dos pavimentos pertenecen al siglo III d.C, se sabe que el apogeo de las manifestaciones musivarias de esta temática está entre los siglos II y IV d.C. (ABAD CASAL 1990).

BIBLIOGRAFÍA

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* Arqueóloga. nieves.simon@hotmail.com