EL CASTRO DE FAZOURO. UN CUARTO DE SIGLO DESDE SU MUSEALIZACIÓN

FAZOURO HILLFORT. A QUARTER CENTURY FROM ITS MUSEALIZATION

Andrea A. ESPADA BALLESTEROS *

Resumen

El presente trabajo pretende repasar las actuaciones de puesta en valor acometidas entre los años 1988 y 1993 en el Castro de Fazouro, Foz, (Lugo) y reivindicar la necesidad de continuarlas así como mejorarlas aplicando las nuevas tendencias que se han desarrollado durante los 25 años transcurridos desde entonces.

Palabras clave

La Mariña, puesta en valor, yacimientos arqueológicos al aire libre, factores de degradación.

Abstract

This paper wants to review the enhancement cultural heritage actions undertaken between 1988 and 1993 in the Fazouro Hillfort, Foz (Lugo). It is also a call for the need to continue and to improve this actions, with the application of the new tendencies adquired through the past 25 years.

Keywords

The Mariña, enhancement cultural heritage, archaeological outdoor sites, degradation factors.


INTRODUCCIÓN

El Castro de Fazouro está situado en el Concello de Foz, un pequeño municipio costero de la Provincia de Lugo. Bañado por el Mar Cantábrico, se encuentra entre los concellos costeros de Burela y Barreiros y los interiores de Valadouro, Mondoñedo, Lorenzana, Alfoz y Cervo, dentro de La Mariña Lucense, caracterizada por ser morfológicamente una rasa litoral (NIETO SEIJAS 2000: 19).

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Fig. 1. Situación del Municipio de Foz. Fuente: http://www.maps.googles.es.

 

Está situado en la desembocadura del río Masma, a 20 Km. del Puente de los Santos sobre la ría de Ribadeo, que comunica con las Comunidades Autónomas de Asturias y Galicia.

El municipio tiene 101 kilómetros cuadrados de extensión y pertenece a la Diócesis de Mondoñedo-El Ferrol. Comprende las Parroquias de Cangas, Cordido, San Martiño, Santa Cecilia, San Acisclo, Nois, Fazouro, Villaronte y Foz. Esta villa de mar y de montaña tiene una extensión de 25 Km. de litoral que albergan una amplia variedad de espacios naturales, contando con numerosas playas, acantilados, marismas y montes repletos de naturaleza.

Cuenta con un rico Patrimonio Arqueológico Castreño, integrado principalmente por el “Castro de Fazouro”, en la Parroquia de Fazouro, y el Castro de “Cu do Castro”, en Foz.

De los dos yacimientos citados, el más importante y uno de los más relevantes de La Mariña es el de Fazouro, en vías de ser declarado BIC. Presenta parte de un poblado castreño, con estructuras visibles y musealizadas para el visitante.

Las excavaciones realizadas en 1963 y 1965 de este castro dieron como resultado una ingente información sobre los modos de vida de los castros en época romana, ya que data de los ss. II y III d. C.

El Castro de Fazouro se encuentra junto a la bajada de la playa de Arealonga, en un lugar conocido como “Punta do Castro”. Este lugar corresponde a una pequeña península que se adentra en el mar, sobre una zona acantilada. Sus coordenadas UTM son: 29 T 637412E 48292117N.

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Fig. 2. El Castro de Fazouro. Fuente: http://turgalicia.es


SITUACIÓN ACTUAL. DESCRIPCIÓN DEL CASTRO DE FAZOURO Y SU PUESTA EN VALOR HASTA EL MOMENTO

Desde su última excavación, el Castro de Fazouro se encontraba en un total abandono. Las primeras excavaciones se realizaron en el año 1963, por D. José González de Sela y Torres y D. J. J. Suárez Acevedo, sobre un promontorio costero que avanzaba como cabo hacia el mar (SUAREZ ACEVEDO y SELA Y TORRES 1963: 162). De los trabajos desarrollados se notificó al Delegado de Zona del Distrito Universitario, D. Carlos Alonso del Real y a D. Manuel Chamoso Lamas, Comisario de Zona del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (FERNÁNDEZ PULPEIRO 1999: 8-9).

Las excavaciones de la primera campaña comprendieron lo que se pudo determinar como la acrópolis del castro, exactamente la zona colindante al acantilado (CHAMOSO LAMAS 1963: 112). En ellas se exhumaron restos de edificaciones de planta elíptica y cuadrangular.

Durante la segunda campaña, se continuaron dejando al descubierto varias construcciones junto con una serie de materiales arqueológicos, sobre todo cerámica común romana y cerámica castreña, que acabaron determinando que se trataba de un castro costero romanizado (FERNÁNDEZ RODRIGUEZ y ALONSO DEL REAL 1965: 156).

Nuevamente, en septiembre del año 1965, se prospectó la zona, bajo la dirección de Don Carlos Alonso del Real y Don Manuel Fernández Rodríguez, ampliando las excavaciones hacia el sur (ALONSO DEL REAL y FERNÁNDEZ RODRIGUEZ 1966: 1).

Es entre los años 1988 y 1993 cuando surge la idea de intentar conservar al aire libre el yacimiento arqueológico, y musealizarlo. Estos trabajos fueron realizados por el arqueólogo y restaurador Fernando Carrera y el arqueólogo Víctor Barbi.

Se estableció una primera fase de limpieza y consolidación pasiva, a la que seguirían otras que revisarían y completarían a la primera. Esta primera fase se desarrolló entre los meses de Septiembre y Octubre del año 1988. En el mes de Noviembre del siguiente año se realizó una segunda intervención de control y reparación para las alteraciones. Las dos campañas fueron financiadas por la Dirección Xeral do Patrimonio de la Xunta de Galicia.

A lo largo de los años se había fomentado el crecimiento de una cubierta vegetal que impedía la visión y favorecía la fractura de las diferentes estructuras habitacionales. Además, la erosión marina y las inclemencias temporales fueron permitiendo la pérdida paulatina de numerosas estructuras que se encontraban al filo del acantilado.

Una vez se procedió a limpiar yacimiento mediante un desbroce generalizado y una posterior limpieza particularizada de cada estructura, se actuó para consolidar los muros por superposición de hiladas de piedra, similar a la mampostería original. Se diferenció el primigenio del añadido por una hilera de cuarcita blanca.

La argamasa que se utilizó estaba compuesta por arcilla, arena y acetato de polivinilo. Por último se utilizó arena de río para proteger la pavimentación y las estructuras horizontales (CARRERA RAMIREZ y BARBI ALONSO 1990: 343-351).

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Fig. 3. Hileras de cuarcita blanca. Fuente: Espada Ballesteros, A.

 

La consolidación llevada a cabo de los muros conservados se realizó mediante la colocación de varias hiladas de protección sobre la última original, construidas por el mismo material de los muros, pizarra y esquistos. En esta consolidación se procuró no levantar más hiladas que las estrictamente necesarias (de dos a cuatro), al tratarse de una protección y no de una reconstrucción.

En los perfiles estratigráficos se hizo una consolidación por inyección de una resina que compactase el sedimento.

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Fig. 4. Consolidación de los muros. Fuente: Carrera, F y Barbi, V.” La consolidación de yacimientos arqueológicos: el Castro de Fazouro (Foz, Lugo)”.

 

Los pavimentos de arcilla y enlosados de piedra fueron reconstruidos señalando las áreas reintegradas.En los enlosados solo se realizó un tratamiento de reintegración. Se reintegraron las losas desaparecidas con otras halladas en el castro, utilizando la argamasa ya mencionada e identificando con elemento separador los añadidos. Los pavimentos de arcilla fueron consolidados por aspersión con Primal.

Se realizaron algunas intervenciones para la mejora visual y delimitación del área consolidada. En primer lugar se eliminaron acumulaciones de tierra y piedra procedentes de las antiguas excavaciones situadas al borde de la zona excavada. Se creó un límite físico que dificultaba, pero no impedía, el acceso al área consolidada. Dicho límite consistía en una valla formada por un tubo de aluminio, sustentada por pequeños pilares de mampostería.

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Fig. 5. Valla de mampostería. Fuente: Espada Ballesteros, A.

 

Las actuaciones realizadas en las posteriores fases del proyecto volvieron a reiterarse en la limpieza de la capa vegetal que se había vuelto a reproducir, en menor medida, en el entorno inmediato al yacimiento. En las primeras fases se utilizaron herbicidas que dieron un resultado satisfactorio al tiempo, ya que en las posteriores intervenciones la presencia de crecimiento vegetal era muy escasa. Además, la arena que se utilizó para cubrir la mayoría de los pavimentos también limitó este hecho. Se eliminaron los residuos vegetales y se aplicó herbicida nuevamente.

La consolidación llevada a cabo en las fases siguientes se produjo a causa de alteraciones en zonas de muros. Estas alteraciones consistían en piedras desplazadas o débilmente asentadas, grietas en la argamasa y limpieza de juntas. La recolocación de las piedras y el relleno de juntas se realizó utilizando argamasa de arcilla, arena y APV, aunque aumentando la proporción de este último.

Se apreció falta de efectividad en la argamasa de las zonas más batidas por el mar, por lo que se decidió buscar otro tipo con mayor resistencia química y mecánica. El elemento que se introdujo fue la cal hidráulica como aglomerante, aunque fabricando diferentes tipos de argamasa para cada caso.

En cuanto a los perfiles y su estado de conservación, las únicas alteraciones que se presentaron eran pequeños derrumbes ocasionados por un acceso indebido al interior del yacimiento por parte del visitante. Sin embargo, el resultado obtenido en la aplicación por aspersión del consolidante se pudo calificar de satisfactorio. Los derrumbes producidos por las visitas fueron reparados y se volvieron a tratar con el mismo consolidante.

Finalmente se realizaron otra serie de trabajos, como la construcción de una valla de madera para delimitar el área arqueológica, sin gran impacto visual.

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Fig. 6. Detalle de la valla. Fuente: Espada Ballesteros, A.

 

Otro elemento de actuación fue la colocación de cartelas de situación y paneles explicativos. Así como la publicación de folletos, editados por el Ayuntamiento de Foz, que permitían el conocimiento del Castro de Fazouro sin necesidad de visitarlo.

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Fig. 7. Cartela de situación y acceso al castro. Fuente: Espada Ballesteros, A.


EL CASTRO DE FAZOURO 25 AÑOS DESPUÉS

Pese a que no ha recibido un nuevo proyecto de intervención desde los años noventa, el Castro de Fazouro no presenta unos factores de degradación graves, exceptuando los propios de una limpieza no continuada. Esto atestigua la buena intervención que se realizó en aquel entonces.

Hay que destacar que la valía de un yacimiento arqueológico radica, no sólo en su valor histórico, sino en lo que éste puede transmitir y educar al espectador que lo disfruta. Musealizar un yacimiento arqueológico al are libre significa que este se transforma en un museo de sí mismo (LASHERAS y HERNÁNDEZ PRIETO 2005: 4), y su cuidado y supervivencia en el tiempo es de vital importancia para que no pierda estas facultades.

Gracias a las actuaciones de consolidación antes mencionadas, los materiales están demostrando una importante resistencia frente a la acción del entorno. El nivel de deterioro no es tan grave como podría pensarse en un principio. Al utilizarse pizarra en las consolidaciones, y esta ser una piedra con gran resistencia a los cambios de temperatura, no se aprecian deterioros drásticos en las estructuras. Es importante comprender que la degradación de un yacimiento comienza desde el momento en que las excavaciones dejan al descubierto las estructuras arqueológicas (MORALES MEDINA 2004: 21).

Respecto a las alteraciones físico-químicas, hay que destacar la desintegración de las estructuras, por la acción de la lluvia y la corrosión producida por el salitre, así como el azote continuado del oleaje marino. La presencia de vientos constantes y fuertes en la zona genera un importante proceso de sedimentación que ayuda a que se fomente el biodeterioro. Además, la playa de Arealonga está muy próxima al castro, y el poder abrasivo de la arena movida por los vientos también perjudica al yacimiento arqueológico. Todos estos son factores meteorológicos muy nocivos para la conservación de cualquier yacimiento in situ de costa. Sin embargo las tareas llevadas a cabo en los noventa permitieron contrarrestar la influencia negativa de dichos factores en gran medida. Lo que es evidente es el ataque biológico por ácidos desprendidos de las raíces. También es importante la arenización y disgregación que han ido sufriendo las estructuras a lo largo de esta última década.

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Fig. 8. Oleaje en el Castro de Fazouro. Fuente: Mariña Patrimonio.

 

El biodeterioro es quizás el problema más serio que presenta el yacimiento. En este caso concreto se produce una conjunción de factores que favorecen el crecimiento de la flora. Los constantes y fuertes vientos, con un alto contenido en sales, la exposición al sol y las temperaturas estables fomentan su proliferación. El deterioro está provocado tanto por musgos y líquenes, como por otras especies de plantas, de porte medio, que han ocasionado ciertas incidencias en los lugares donde se han desarrollado.

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Fig. 9. Muestra del leve biodeterioro que sufre el Castro. Fuente: Espada Ballesteros, A.

 

Para solventar todo esto, un cuidado más periódico, basándose en los buenos resultados que ya dieron las pasadas intervenciones de consolidación, permitiría dar solución a estas incidencias.

Hay que indicar que lindando con el yacimiento existen terrenos particulares, que dificultan las intervenciones en el terreno. Cabe destacar la importancia de convertir al Castro de Fazouro no solo en un centro de atracción social de carácter estrictamente arqueológico, sino en un lugar recuperado para la investigación arqueológica.

Los factores medioambientales son una causa indiscutible del deterioro de los yacimientos al aire libre, pero es el factor humano el que mejor podemos controlar, aunque es, lamentablemente, el que puede ocasionar mayor incidencia irreversible. La movilización de piedras, el intento de expolio o los restos diversos de basura son los principales peligros que acechan a estos espacios. La explotación con fines turísticos y comerciales de un yacimiento arqueológico traerá siempre consigo un peligro intrínseco para su integridad (MACARRÓN 2008: 188), por lo que habría que regular el uso indebido de estos espacios.

Varios son los aspectos mejorables de la puesta en valor del yacimiento del Castro de Fazouro.

El panel informativo se presenta a la entrada del recinto acotado, y ofrece bastante impacto visual al conjunto del paisaje. Sus dimensiones, demasiado amplias, limitan la visión de parte del horizonte que se visualiza a la entrada y salida del castro, impidiendo una buena comprensión del conjunto natural que lo rodea.

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Fig. 10. Cartela informativa del castro. Fuente: Espada Ballesteros, A.

 

Además la cartela del panel cuenta con una información bastante densa y difícil de comprender para el visitante profano, ya que presenta numerosos tecnicismos y gran cantidad de datos bastante específicos. La elaboración de dicha cartela es digna de alabar ya que es muy completa, pero el efecto que tiene sobre el espectador es de saturación informativa.

La señalización y accesibilidad al castro es quizás motivo de revisión. Existe una señalización del castro y su situación, pero podría sustituirse por una cartela no tan inmediata al desvío para adentrarse en el yacimiento, ya que ésta está a escasos dos metros del desvío, y si se va a cierta velocidad, cosa normal puesto que el acceso se deriva de una carretera nacional, la salida puede pasar desapercibida. El problema radica cuando se coge el desvío, pues una placa de señalización que muestra los títulos “Praia Arealonga” y “Os Castros” guía a la dirección del Castro de Fazouro, pero nada indica que sea esa misma dirección la que lleve al castro. Por deducción al leer “Os Castro”, el turista llega a su destino. Por ello sería óptimo crear en este lugar, una nueva placa de indicación al castro.

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Fig. 11,12, 13 y 14. Recorrido para acceder hasta el castro. Fuente: Espada Ballesteros, A.

 

En lo referente al vallado, como se ha mencionado anteriormente, durante las actuaciones acometidas en la década pasada se introdujeron en el recinto, una valla de madera que acotase la zona excavada, y otra más pequeña de aluminio para salvaguardar del tránsito masivo las estructuras consolidadas. A este hecho se le añade la existencia de una tercera valla de seguridad, hecha de cemento, que evita el riesgo de precipitación al vacío durante el paso por el filo del castro. Se puede deducir también que, por su grosor, actúa de muro de contención para evitar los derrumbes causados por el azote del mar en el límite del acantilado. Además, esta posee un color naranja bastante llamativo que no está acorde con el conjunto paisajístico.

Dicha mezcla de diferentes estilos de vallado choca con la armonía natural del yacimiento arqueológico.

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Fig. 15. Valla de cemento y valla de aluminio. Fuente: Espada Ballesteros, A.

 

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Fig. 16. Valla naranja de cemento. Fuente: Espada Ballesteros, A.

 

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Fig. 17. Valla de madera.Fuente: Espada Ballesteros, A.

 

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Fig. 18. Fotografía aérea del Castro de Fazouro, donde se aprecia el impacto visual de la valla naranja. Fuente: Adela Suma.

 

Finalmente, la visita al Castro de Fazouro no supone grandes recorridos que puedan fatigar al visitante, y ya que se trata de un yacimiento con un terreno bastante plano y de fácil tránsito, puede permitir la visita a gente de la tercera edad, con una movilidad más reducida, incluso a personas en silla de ruedas, aunque no este aún preparado para ello como tal.

La necesidad de un parking es excesiva, ya que existe un pequeño aparcamiento que se ha establecido de manera espontánea, donde se distribuyen bien los coches, sin causar problemas de espacio.

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Fig. 19. Zona de aparcamiento improvisado. Fuente: Fuente: Espada Ballesteros, A.

 

Por último, y ya que antes se ha hecho mención de lo nocivos que son los residuos y basuras arrojadas a los yacimientos al aire libre, sería necesario poner, al menos, una papelera para evitar este mal.


CONCLUSIONES

El Castro de Fazouro es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de La Mariña. La necesidad de supervisar y revisar su puesta en valor y musealización no es sólo de interés científico, pues su valor histórico y arqueológico puede acarrear, también, beneficios turísticos y culturales muy positivos para el Concello de Foz (ESPADA BALLESTEROS 2013: 29).

Un yacimiento arqueológico como Fazouro ha de tener una supervisión paulatina, así como los cuidados específicos requeridos en cada ocasión. Tratándose de un referente de la arqueología de La Mariña, hay que incentivar a las instituciones a que impulsen y retomen su investigación, así como agilicen su protección, culminando, entre otras cosas, que se convierta en BIC.

La desprotección de este yacimiento arqueológico viene causada por la falta de medios dedicados a su investigación y conservación, por parte de las administraciones públicas.


BIBLIOGRAFÍA

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LASHERAS, J., HERNÁNDEZ PRIETO, Mª. (2005): Explicar o contar. La selección temática del discurso histórico en la musealización, III Congreso de Musealización de Yacimientos Arqueológicos, Ayto. de Zaragoza, Zaragoza, 2005, pp. 4-7.

MACARRÓN, A. (2008): Conservación del Patrimonio Cultural. Criterios y normativas, Síntesis, Madrid, 2008, pp. 179-207.

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SUAREZ ACEVEDO, J. J., SELA Y TORRES, J. G. (1963): Noticia sobre el Castro de Fazouro, en el Municipio de Foz (Lugo), Archivo Español de Arqueología 36, 1963, pp. 162-165.

* Universidad Autónoma de Madrid-Universidad de Granada. andrea.arqueologia@gmail.com