EL AJUAR DOMÉSTICO EN ZARAGOZA DURANTE LOS SIGLOS XIII AL XVI

DOMESTIC IMPLEMENTS OF ZARAGOZA IN THE THIRTEENTH AND FOURTEETNH CENTURIES

Luis GÓMEZ RIVAS *

Resumen

El siguiente artículo es un resumen de la investigación llevada a cabo para realizar el Trabajo de Fin de Máster de Luis Gómez Rivas, que estudia un conjunto cerámico bajomedieval encontrado durante la excavación del Teatro Romano de Zaragoza. Dicho artículo describe como se planteó el estudio de la cerámica, como fue su desarrollo y por último las conclusiones más importantes que se alcanzaron. El trabajo se enfoco centrándose en los aspectos sociales y comerciales de la cerámica, para lo cual se analizaron aspectos como el origen, la forma o la función de la cerámica. Durante el desarrollo de la investigación se utilizó un programa de tratamiento de bases de datos, así como gráficas estadísticas. Las conclusiones finales se correspondieron con los objetivos planteados inicialmente, centrándose en cuestiones comerciales, económicas y sociales del conjunto estudiado.

Palabras Clave

Cerámica, Aragón, redes comerciales, función, estadística, Zaragoza, bajomedieval.

Abstract

The following article is a summary of the research carried out by Luis Gómez Rivas for his final master’s project. It examines a collection of medieval pottery that was discovered during the excavation of the Roman theater in Zaragoza, Spain. The article describes the research approach, how the study was developed, and finally, details the most important conclusions that were determined. Because the research centers itself on the social and commercial questions of the pottery, specific aspects such as its origins, shapes, and functions were analyzed. The investigation made use of database programs, as well as statistical evaluations. The final conclusions offer focused responses to the initially planted questions, as such, they explain various commercial, economic, and social features of the pottery collection that was examined.

Key words

Pottery, Aragon, commercial networks, function, statistics, Zaragoza, late-medieval.


INTRODUCCIÓN

El presente artículo es el resumen del Trabajo de Fin de Máster que se presentó en septiembre de 2013 al tribunal del Máster de Arqueología de la Universidad de Granada. Dicho trabajo fue dirigido y supervisado por Alberto García Porras de la Universidad de Granada y por Carlos Laliena de la Universidad de Zaragoza.

El objetivo del trabajo era realizar un estudio estadístico sobre un lote de material cerámico bajomedieval encontrado en varios pozos ciegos durante las excavaciones del Teatro Romano de Zaragoza desarrolladas entre finales de la década de los 80 y principios de la de los 90. El mencionado teatro se encuentra situado en el centro de la ciudad y durante la época medieval presenta un nivel de ocupación por parte de viviendas pertenecientes a la judería y a una iglesia cristiana (BELTRÁN MARTÍNEZ 1980).

Los pozos elegidos para la realización del trabajo fueron el 89, 139, 96, 150, 70 y 210, presentando un cronología provisional entre los siglos XIII y XVI. Estos pozos no son los únicos encontrados en la zona, pero fueron los escogidos por presentar un número y tipo de piezas más interesantes para el análisis así como una amplia horquilla cronológica que abarca casi toda la baja Edad Media. El material fue proporcionado por el servicio de cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, cuyos profesionales ya habían realizado una sigla provisional donde se asignó un número a cada fragmento y se realizó una pequeña descripción de los mismos.

Solamente se han incluido materiales de época cristiana por considerar mejor centrarse en dicha época ya que el incluir cerámica musulmana probablemente habría hecho el trabajo demasiado extenso para el tipo de investigación que se requería. Por otra parte también otro tipo de materiales aparecidos en los pozos como pueden ser vidrio, huesos u objetos de hierro, fueron descartados ya que se consideró mas idóneo ceñir el trabajo a los objetos cerámicos.

El grupo de fragmentos estudiado estaba, en general, en un estado muy fragmentario, siendo muy pocos los ejemplos de piezas completas o casi completas. Por el mencionado estado del material y por su cantidad, se decidió que lo mejor era un estudio de tipo general basado en el análisis estadístico, para lo cual se elaboraron una serie de tablas y gráficas, basadas en el programa de bases de datos filemaker. Para hacer esto posible se realizó una ficha de cada uno de los fragmentos donde se incluían datos y fotografías de los mismo. Dichas fichas fueron entregadas al tribunal del TFM en formato digital como anexos del trabajo.

Los objetivos que se plantearon para este trabajo fueron los de describir a rasgos generales (y dentro de las posibilidades de una investigación de este tipo) pautas relativas a cuestiones económicas y sociales como pueden ser las redes comerciales, las importaciones, el significado social de la cerámica o los cambios en las vajillas a lo largo del tiempo.


DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN

El desarrollo de la investigación se dividió en varios apartados comenzando el estudio ceramológico (que a su vez se compone de un estudio de las pastas empleadas, de las técnicas de fabricación, de las formas documentadas y de las decoraciones), seguido de un estudio de la cerámica en el tiempo y la evolución del repertorio formal, para después pasar al capítulo de la cerámica y las redes de distribución y terminar con el estudio del significado social.

En el primero de los mencionados apartados como primer punto las pastas empleadas fueron analizadas en cuanto a su gama de colores, predominando colores claros propios del ámbito local, aunque también se encontraron pastas de colores oscuros y rojizos. Otro aspecto importante como es el de las técnicas de fabricación no deparó muchas sorpresas, ya que al tratarse de cerámica bajomedieval todas ellas estaban fabricadas a torno con la excepción de un fragmento de azulejo que presumiblemente fue realizado a molde. En cuanto a las formas documentadas, lo primero que hay que resaltar es que en muchos casos se desconoce cuál pudo ser dicha forma por el fragmentario estado del material estudiado. Tanto es así que las piezas de función desconocida alcanza el 36,1% del total. No obstante en el cómputo global el grupo más numeroso es el de la cerámica de mesa como corresponde a un ajuar doméstico (37,43%), seguido por el de cocina (18,43%) y por el de almacenamiento (4,40%), por último con un 1,60% tenemos los grupos de iluminación y el de “otros” donde se agrupan fragmentos de objetos como pueden ser una hucha o un ungüentario. Llama la atención lo escaso del grupo de almacenamiento en relación con otros grupos como el del servicio de mesa, aunque parte de la cerámica calificado como desconocida pudo haber sido empleada para almacenar alimentos, a juzgar por su grosor superior a la media en muchos casos y su ausencia de decoración.

La última parte del estudio ceramológico concierne a la decoración, siendo el porcentaje de piezas que carecen de la misma del 39,66% del total, el resto de la producción se divide en un 35,19% de cerámica vidriada, un 16,75% de esmaltada, un 4,40% de decoración pintada, un 3,50% de incisa y por último un 0,50% de moldeada. Como podemos ver tenemos decoraciones muy diversas dentro del grupo estudiado, aunque como es lógico dentro del conjunto correspondiente a estos siglos, predomina con claridad la cerámica vidriada y la esmaltada. Así mismo hay que tener en cuenta que dentro de los grupos decorativos se presentan bastantes variaciones, ya que podemos tener piezas simplemente esmaltadas en blanco o por el contrario un rica decoración con motivos florales. Es de resaltar que casi siempre la cerámica importada es la que presenta una decoración más completa y lujosa.

El segundo apartado en el desarrollo de la investigación es el de los cambios en el repertorio formal a lo largo del tiempo. Uno de los objetos más indicativos del paso de los años y sus consecuentes cambios en los ajuares domésticos es el ataifor. Este objeto está presente en los pozos de cronología más antigua como es el caso del 210, en contraste con otros de cronología más reciente como los pozos 89 y 96. Este cambio tiene que ver con cambios en los usos sociales que implican la evolución hacia un repertorio más individual donde predomina el plato, objeto más pequeño que el anteriormente mencionado ataifor, de dimensiones más amplias y parece que de un uso más colectivo (ORTEGA ORTEGA 2002). Otro cambio a tener en cuenta es el de la progresiva desaparición de las ollas sin vidriar conforme los pozos evolucionan cronológicamente.

El tercer aspecto de la cerámica que se ha estudiado es la relación de la cerámica con los usos alimentarios. Como hemos visto las diferentes transformaciones de los objetos a través del tiempo corresponden en ocasiones a usos sociales y cuestiones alimentarias. Elementos importantes de esta evolución alimentaria es el cambio del ataifor al plato y también la ampliación en general de la base de consumo cerámico como indicativo de la penetración del mercado en la plena Edad Media (ORTEGA ORTEGA 2002).

A continuación en el cuarto apartado se analizan las redes de distribución e importación de cerámica en la Zaragoza bajomedieval. Lo primero que hay que resaltar es que la cerámica importada, aunque minoritaria está presente en casi todos los pozos. El origen de esta cerámica es variado y cambia a lo largo del tiempo, encontrando en el conjunto importaciones provenientes de diferentes localidades como Huesa del Común, Valencia, Teruel y Muel. La cerámica turolense está presente en varios pozos y con una cronología situada en los siglos XIV y XV presenta una decoración clásica en verde y manganeso. En menor proporción, pero también reseñable, es el material importado de Valencia, perteneciente al siglo XV y decorado en azul, con especial atención en dos fragmentos del pozo 96 decorados con la característica “rosa gótica” (GARCÍA PORRAS 2008). En torno al siglo XVI, ya prácticamente en la Edad Moderna, encontramos fragmentos de la localidad zaragozana de Muel, tanto pertenecientes a la serie azul como a la serie dorada, como es el caso de los pozos 139 y 89 (ALVARO ZAMORA 1981). Toda la cerámica de las localidades anteriormente mencionadas es una cerámica que se importa como bien de lujo, no obstante, también encontramos cerámica importada de cocina y uso común, como es el caso de la producción de ollas vidriadas de Huesa del Común, localidad situada cerca de Zaragoza y que se constituyó en centro productor de un tipo muy concreto de reductora en torno al siglo XIV. Un caso similar es el de la cerámica de tipo gris feudal con probable origen catalán, concretamente en Lérida y cronología cercana al siglo XIII. Material de este tipo, con cocción reductora, paredes finas vidriado al interior, parece constatarse en el pozo 210, aunque a diferencia de otros conjuntos, no puede asegurarse su origen de forma rotunda.

En cuanto a la obra realizada en la zona lo que más destaca es una posible producción local que trata de imitar la típica coloración turolense en verde y manganeso (ORTEGA ORTEGA y GUTIÉRREZ GONZÁLEZ 2005-2006). Se trata de dos fragmentos de jarritas con decoración de tipo floral.

En una visión de conjunto se puede observar una mayoría de producción local de tipo común y una minoría de producción importada con un carácter de objeto de prestigio, aunque con excepciones como el caso de Huesa del Común.

El quinto y último apartado del desarrollo de la investigación tiene que ver con el significado social de la cerámica. Lo primero que hay que resaltar es que la cerámica participa de un sistema jerarquizado de relaciones sociales, existiendo una cerámica de común y otra de prestigio, que a su vez imitaba la cerámica fabricada en metal, sólo al alcance de las capas más altas de la sociedad.

En este sentido vemos cómo las diferentes cerámicas de prestigio se van sucediendo dentro del conjunto estudiado conforme avanzan los siglos y las cuotas de mercado se trasladan de una localidad a otra. (VILLANUEVA MORTE 2003-2006). Así, la cerámica turolense es sustituida por la valenciana que posteriormente será barrida por la producida en Muel. Otro aspecto mencionado también en el apartado anterior es la imitación local de cerámica de prestigio de otras localidades, en este caso Teruel.


CONCLUSIONES

Las conclusiones de este trabajo afectan fundamentalmente a tres cuestiones básicas como son la cronología, la producción y la importación.

En el aspecto cronológico se confirma en líneas generales la datación provisional otorgada por los técnicos del Ayuntamiento de Zaragoza, con pequeñas precisiones. Los pozos 210 y 70 (Figura 1) son los dos más antiguos, siendo un poco más este último y situándose ambos entre los siglos XIII y XIV. El pozo 96 (Figura 5) data en la frontera entre los siglos XIV y XV. Los pozos 150 y 89 (Figuras 2 y 3) mantienen una cronología entre los siglos XV y XVI y por último el pozo 139 (Figura 4), plenamente en el XVI.

En lo que se refiere a la producción y consumo, las conclusiones más importantes acerca de la naturaleza del conjunto tratado trazan una imagen donde predomina la cerámica común, aunque la cerámica importada de carácter más lujoso también está presente, siendo también más numerosos los objetos dedicados al servicio de mesa que los dedicados a cocina o almacenaje. Es a todas luces un ajuar doméstico. Aunque como se ha mencionado, hay cerámica importada de prestigio, está no corresponde a la más lujosa, lo que parece que indicar que la capacidad de consumo de las gentes que habitaron las viviendas situadas sobre el solar del Teatro Romano, era de tipo medio.

En el aspecto relacionado con las importaciones y el comercio las conclusiones son varias. La existencia de cerámica de Lérida no se puede asegurar con toda certeza, pero parece que si la de Huesa del Común, lo que hace que tengamos que ser precavidos a la hora de asociar importación con bienes de prestigio (aunque muchas veces sea así). El caso de la producción catalana implicaría la existencia temprana de redes comerciales relativamente lejanas como las que en este caso conectarían con Cataluña.

La cerámica turolense, como ya se ha indicado, está abundantemente representada en la forma más exportada que es la decorada con verde y manganeso. Forma que parece imitada por los talleres locales, confirmando la idea de la imitación zaragozana de tipos foráneos de prestigio (ORTEGA ORTEGA y GUTIÉRREZ GONZÁLEZ 2005-2006).

En lo que refiere a la cerámica valenciana, su presencia está atestiguada aunque en menor número que la turolense, destacando la ausencia de fragmentos de la “serie dorada” de Manises, la de mayor prestigio del Levante español (GARCÍA PORRAS 2008).

La cerámica de Muel es abundante, en especial la de tipo dorado decorada con motivos vegetales que se inscribe dentro de la serie popular de esta localidad (ALVARO ZAMORA 1982).

La cerámica común y local es la más numerosa en un grupo doméstico que también presenta un porcentaje minoritario pero importante de elementos importados.

En definitiva, se confirmaría la importancia de las redes de comercialización de cerámica durante la Edad Media, que conectaron la ciudad de Zaragoza con diferentes zonas exportadoras de la misma, como son Valencia, Teruel y Muel. Se puede observar mediante la secuencia cronológica de los objetos estudiados, como los diferentes centros de producción tienen presencia en el conjunto de los restos estudiados en consonancia con los periodos de hegemonía que alcanzaron en el mercado. De este modo, vemos como la cerámica turolense (s. XIV) da paso a las producciones del Levante (s.XV) y estás a su vez a las de la zaragozana localidad de Muel, ya con el comienzo de la Edad Moderna (s.XVI).

Por otra parte se confirmaría, como se ha mencionado anteriormente, la presencia de cerámica de la localidad de Huesa del Común, sitiada a 17 kilómetros de Zaragoza. El estudio de esta producción ha comenzado muy recientemente, pasando anteriormente desapercibida por su carácter de uso cotidiano, en concreto la función de cocinar los alimentos (algunos de los fragmentos estudiados muestran claras marcas de fuego en los bordes). Parece que la población de Huesa del Común se especializó en la fabricación de ollas reductoras de carácter popular (ORTEGA ORTEGA y GUTIÉRREZ GONZÁLEZ 2005-2006).

La investigación presentada intenta acercarse a los patrones de consumo de cerámica en Zaragoza hacia finales de la Edad Media, cuestión que ha sido muy poco investigada exceptuando investigaciones relacionadas con actuaciones de emergencia como pueden ser los casos del Teatro Fleta (ORTEGA ORTEGA y GUTIÉRREZ GONZÁLEZ 2005-2006) o el del Paseo de la Independencia (GUTIÉRREZ GONZÁLEZ 2006). En consecuencia, este TFM trata de aportar algo de luz a un material ya excavado hace tiempo, pero no analizado en profundidad, con el objetivo de ampliar, en la medida de lo posible, las bases del estudio de la cerámica medieval en Aragón.

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Fig. 1. Fragmento de plato de tipo común (50681, pozo 70).

 

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Fig. 2. Fragmento de fondo de escudilla (60669, pozo 89). Muel, siglo XVI.

 

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Fig. 3. Fragmento de fondo de cuenco (60081, pozo 89). Teruel, siglo XV.

 

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Fig. 4. Fragmento de base de tapadera convexa con péndulo central (111608, pozo 139).

 

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Fig. 5. Fragmento de cazoleta y arranque del mango (63885, pozo 96). Posible producción de Huesa del Común.

 

BIBLIOGRAFÍA

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* Universidad de Granada, Departamento de Arqueología y Prehistoria; Universidad de Zaragoza, Facultad de Filosofía y Letras, gomezrivasluis@gmail.com