Lámina 4: el primero de ellos destaca por su gran tamaño, y sobre todo por el vidriado que aunque bastante desgastado, presenta un color azul que no vuelve a aparecer en ninguna otra pieza del yacimiento. Por la tipología nos remontamos al siglo XII. El otro también presenta una forma poco repetida en el total de piezas estudiadas, y su decoración en cuerda seca, es uno de los mejores ejemplos de la riqueza de este ajuar.