LA CERÁMICA MEDIEVAL DE EL MARAUTE (MOTRIL, GRANADA)

MEDIEVAL POTTERY FROM EL MARAUTE (MOTRIL, GRANADA)

Teresa BONET GARCÍA


Para la realización del presente trabajo nos basamos en las investigaciones realizadas dentro del proyecto Análisis de las secuencias del poblamiento medieval de la costa granadina, en el que se incluían, entre otras intervenciones de urgencia, la del yacimiento de El Maraute que nos ocupa, y la prospección de la costa.

El trabajo se centró en el estudio cerámico de la intervención del año 1995 en el yacimiento de El Maraute, situado en la localidad costera de Torrenueva. Pero antes es necesario introducirnos en el entorno así como en la historia de la alquería de Batarna, con la que se identifica el yacimiento.

El yacimiento está situado en la localidad de Torrenueva, anejo de Motril, en un lugar privilegiado en el que se mezclan la zona de paso desde las tierras bajas hasta la media montaña, representado por la Sierra del Jaral, y en contacto con la vega de Salobreña-Motril. A tan solo cuatrocientos metros de la línea de costa, distancia que pudo ser menor en época más antigua, ya que se constata un aumento de los aportes sedimentarios como consecuencia de una actividad erosiva en el interior; esto hace pensar en la existencia de dos fondeaderos uno a levante otro a poniente separados por la parte baja de la colina donde se encuentra el asentamiento. También destaca la proximidad de unas salinas cuya explotación está documentada a la llegada castellana.

En la colina en la que se sitúa el yacimiento actualmente está ubicado el cementerio municipal, así como un depósito de agua en la cima. Esto unido al continuado desarrollo urbanístico de la zona ha provocado que el grado de conservación de los restos arqueológicos sea realmente malo.

Las fuentes escritas hacen referencia a la alquería de Batarna con la que se identificó el yacimiento ya que la extensión de vega que recorre la falda de esta colina era conocida como el Pago de Paterna, confirmado además por la ubicación que nos dan las fuentes. La aparición de esta alquería en las fuentes no es un hecho habitual, al tratarse tan solo de un asentamiento rural, lo que puede deberse a la relación que tenía este asentamiento con la explotación minera de atutía, mineral de zinc utilizado para la elaboración del cobre, en el cercano cerro del Toro.

Los autores que mencionan esta alquería se remontan al siglo VIII, ya el Fath al-Andalus recoge el término “bytranyana”, aunque en estos momentos se refiere tan solo a un asentamiento, posteriormente al-Razi lo relaciona con una explotación minera de atutía, y lo sitúa cerca de Salobreña, lo denomina “paten e viua”. En el siglo XI será al-Bakri quien hable de la alquería de Batarna, dedicada a la extracción de este mineral. El último de los autores, al-Idrisi, ubica la alquería en un lugar entre Castell de Ferro y Salobreña.

El yacimiento de El Maraute ha sido objeto de varias intervenciones, la primera en el año 1986 en la que se pudo establecer una secuencia estratigráfica en la que se observaba una primera presencia romana que llegaría hasta los siglos III-IV y una segunda ocupación islámica a comienzos del siglo X.

La segunda campaña de excavación en 1995 es en la que nos hemos centrado y en la que se consiguió afinar más esta cronología, la ocupación islámica llegaría hasta los siglos XI y comienzos del XII. También en esta campaña se consiguió ampliar el área excavada, ya que en la anterior tan solo se realizó un sondeo, lo que permitió descubrir el área de ocupación de la alquería así como la necrópolis. La cerámica de esta campaña es la que nos ha llevado a realizar este trabajo, y que veremos brevemente a continuación.

El estudio cerámico es la base de este trabajo, es necesario comentar aquí que la cerámica estudiada se encuentra en mal estado de conservación, de ahí que en muchos aspectos no se puedan tener datos más concretos de los que se ofrecen en el trabajo; se ha dividido en varias partes, un primer estudio estadístico en el que se incluyeron todas las piezas recogidas en la campaña del 1995, un total de 1135 fragmentos cerámicos; para su clasificación usamos la ya clásica división de vajilla de cocina, de mesa, almacenaje y transporte, usos múltiples y contenedores de fuego (basada en el estudio de G. Rosselló Bordoy: “Sistematización de la cerámica árabe en Mallorca”). Los porcentajes fueron:

- Vajilla de cocina: 20,5% (233 fragmentos)
- Vajilla de mesa: 38,2% (434 fragmentos)
- Piezas de almacenaje y transporte: 12% (125 fragmentos)
- Vajilla de usos múltiples: 3,5% (40 fragmentos)
- Contenedores de fuego: 2% (23 fragmentos)
- Piezas sin identificar: 23% (270 fragmentos)

Para finalizar, el estudio de la zona de abandono se realizó estudiando a fondo tanto el diario de excavación, las fichas de las estructuras, así como el inventario de materiales nos dio una idea de las estructuras que formaron la alquería de Batarna 1 .

La excavación se dividió en dos zonas, división que se mantuvo para el estudio cerámico. Para la selección cerámica se tomó como base las fases de abandono; así siguiendo el diario de excavación se encontraron niveles que se consideraron como tales; estos niveles serían pavimento, relleno, suelo de ocupación, derrumbe y cerámica “in situ”.

Siguiendo este criterio en la zona I-A se definieron dos unidades estratigráficas correspondientes a un pavimento: UEN-1 y la UEC-11 este último ocupa gran parte de la zona N del sondeo y está formado por un nivel de cal grasa con restos de cerámica y pequeñas piedras; otros dos niveles definidos como derrumbes que vienen dados por capas superiores de tejas y ladrillos (UEC-26 y UEC-28).  La cronología de esta cerámica confirma la establecida en 1986, datándose entre los siglos X-XI. En esta zona se encuentra la cisterna romana que fue también excavada y que proporcionó una amplia variedad de materiales que fueron incluidos en el trabajo

La selección cerámica realizada de la zona II-A quedó limitada a tres unidades estratigráficas que fueron definidas como suelo de ocupación (UEN-2), otra como relleno de nivelación formado por tierra compacta con pequeños clastos, creado para la construcción del suelo de una vivienda (UEN-9) y otra con cerámica “in situ” que apareció entre los derrumbes de los muros E-5 y E-6. La cerámica estudiada de esta zona se corresponde con la parte oeste del sondeo ya que en el resto a penas apareció.

La última zona sería la II-C que nos presenta un relleno (UEN-03) y dos derrumbes (UEC-9 y UEC-5). El primero de estos derrumbes (UEC-5) está situado al N del muro principal del sondeo (UEC-6), formado por tierra, guijarros, elementos constructivos y bastante cerámica. Se realizó un sondeo en este relleno que aportó cerámica datada en el siglo X. El otro derrumbe correspondiente con la UEC-9 posiblemente fuera el resultado de la destrucción del muro UEC-8 por su parte sur.

A la hora de realizar la clasificación cerámica no se hizo distinción entre los distintos estratos considerándolos todos como nivel de abandono; sí se diferenció entre las zonas, ya que se ha seguido la cronología aportada por A. Gómez en los informes de la excavación, extraída a partir del análisis de las estructuras encontradas así como de un primer reconocimiento de la cerámica; por tanto la zona I se considera abandonada a partir de la mitad del siglo X comienzos del XI y la zona II mantiene una ocupación más tardía siendo abandonada en el siglo XII. Con el estudio de la cerámica  se corrobora esta cronología.

Hay un total de 197 piezas estudiadas entre las tres zonas, se ha seguido una tipología habitual para estos trabajos aunque no exenta de crítica;  distinguimos entre vajilla de mesa, vajilla de cocina, recipientes de almacenaje y transporte, contenedores de fuego y usos múltiples. A continuación se muestran algunas de las piezas más relevantes encontradas en la excavación de 1995.

A la hora de buscar paralelos, se han consultado distintas tipologías publicadas, como el estudio clásico de Rosselló Bordoy 2 , “Ensayo de sistematización de la cerámica árabe en Mallorca”; nos hemos centrado en la zona del Sureste peninsular, examinando lugares como Bezmiliana 3  (Rincón de la Victoria, Málaga) estudio realizado por Manuel Acién Almansa; Pechina 4 , estudiado por Castillo Galdeano y Martinez Madrid; también hemos consultado el estudio de Sonia Gutierrez Lloret 5  sobre “Cerámica común Paleoandalusí del Sur de Alicante (siglos VII-X)”.

Especial interés hemos prestado a los estudios realizados en la misma costa granadina representada por Salobreña, Almuñécar, La Rijana y la tipología publicada de la cerámica de El Maraute, en la campaña de excavación del año 1986. Así como los resultados de la prospección realizada a todo lo largo de la costa dentro del proyecto de investigación dentro del cual se realizó la excavación.

Como conclusión indicar que tras este estudio cerámico se confirma la cronología expuesta en los informes de la campaña de 1995; la alquería de Batarna estuvo ocupada entre los siglos X y XII. La importancia de este yacimiento reside, como ya se dijo en su momento, en mostrar la transición del poblamiento tardorromano al islámico. Las formas cerámicas estudiadas nos permiten observar esta transición, desde piezas más tempranas hasta otras, ya inmersas en el siglo XII. Pero aún así se pueden plantear cuestiones como la aparición de ejemplares tan ricamente decorados como la jarrita decorada en cuerda seca, entre otras, que destacan entre el ajuar de un asentamiento rural en la costa. Será necesario un estudio posterior más a fondo que nos ofrezca una respuesta.

 Lámina 10

Planta 1

Planta 2

Planta 3