Publicado por vez primera en: lista lssi@elistas.net, 10 Mayo 2002


Feliz cumpleaños ... y pico
Arturo Quirantes Sierra





Cómo pasa el tiempo. Hace exactamente un año -casi al minuto- estaba hecho un mar de dudas frente al ordenador, preguntándome por qué Manolo Gómez había puesto patas arriba su querido Kriptópolis. Ley de servicios de nosequé. No sería para tanto, pensé. Desde Enfopol a Echelon, creo estar medianamente bien informado de las amenazas al ciberespacio, así que pensé que le había sentado mal la fabada.

El caso es que tenía razón. Mis telarañas habían fallado, y esa cosa que llamaban LSSI me cogió por sorpresa. En eso, creo que coincidí con mucha gente. No tuvimos que esforzarnos mucho -sabemos leer solitos- para llegar a la misma conclusión: esto es algo muy gordo, y no va a traer nada bueno.

En estos doce meses ha pasado mucha agua bajo el río. Hacer un resumen siquiera somero podría activar el rollopatatero mode, así que dejo que cada uno haga memoria. Algunos se incorporaron al frente antilssi desde el primer día, otros llegaron más tarde. Lo gracioso del caso es que el toque a rebato de Kriptópolis dio sus frutos desde el principio. Apenas dos días, y el borrador del anteproyecto LSSI que colgaba de la web del MCYT fue cambiado. Al parecer, algún genio pensó que prohibiendo el spam nos callaríamos la boca y seríamos buenos.

A lo largo de este año hemos visto de todo. Fuimos testigos de cómo los responsables del ministerio se aprendían la cancioncilla de la confianza y el marco jurídico, y no dudaban en cantártela hasta cuando les pedías la hora. Vimos cómo el movimiento internauta sacaba al mismo tiempo lo mejor y lo peor de sí. Ciertos personajes se autotitulaban representantes de los internautas y pretendían ser el eslabón de unión entre gobernantes y cibernautas ... olvidando que Roma no paga a traidores, y que los internautas tenemos buena RAM.

Pero al mismo tiempo descubrimos la fuerza interior que yace en nosotros mismos. No es que los ocho millones nos cuadrásemos para lanzarnos contra el Ministerio todos a la vez, pero el caso es que personas de todo tipo pararon sus navegaciones para pensar y decirse, eh, esto no está bien. Unos hacen estudios jurídicos, otros avisan a la prensa, este propone una cibersentada y el otro fundar un partido político cibernauta. Entre unos y otros, hemos conseguido hacer sudar a Adsuara y compañía, y la ley que parecía iba a ser aprobada en Julio necesitó nueve agónicos meses en llegar al Consejo de Ministros.

Y aquí estamos. Doce meses y un día después del grito de aviso inicial, el Congreso ha aprobado la LSSI. Oh, sí, han incluido más de un centenar de enmiendas. Seguro que así se creen que se ha logrado un consenso. Luego al Senado, pensarán, de nuevo al Congreso, y a crear seguridad y confianza. Larga vida a la tropa Birulés.

La suerte está echada, según parece. Así que, ¿por qué no te dedicas a otra cosa más provechosa? ¿Qué haces aquí perdiendo el tiempo? Pues seguir luchando, claro. Desde el comienzo tuve claro dos cosas. Una: que el enemigo cuenta con fuerzas formidables, y si realmente se le mete entre ceja y ceja una cosa, no parará hasta conseguirla. Dos: que eso me traía al fresco, porque yo tampoco pararé hasta salirme con la suya. Hemos luchado contra la LSSI en la red, en la prensa, en el parlamento, en todos los lugares que hemos podido. Lucharemos en el Congreso, lucharemos en el Senado, lucharemos en los tribunales, lucharemos en el estrado de la opinión pública. Todo antes de darnos por vencidos y otorgarles a ellos la perragorda.

Si sueno estilo Churchill, no es casualidad. También el se puso bravucón cuando no tenía más que una moral digna del Alcoyano. Derrotado, aislado en su isla, enfrentado a un poderoso y resuelto enemigo, rehuyó la solución fácil, dedició plantar cara ... y ganó contra todo pronóstico. Así veo yo esto. Hace algún tiempo publiqué un artículo llamado "la LSSI y la supervivencia política", en el que intentaba plasmar algo en lo que a veces no caemos: que incluso los Goliat se desgastan en las batallas, y lo que parece formidable fortaleza puede ser sólo fachada.

Reconozco que soy optimista. Pero la paradójica verdad es que, mientras la LSSI pasa de una cámara parlamentaria a otra, su papá Adsuara ha sido expulsado con cajas destempladas del MCYT, merced a un tribunal supremo que no admite tonterías. Nadie sabe quién dirige ahora su departamento, pero el hecho es que la ley de internet está huérfana. Cuando acabe el reinado europeo de Aznar, veremos qué pasa con el Ministerio de Ciencia y Tecnología. A lo mejor piensa que, para lo que sirve, mejor cerrar el quiosco. Ya circulan rumores de que gente del MCYT está haciendo las maletas y buscando curro por lo privado.

Lo declaro públicamente: no tengo N.P.I. de qué va a pasar en el otro lado de la trinchera. Lo que sí sé es qué va a pasar en el nuestro. El esfuerzo común contra la LSSI ha formado alianzas, sacado gente a la luz, mostrado lo que podemos hacer juntos, siquiera revueltos. Yo he conocido mucha gente interesante en este año, con la que espero seguir colaborando en el futuro, tanto en este como en otros escenarios de lucha. Puede que este sea el equivalente de la operación Sundevil de EEUU, tras la cual el movimiento internauta norteamericano se hizo más fuerte y mejor organizado que nunca. La famosa EFF nació entonces. Dado nuestra tradición de "yo soy independiente, y no me caso con nadie", es posible que vayamos cada uno a su bola. Pero caminamos en la misma dirección. Y esa será nuestra fuerza.

Así que no os deis por vencidos. Nada de abandonarse al tópico del combate contra molinos de viento. Hemos logrado nuestro objetivo principal: negar al enemigo la victoria. Después de un año, han sido incapaces de generar esa confianza de que tanto querían presumir. Sí, no me cabe duda de que acabarán convirtiendo la LSSI en ley. Pero lucharemos cada palmo del camino. Y después seguiremos luchando.

Mientras tanto, recordad esto: una ley que no cuenta con la aquiescencia de los legislados es solamente papel mojado. Para que la LSSI se convierta en ese instrumento creador de seguridad y confianza, es preciso que nos lo creamos y traguemos. Mientras no pasemos por el aro, no conseguirá su objetivo principal. No generará confianza. No proporcionará un marco jurídico estable. No nos convertirá en la envidia del mundo mundial.

No se lleve a engaño, Ministra. Nadie va a tirar la toalla y a inclinar la cabeza. Si le han hecho creer que con sus mayorías absolutas se resolverán solos los problemas de su ministerio, es que en estos doce meses no ha aprendido nada. Por lo que a mí respecta, esto no ha hecho más que empezar.

Arturo Quirantes Sierra. Primer año de guerrilla.



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