Generando confianza

Por Arturo Quirantes

Septiembre de 2.005. Con objeto de generar confianza en el comercio tradicional y acabar con la reciente oleada de fraudes, el parlamento aprueba la Ley de Servicios de la Sociedad Urbana (LSSU). Esencialmente, declara que todo espacio público es un centro de comercio, y todos los peatones son "usuarios de la sociedad urbana".

La mayoría de la población aprueba y aplaude esta iniciativa que, se piensa, regulará la venta ambulante indiscriminada, evitará los fraudes en los colmados de calle y acabará con la molesta imagen de subsaharianos acosándonos con relojes y cds piratas.

Pero no todos se han leido la ley al completo...


(Abril de 2.006. Alguna calle española, 22.30 horas)

- A ver, usted, venga aquí

- ¿Se refiere a mí, agente?

- Sí, a usted. Tenga la bondad de acercarse.

- ¿Hay algún problema?

- Un control rutinario. Su documentación, por favor.

- Aquí tiene, agente.

- No, esta no. Desearía ver su documentación comercial: tarjeta de cliente y número de inscripción en el registro de usuarios de centros comerciales.

- Lo lamento, pero como iba de paseo no llevo las tarjetas encima, y tampoco tengo inscripción de eso que usted dice.

- Muy mal. ¿No sabe que, según la LSSU, debe usted llevar encima su documentación de consumidor cuando esté en un área comercial?

- ¡Pero si estoy en la calle, y todas las tiendas están cerradas!

- Eso es irrelevante. Está usted en un área declarada de comercio, y debe usted llevar su documentación. Me temo que voy a tener que multarle por ello. Sigamos. ¿Ese periódico que lleva encima es suyo?

- Sí, señor. Me lo acaba de pasar mi suegro, que lo estaba leyendo antes.

- ¿Ha declarado usted esta venta?

_ ¿Venta? Ya le he dicho que me lo ha regalado.

- Pero ese periódico tiene un precio asignado. Debe llevar usted el tique de compra, o bien un recibo de cesión por parte de su suegro. Me temo que voy a tener que multarle de nuevo: por no declarar esta cesión, y por no denunciar la actividad ilícita de la persona que se lo cedió.

- ¡Esto es un abuso!

- Es la ley, caballero. Otra cosa. Veo asomar un bocadillo de presunto salchichón por esa bolsa. ¿Sabe usted que la entrada de material alimentario a una zona comercial no está autorizada? Permítame esa bolsa, por favor.

- ¡Ni hablar! Esa es mi bolsa.

- En ese caso, he de multarle. Y le advierto que resistirse a la actuación inspectora de la autoridad competente es falta grave. Tenga usted, caballero.

- ¿Puedo irme ya?

- Todavía no. ¿Sabe usted la hora que es? Las once menos cuarto. Está usted en una zona comercial en horario de cierre. Según la ley, no puede usted estar aquí. Le ruego que abandone inmediatamente esta zona.

- ¿Quiere decir que tengo que quedarme en casa a partir de las diez porque usted lo diga?

- Lo dice la ley, caballero.

- ¿Pues sabe lo que le digo? ¡¡Que usted y este **** gobierno que aprueba las leyes pueden irse a la ******!!

- No está permitido expresar opiniones políticas ni hacer declaraciones malsonantes en una zona comercial. Me temo que tendrá que acompañarme. Le advierto que todos sus movimientos han sido debidamente registrados por cámaras de circuito cerrado de televisión, instaladas con fines de seguridad comercial.

- !Suélteme inmediatamente! !Exijo ver a mi abogado!

- Podrá hablar con él cuando le hayamos notificado la sanción. Aunque le advierto que, al ser una sanción administrativa, habrá de ser abonada íntegramente sin perjuicio de que usted decida emprender acciones legales. Vamos, haga el favor de no resistirse a la autoridad competente o me veré obligado a retirarle sus tarjetas de crédito.

- ¿Autoridad competente? !Pero si usted es solamente un vigilante jurado!

- Soy una autoridad compentente de acuerdo con el artículo 26 de la LSSU, apartado b. Tenga un ejemplar, y así se va entreteniendo mientras le tomamos declaración administrativa. Tenga la bondad de acompañarme, señor Quirantes...




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