Los rayos X pueden atravesar fácilmente los tejidos blandos del cuerpo, pero son atenuados por los huesos. Por lo tanto, las fotografıas con rayos X pueden revelar la estructura detallada del esqueleto humano y son de indudable utilidad para el diagnóstico de lesiones óseas. Sin embargo, los rayos X tienen sus limitaciones: no son muy efectivos para diferenciar entre diferentes tipos de tejido blando (localización de tumores) y producen una imagen tridimensional, pero plana, que, incluso aunque revele una anormalidad, no indicarıa la profundidad de la misma. Además, parte del tejido blando de interés puede ser apantallado u obscurecido por los huesos, como por ejemplo el cerebro dentro del cráneo.
Una técnica mejorada consiste en introducir un material no radiactivo de alto , como bario o iodo, en un órgano especıfico. Porteriormente se toma una radiografıa. Puesto que el cuerpo contiene una proporción muy pequeña de elementos de alto , su introducción resulta en una imagen muy detallada. Es muy común el uso de esta técnica utilizando bario, por ejemplo, como medio de contraste para estudios del tracto gastrointestinal.