En cuanto a los antídotos biológicos, neutralizan el tóxico por medio de efectos inmunológicos, es decir, utilizando anticuerpos frente a este tipo de biotoxinas. Destacan especialmente el suero antibotulínico polivalente, que trata la intoxicación por cualquiera de las toxinas botulínicas, y el suero antiofídico. Este último, también de carácter polivalente, hay que aplicarlo precozmente para prevenir o revertir lesiones locales de picaduras (dolor, hinchazón y equimosis) así como los efectos sistémicos de las mismas (coagulopatía). El suero de ovino da menos reacciones alérgicas que el de caballo, es decir, la incidencia de enfermedad del suero es menor.