Queridos compañeros, no quería dejar pasar la oportunidad de escribir en estas páginas, mi impresión sobre nuestra patrona, la fiesta de todos los farmacéuticos. Pero no quiero hablar de lo de siempre, del sainete, de la conferencia y la entrega de medallas. No, quiero verlo de otro prisma. Quiero que todos nos hagamos una pregunta ¿consideramos a la Inmaculada nuestra patrona? Si la respuesta es sí, ¿lo celebramos como debiéramos?. Ésta reflexión en voz alta, no quiero que sirva nada más que para plantearnos, si es nuestra fiesta, o una excusa para irnos de vacaciones. Desde mi punto de vista se está convirtiendo cada día más, en una escapada para el pueblo o para la sierra. Todos deseando saber el día del sainete para salir corriendo y no venir a clase. Y de esta reflexión no se libra nadie, ni alumnos, ni profesores. Me da mucha pena que esto sea así, ya que podríamos llegar a perder todo lo que actualmente tenemos. No es bueno comparar, pero ves otras facultades vecinas y observas la cantidad de actividades que se desarrollan y en las que participan todo el personal de la casa. ¿Qué le pasa a la nuestra? ¿Estamos dormidos?

Una soñadora.