Informe de Restauración
Pilares
de Travertino del Patio de
Albaycin,
Por
A.García
Casco Prof. Titular de Universidad (Universidad de Granada) |
y |
J.A.
Durán Suárez Becario de Investigación (P.F.P.I., J.A.) |
Los trabajos de restauración
de los pilares de travertino del patio de
Los materiales originales y
el estado de conservación de la obra con anterioridad a la intervención han
sido descritos en el informe previo (Proyecto
de Restauración, 1991) y en un trabajo de investigación publicado que
presentamos en el Anexo I. Por esta razón, estos aspectos no serán tratados de
manera específica en el presente informe. El estado original de los pilares,
tal y como fueron encontrados a comienzos de la obra, se puede apreciar en las
Fotografías 1-6. Es de destacar la abundancia de hormigones de repello a base
de cemento portland, que cubrían una gran parte de las superficies, faltas, y
estructuras cavernosas de los pilares de travertino. La retirada de estos
hormigones, y la ulterior reintegración de las faltas con morteros de
restauración más apropiados, han constituido uno de los objetivos más
importantes de la restauración llevada a cabo.
Es de reseñar que durante las
labores de retirada de los hormigones de cemento portland en el pilar nº 4, se
encontró una moneda de bronce en el interior de una caverna del travertino
embutida en el mortero mixto de cal+yeso localizado por debajo del hormigón. Esta
moneda ha sido identificada por Dña. Angela Mendoza Eguaras (ex-directora del
Museo Arqueológico de Granada) como un maravedí de la época de Felipe II o
Felipe III (1556-1621). Este hallazgo permite especular con la edad (cristiana
vs. musulmana) de la puesta en obra de estos pilares de travertino, sobre la
que no existe (hasta donde llegan nuestros conocimientos) información alguna,
ya que es costumbre de los obreros insertar monedas en las obras realizadas por
ellos una vez finalizadas. La conclusión más inmediata sería que los pilares de
travertino fueron instalados en época cristiana entre 1556 y 1621. No obstante,
la edad anteriormente mecionada podría corresponderse con una edad mínima de puesta en obra, si los
pilares de travertino pertenecieron originalmente al patio de
En cualquier caso, este
hallazgo permite corroborar la hipótesis propuesta en el informe Proyecto de Restauración (1991), donde
indicamos que el mortero mixto de cal+yeso es un mortero de recubrimiento
original (ya sea de época musulmana o cristiana). Como se indica más abajo,
este mortero ha sido respetado en los trabajos de la restauración que hemos
llevada a cabo.
A continuación se detallan
los trabajos de restauración efectuados, en orden cronológico aproximado. Las
descripciones que siguen son globales, esto es, aplican a todos los pilares, ya
que todos han sido trabajados de forma similar, aunque, lógicamente, las
operaciones han necesitado de tiempo y trabajo variables en cada pilar según su
estado de conservación respectivo.
Estos arriates, que constituían
una fuente de alteración clara debido a su contínuo riego, fueron eliminados
por el personal de
La mayor parte de estas
puntas se habrían instalado para conducir el crecimiento de las plantas de los
arriates. Se retiraron todas las puntas de hierro, generalmente oxidadas,
localizadas en todos los pilares. En los casos necesarios, se protegieron las
zonas adyacentes con engasados de papel japonés y resina vinílica para evitar
posibles desprendimientos de la piedra al ser extraidas.
Estos hormigonones, que
cubrían una gran parte de la superficie expuesta de los pilares (Fotografías
1-6), fueron retirados con métodos mecánicos, utilizando herramientas de
cantería (cinceles, gubias, formones, etc) aplicadas con martillo. En los casos
en que el travertino de los pilares se encontró fracturado, las superficies se
protegieron previamente mediante engasado-empapelado con resina vinílica para
evitar daños adicionales. El volumen de morteros de cemento portland retirado
fue elevado, como lo muestran las Fotografías 7-8. En todos los casos, el
mortero de tipo mixto a base de cal y yeso y árido de fragmentos cerámicos que
originalmente podría recubrir todas las superficies de los pilares y que
actualmente sólo queda en relictos aislados, fue respetado (Fotografías 9-10).
Los hormigones de cemento
portland cubrían no sólo las estructuras cavernosas naturales y las faltas
producidas por deterioro de los pilares, sino también las juntas entre fuste y
capitel. La naturaleza de estas uniones originales resultó ser totalmente
heterogénea, como lo muestran las Fotografías 11-16. Así, aunque en todos los
casos el mortero de unión es el original, de tipo mixto a base de cal y yeso y
árido de fragmentos cerámicos, en algunos casos el material que sustenta la
unión es ladrillo (e.g., Pilar nº 3), fragmentos de ladrillo y cantos rodados
de cuarcitas, mármoles y esquistos (e.g., Pilar nº 4), madera y cantos rodados
(e.g., Pilar nº 2), o simplemente cantos rodados (e.g., Pilar nº 5). Esta
heterogeneidad original hace suponer que las juntas entre fuste y capitel
estuvieron originalmente ocultas bajo un mortero de recubrimiento, posiblemente
de tipo mixto de cal y yeso similar al que se encuentra sobre las superficies
de los pilares en parches aislados. Esta idea encuentra justificación en el
hecho de que en el Pilar nº 6 existe un amplio recubrimento de mortero mixto de
cal y yeso localizado entre el fuste y el capitel que recubre además la junta
entre ambos. Como se indica más adelante, la hipótesis de que las juntas
estuviesen originalmente cubiertas por mortero mixto ha condicionado el
criterio de restauración seguido en esta obra.
La retirada de los enlucidos
de cal (constituídos por finas capas de carbonato cálcico), que se encontraban
ocupando grandes áreas de los pilares (particularmente los nº 4, 5 y 6,
Fotografías 17-20), ofreció grandes problemas, debidos, esencialmente, a la
naturaleza cavernosa del travertino. Inicialmente, esta limpieza fue abordada
mediante métodos mecánicos. Se comenzó cepillando las superficies con cepillos
de cerda no metálica y agua, lo cual no dió resultado apreciable alguno.
A continuación, se utilizaron
cepillos de cerda metálica (y algunas herramentas de cantería aplicadas sin
martillo, particularmente punteros finos), lo cual deparó un exito parcial, ya
que si bien se logró retirar un volumen importante de la cal, no se consiguió
retirar las capas mas finas aplicadas directamente sobre el travertino ni las
áreas encostradas localizadas en los poros y cavernas del mismo. En
consecuencia, fue necesario utilizar métodos mecánicos que pudieran aplicarse
de manera puntual, y se aplicaron escalpelos, bisturíes, fresas y microfresas
usadas en taladros y microtornos, ultrasonidos y un microabrasímetro de polvo
de corindón (estos dos últimos no dieron resultado apreciable alguno, y se
abandonaron).
No obstante se logró reducir
el volumen de las costras de cal con los métodos mecánicos, el área de los
pilares que se mantenía aún con restos muy finos de cal era amplia. Dado que
los métodos mecánicos no podían resolver el problema, se recurrió en última
instancia a métodos químicos. Se probaron distintas soluciones de ácidos
(cítrico, fosfórico y clorhídrico) en concentraciones bajas (menores del 10% en
volumen). Finalmente se aplicaron las soluciones de ácido clorhídrico diluídas
(5-10 % en volumen), ya que la reacción con el ácido cítrico prácticamente no
disolvía las costras de cal, y la reacción con el ácido fosfórico formaba un
producto insoluble, posiblemente fostato cálcico, que se mantenía en las
costras y era aún más difícil de retirar. La aplicación de las soluciones de
ácido clorhídrico se llevó a cabo con la mayor precaución posible (ya que,
obviamente, también atacan al sustrato pétreo calcáreo). Así, la aplicación fue
en todos los casos puntual, añadiendo la solución ácida con pinceles y brochas
finas directamente sobre pequeñas áreas (no más de unos pocos cm2),
lavando abundantemente con agua a continuación y cepillando subsecuentemente
para facilitar el desprendimiento de las costras de su sustrato. Finalmente se
consiguió, no sin problemas y tras un tiempo considerable, una limpieza
aceptable (Fotografías 21-24).
Este tipo de suciedad
(Fotografías 25-28) fue limpiada con métodos mecánicos y químicos. Se obtuvo
éxito en todos los pilares utilizando jabones neutros y soluciones de acetona y
alcohol, incluso en los casos de manchas más pertinaces, aunque también se
utilizaron disolventes orgánicos como tolueno y nitro (2% de etanol más 98%
tolueno) (Fotografías 29-30). Las operaciones de aplicación de los agentes
limpiadores fueron seguidas de abundate cepillado y aclarado. Donde se
encontraron mayores problemas con este tipo de manchas fué en el pilar nº 1, ya
que el travertino de este pilar se encontraba quemado en toda su parte inferior
hasta una profundidad de más de
· H2O............................................................................................. 1000 cc
·
Bicarbonato de
amonio....................................................................
·
Bicarbonato de
sodio.......................................................................
·
Sal bisódica
·
Carboximetilcelulosa........................................................................
Esta mezcla, desarrollada por
el I.C.R de Roma, no fue aplicada para la limpieza general de las superfies, ya
que la papeta quedaba alojada en los poros del travertino y era difícil de
retirar. Las pruebas que se realizaron aplicando la papeta sobre papel japonés
no dieron resultados satisfactorios.
Las áreas deterioradas y
arenizadas (Fotografías 31-32) fueron tratadas con mezclas de resinas a base de
silicio. En concreto se utilizó una mezcla a base de resina silicónica
consistente en silicato de etilo más alquil-aril-polisiloxamo (Rhodorsil RC80)
al 5% en disolvente nitrocelulósico aplicada con spray y, en algunos casos, a
brocha. En todos los casos, se aplicó disolvente sobre la superficie de la
piedra previamente a la aplicación de la solución consolidante, para facilitar
su penetración.
Previo a la aplicación de estos morteros se procedió a la preparación y saneamiento de las superficies. Esta preparacón consistió en:
·
La limpieza de las superficies con chorros de aire
comprimido (a 3-4 atmósferas de presión) y abundante agua para retirar todo el
polvo adherido que impidiese una buena adherencia,
·
La consolidación de las superficies con resinas
silicónicas (la misma mezcla que se utilizó en la preconsolidación)
·
La colocación de hilos y puntas de acero
inoxidable a modo de emparrillado de agarre, taladrando las superficies y
pegando las puntas con resina epoxídica, dada su excelentes propiedades como
adhesivo. Además, estas puntas se protegieron con la misma disolución utilizada
en las operaciones de preconsolidación, ya que ésta también presenta
propiedades hidrofugantes.
A continuación se aplicaron
los morteros de restauración, utilizando encofrados para evitar su despegue de
las superficies del travertino (Fotografías 33-36). Los encofrados se
mantuvieron durante una semana, regándose a diario para facilitar el fraguado
de los morteros. El riego se mantuvo durante varias semanas una vez retirados
los encofrados. El mortero utilizado es una mezcla de cal hidráulica, árido de
carbonato cálcico (marmolina) y aireante (poliuretano expandido en grano) en la
proporción en volumen 1:2:3. La elección de este morteros de restauración se
justifica en un epígrafe posterior. Además, este mortero se entonó
cromáticamente, añadiendo mezclas de colorantes inorgánicos ocres, verdes,
rojos y negros (a base de óxidos de Fe y tierras naturales) durante la
elaboración de la mezcla. Estos colorantes son resistentes a los álcalis y a la
radiación ultravioleta.
Una vez fraguados los
morteros, al cabo de un mes de su aplicación, se procedió a su acabado. Esta
operación consistió en su texturando con materiales de cantería, procediendo al
rebaje y homogeneización de las superficies (Fotografías 37-40). A continuación
se eliminaron los granos de poliuretano expandido añadiendo abundantemente
acetona sobre las áreas reintegradas (aunque de manera controlada para evitar
pasmados sobre la superficie del travertino), consiguiendo una textura
extremadamente porosa muy similar a la del travertino. Finalmente, esta
operación fue seguida de un entonado cromático de detalle con mezclas de
colorantes inorgánicos dado que el color inicial del mortero se diseñó con una
entonación cromática inferior a la del travertino. La metodología de
reintegración cromática ha consistido en la aplicación de una tinta neutra
sobre cada una de las lagunas.
Como se indicó más arriba,
parece evidente que las juntas entre fuste y capitel de estos pilares de
travertino estuvieron originalmente cubiertas por un mortero mixto de cal y
yeso con árido de fragmentos cerámicos. Por esta razón, las juntas han sido
recubiertas de nuevo con un mortero similar, constituido por cal, yeso y arena
de ladrillo en la proporción en volumen 2:1:1 (Fotografías 41 y 42). Este
mortero presenta un color rojizo debido al polvo de ladrillo, por lo que fue
necesario una reintegración cromática con mezclas de colorantes inorgánicos
para entonarlo cromáticamente al entorno. En el caso del Pilar nº 3, no se
procedió al recubrimiento de la junta ya que la unión quedaba perfectamente
definida por una hilera contínua de ladrillo original que quedaba prácticamente
enrasada al nivel del pilar de travertino[1]. Esto no pudo hacerse en el resto de los pilares
ya que los materiales de unión de las juntas (fragmentos de ladrillo, maderas y
cantos rodados) quedaban expuestos a varios centímetros de profundidad respecto
del nivel de los pilares. Por esta razón, y por lo expuesto más arriba, se
procedió al recubrimiento de estas juntas.
Una vez tratados todos los
pilares, con los morteros de reintegración sobre el travertino y de
recubrimiento en las juntas añadidos, fraguados y texturados, la operación
final consistió en la protección e hidrofugación de toda las superficies. Esta
operación se llevó a cabo aplicando soluciones de resinas silicónicas, en
concreto una mezcla al 50% en volumen de
dos soluciones:
·
silicato de etilo más alquil-aril-polisiloxano
(Rhodorsil RC80) al 50% en volumen en disolvente nitrocelulósico
·
polialquil-alcoxi-silano (Tegosivin HL) al 5% en
nitro
Esta mezcla ejerce una acción
consolidante, además de una acción hidrorepelente debido a la existencia de
radicales alquilo.
El modo de aplicación fue el
siguiente. Inicialmente se aplicó el disolvente (nitro) directamente sobre las
superficies, con spray, para favorecer la penetración de la solución
consolidante-protectiva (Fotografía 43). A continuación se aplicaron las
disoluciones antes mencionadas, inicialmente en forma de spray (dos manos sobre
cada cara de cada pilar), y subsecuentemente a brocha (otras dos manos sobre
cada cara de cada pilar).
El resultado final de los
trabajos de restauración llevados a cabo bajo nuestra dirección, una vez
entregada la obra a fecha 8 de Julio de 1994[2], puede apreciarse en las Fotografías 44-49.
Los morteros de restauración
que han sido utilizados en la obra realizada fueron fabricados específicamente
para reintegrar las faltas en los pilares de travertino. Teniendo esto en
cuenta, los criterios fundamentales para la elaboración de estos morteros de
restauración fueron los siguientes:
·
Que presentasen una elevada porosidad, además de
un tamaño de macroporos elevado, similar al del travertino.
·
Que la proporción de poros de dimensiones menores
de
·
Que contuviesen la menor proporción posible de
cemento portland (que incluye en torno a 2-5% de yeso), para evitar problemas
ulteriores como presencia de sales y ataque químico.
·
Que presentasen una resistencia mecánica inferior
a la del travertino, lo que garantiza su degradación preferencial respecto del
travertino.
En total, se diseñaron 12
posibles mezclas utilizables, cuya composición es la siguiente (expresada en
partes de cada componente en volumen):
Mortero |
|
|
Cemento Portland |
Arido |
Aireantes |
Acetato de polivinilo |
M1 |
1 |
- |
- |
3 |
4 |
0.5 |
M2 |
1 |
- |
- |
2 |
3 |
0.5 |
M3 |
- |
1 |
- |
3 |
4 |
- |
M4 |
- |
1 |
- |
2 |
3 |
- |
M5 |
1 |
2/3 |
- |
4 |
6 |
- |
M6 |
1 |
1/3 |
- |
4 |
5 |
- |
M7 |
1 |
1/15 |
- |
4 |
5 |
0.3 |
M8 |
1 |
1/30 |
- |
4 |
5 |
0.3 |
M9 |
1 |
- |
2/3 |
4 |
6 |
- |
M10 |
1 |
- |
1/3 |
4 |
5 |
- |
M11 |
1 |
- |
1/15 |
4 |
5 |
0.3 |
M12 |
1 |
- |
1/30 |
4 |
5 |
0.3 |
En estas mezclas, el aireante
utilizado consistió en poliuretano expandido (poliespán), ya que es soluble en acetona y puede retirarse una vez
fraguado el mortero. La proporción de aireante fue elevada en todos los casos
(50% en volumen), para conseguir una porosidad elevada en los morteros, similar
o mayor que la del travertino (ver más adelante y Apéndice I). La adición de tal cantidad de poliuretano expandido
confirió unas propiedades mecánicas deficientes en la mayoría de los morteros,
que resultaron ser demasiado frágiles una vez fraguados y retirado el
poliuretano con acetona a pesar de que en algunos morteros se añadió acetato de
polivinilo (de acción aglomerante).
Las únicas mezclas que
resultaron factibles para su utilización como morteros de reintegración desde
el punto de vista mecánico fueron las M3 y M4, ambas a base de cal hidráulica y
sin cemento portland. Así, paralelamente a los trabajos de restauración, se
llevó a cabo una serie de trabajos de control sobre las propiedades mecánicas y
el comportamiento de los morteros de restauración M3 y M4 y el travertino. Este
trabajo complementa trabajos previamente realizados cuyos resultados pueden
consultarse en el Apéndice I. A
continuación se describen los ensayos efectuados y los resultados obtenidos.
La resistencia a la
compresión uniaxial (longitudinal) se mide en una prensa que registra el esfuerzo compresor (l) aplicado sobre una probeta de material en una
dirección del espacio, y la deformación
lineal (l) inducida. En nuestro caso, las probetas fueron
cilíndricas de 4 x
Los
resultados obtenidos se presentan en los diagramas l-l de
Por otra parte, los tramos
plásticos de los morteros de restauración M3 y M4 son relativamente amplios, lo
cual permite suponer que la deformación se acomodará por deformaciones
permanentes, y no por fracturación.
|
Figura 1.-
Diagramas esfuerzo-deformación para las muestras de travertino y morteros M3
y M4. Las cifras que aparecen en los diagramas son los módulos de Young
respectivos calculados mediante regresión lineal sobre los tramos rectos de
las curvas. |
El ensayo de de saturación
libre en agua persigue evaluar la tendencia de los materiales a absorber agua
en el interior de su sistema. La técnica se basa en sumergir las probetas (3
probetas cúbicas de dimensiones 3 x 3 x
donde
Wt es
el contenido en agua en el tiempo t, Mt es la masa medida en el tiempo t y Mo es el peso seco de la
muestra. Por lo tanto, Wt representa incrementos de masa en % relativos al
material seco. Estos datos permiten construir curvas Wt - tiempo () que caracterizan
el comportamiento del material, como las mostradas en
El ensayo de desorción es
similar al de saturación de agua, y persigue evaluar la facilidad de los
materiales para eliminar el agua absorbida en el interior de su sistema poroso.
El ensayso se realiza con el mismo material utilizado en el ensayo de
saturación, y se basa en medir las pérdidas de masa, a tiempos parciales,
respecto del peso de la muestra saturada en agua. Este ensayo se realiza bajo
condiciones de temperatura (ca.
donde
We es
la cantidad de agua perdida, Mt es la masa medida en el tiempo t y Mo es el peso de la muestra
saturada en agua. Por lo tanto, We representa pérdidas de masa en % relativos al
material saturado. Igualmente, estos datos permiten construir curvas We - tiempo (), que caracterizan
el comportamiento del material, que también se muestran
Figura 2.- Curvas de saturación libre (diagramas de la derecha) y
desorción (diagramas de la izquierda) en las muestras de travertino y
morteros M3 y M4. C.A y C.S son los coeficientes de absorción y desorción,
respecvitamente. Las curvas se han construido sobre los valores medios
respectivos obtenidos para cada tiempo. Se indican además las barras de error
sobre las medias para cada tiempo y el error en las regresiones lineales con
las que se han estimado los coeficientes. |
Los resultados obtenidos permiten
concluir que los morteros de restauración absorben mayores cantidades de agua
que el travertino. Esta carácteristica debe ser interpretado como negativa,
aunque debe tenerse en cuenta que los pilares de travertino rara vez se
encontrarán inmersos en agua (sólo una gran inundación daría las condiciones
apropiadas). Además, las curvas de desorción indican que los morteros expulsan
mayores cantidades de agua que el travertino en rangos de tiempo similares, lo
cual es claramente una ventaja adicional de estos morteros de restauración.
La porosidad se ha obtenido
con un porosímetro de inyección de mercurio sobre pequeñas muestras de unos mm
de diámetro. Los resultados obtenidos se muestran en
Debe indicarse que este tipo
de ensayo permite evaluar los porcentajes de radios de poro menores de
Figura 3.- Distribución de la
porosidad en función del tamaño de poro en los travertinos y morteros M3 y
M4. |
La capilaridad se obtiene
observando el ascenso del agua capilar y el aumento de peso de probetas, en el
presente caso de dimensiones 3 x 3 x
El ensayo consiste en pesar y
medir la altura del agua sobre las diferentes probetas a tiempos parciales. Los
resultados que se obtienen con el ensayo son los siguientes: peso en función
del tiempo (Mt) expresado en gramos y altura ascendida en función
del tiempo (ht) expresada en centímetros. La cantidad o incremento de agua absorbida de la muestra, por unidad de superficie en el
tiempo se calcula con la siguiente ecuación:
donde
M/S es el incremento de masa por unidad de
superficie (g/cm2), Mt es el peso de la muestra en función del tiempo
(g), Mo es el peso de la muestra seca (g), y S es la superficie de la cara de la
probeta en contacto con el agua (cm2). Con los datos obtenidos es posible construir
dos curvas, una de absorción capilar y otra de ascenso capilar, en función de (min1/2). La primera se traza en función del incremento
de peso experimentado por la probeta a lo largo del ensayo, la segunda curva
representa la altura de agua ascendida en función del tiempo transcurrido. Además
de observar el comportamiento de las diferentes probetas, se pueden obtener los
coeficientes de absorción capilar, expresados en g/cm2.min1/2, y los coeficientes de
penetración capilar expresados en cm/min1/2, obtenidos mediante cálculos de regresión en los
tramo rectilíneos de las curvas. Estas curvas se presentan en
Puede apreciarse que los
coeficientes de absorción y penetración capilar son algo mayores en los
morteros que en el travertino, aunque las diferencias son mínimas y las formas
de las curvas son similares para todos los materiales. En consecuencia, la
succión capilar en los morteros de restauración fabricados será algo mayor que
en el travertino. La importancia de esta característica negativa puede
minimizarse a nuestro juicio, ya que los arriates que anteriormente existían
adyacentes a los pilares, y que eran una fuente importante de agua en el
subsuelo que ascendía por capilaridad, han sido eliminados. Por lo tanto, el
ascenso capilar no debe ser a partir de ahora una fuente importante de
degradación en los pilares, ante la ausencia de un reservorio de agua de riego.
Figura 4.- Curvas de succión y penetración capilar en las muestras de
travertino y morteros M3 y M4. C.S.C. y C.P.C. son los coeficientes de
succión y penetración capilares, respecvitamente. Las curvas se han
construido sobre los valores medios respectivos obtenidos para cada tiempo. Se
indican además las barras de error sobre las medias para cada tiempo y el
error en las regresiones lineales con las que se han estimado los
coeficientes. |
A.García Casco Prof.
Titular de Universidad (Universidad de Granada) |
y |
J.A. Durán Suárez Becario
de Investigación (P.F.P.I., J.A.) |
Foto 1.- Pilar nº
1 antes de la restauración. Nótese la amplia superficie quemada. |
Foto 2.-
Pilar nº 2 antes de la restauración. Nótese la abundancia de repellos de
hormigón. |
Foto 3.- Pilar nº
3 antes de la restauración. |
Foto 4.-
Pilar nº 4 antes de la restauración. Nótense los recubrimientos con lechadas
de cal. |
Foto 5.- Pilar nº
5 antes de la restauración. Nótese la abundancia de repellos de hormigón. |
Foto 6.-
Pilar nº 6 antes de la restauración. Nótense los recubrimientos con lechadas
de cal. |
Foto 7.- Pilar nº
1, una vez retirados los repellos de hormigón. Nótese la falta en la junta de
unión fuste-capitel. |
Foto 8.-
Pilar nº 2, una vez retirados los repellos de hormigón. Nótese la profundidad
de la falta en el mortero original de unión. |
Foto 9.- Aspecto
del mortero de recubrimiento original de tipo mixto (cal+yeso) en el pilar nº
3, que aparece irregularmente distribuido. |
Foto
10.- Aspecto del mortero de recubrimiento original de tipo mixto (cal+yeso)
en el pilar nº 4, que aparece bajo los repellos de hormigón a base de cemento
portland. |
Foto 11.- Junta
de unión fuste-capitel en el pilar nº 2, donde aparecen fragmentos de
ladrillo y madera. |
Foto
12.- Junta de unión fuste-capitel en el pilar nº 4, donde aparecen fragmentos
de ladrillo y cantos rodados. |
Foto 13.- Junta
de unión fuste-capitel en el pilar nº 3, donde aparece una hilera de ladrillo
continua. Nótese la falta en el capitel. |
Foto 14.- Junta
de unión fuste-capitel en el pilar nº 3, donde aparece una hilera de ladrillo
continua. Nótese la fina las lechada de cemento portland sobre el capitel. |
Foto 15.- Junta
de unión fuste-capitel en el pilar nº 5, donde aparecen cantos rodados de
cuarcitas y esquistos. |
Foto
16.- Junta de unión fuste-capitel en el pilar nº 6, donde aparecen ladrillos
y el mortero mixto orginal recubriendo una falta. |
Foto 17.-
Lechadas de cal sobre el pilar nº 6. |
Foto 18.- Detalle
de las lechadas de cal sobre el pilar nº 5. |
Foto 19.- Detalle
de las lechadas de cal sobre el pilar nº 6. |
Foto
20.- Detalle de las lechadas de cal sobre el pilar nº 6. |
Foto 21.- Detalle
de las lechadas de cal en el pilar nº 4 durante su tratamiento de limpieza. |
Foto
22.- Estado del pilar nº 4 tras el tratamiento de limpieza de las lechadas de
cal. |
Foto 23.- Detalle
de las lechadas de cal en el pilar nº 5 durante su tratamiento de limpieza. |
Foto
24.- Tratamiento de limpieza de las lechadas de cal en el pilar nº 5. |
Foto 25.- Manchas
de hollín en el pilar nº 1. |
Foto
26.- Quemados del travertino en el pilar nº 1. |
Foto 27.-
Detalles de los quemados en el pilar nº 1. |
Foto 28.- Manchas
de pintura en el pilar nº 3. |
Foto 29.- Catas
de limpieza de suciedad de origen orgánico en el pilar nº 3. |
Foto
30.- Detalle de las catas de limpieza de suciedad de origen orgánico en el
pilar nº 3. |
Foto 31.- Detalle
de areas arenizadas en el pilar nº 2. |
Foto
32.- Detalle de areas arenizadas en el pilar nº 2. |
Foto 33.-
Encofrados de los morteros de reintegración en el pilar nº 1 |
Foto 34.-
Encofrados de los morteros de reintegración en el pilar nº 3 |
Foto 35.-
Encofrados de los morteros de reintegración en el pilar nº 4 |
Foto
36.- Encofrados de los morteros de reintegración en el pilar nº 6 |
Foto 37.- Aspecto
del mortero de reintegración una vez texturado (sin aplicar acetona) en el
pilar nº 1 |
Foto
38.- Trabajo de texturado del mortero de reintegración en el pilar nº 2. |
Foto 39.-
Morteros de reintegración en el pilar nº 4. |
Foto 40.- Trabajo
de texturado del mortero de reintegración en el pilar nº 3. |
Foto 41.- Mortero
mixto (cal+yeso) de recubrimiento sobre la junta fuste-capitel en el pilar nº
6. |
Foto
42.- Mortero mixto (cal+yeso) de recubrimiento sobre la junta fuste-capitel
en el pilar nº 4. |
Foto
43.- Aplicación con spray de solución protectiva a base de mezclas de resinas
silicónicas en el pilar nº 1. |
Foto 44.- Aspecto
del pilar nº 1 finalizados los trabajos de restauración. |
Foto
45.- Aspecto del pilar nº 2 finalizados los trabajos de restauración. |
Foto 46.- Aspecto
del pilar nº 3 finalizados los trabajos de restauración. |
Foto
47.- Aspecto del pilar nº 4 finalizados los trabajos de restauración. |
Foto 48.- Aspecto
del pilar nº 5 finalizados los trabajos de restauración. |
Foto
49.- Aspecto del pilar nº 6 finalizados los trabajos de restauración. |
Foto
50.- Foto-recuerdo (Julio de 1994). |
[1]Este criterio está justificado además, si se
entiende que este resto arqueológico presenta la entidad suficiente como para
quedar expuesto y servir en posibles investigaciones históricas futuras.
[2]Con posterioridad a la entrega de la obra, han
seguido los trabajos de acondicionamiento del patio de