Fotografías: 1986

 

Por César Viseras Alarcón, con ayuda de muchos de vosotros (Promoción 26, 1981-1986)

 

Todo  comenzó una mañana de octubre de 1981 “en unas excavaciones debajo de la G2…”. Entró en clase un profesor joven, con poco pelo rubio y ojos azules penetrantes, y desde su elevada tarima nos impresionó con una prospectiva estadística nada halagüeña vaticinando “…los poquitos de Ustedes que llegarán a ser geólogos”. Luego escribió en la pizarra varias fórmulas que en nada se parecían a las de Química de COU y siguió contando las leyes físicas que rigen la estructura simétrica de los cristales. Dios Mío, ¿dónde estaban los volcanes, la formación de las montañas y las dunas del desierto? En el primer cambio de clase algún “experto” ahondaba aún más en la herida: “…que si, tío, que esto es así de duro. Mírame a mí que el año pasado sólo aprobé el francés…”. ¿Sería realmente el momento de replantearse el futuro hacia algo más comestible como Derecho, Farmacia, Biológicas o Medicina?

Pues no. Allí aguantamos un puñado de jóvenes procedentes de tres continentes. De modo que, armados de valor nos fuimos a la Plaza de Bib-Rambla, a comprarnos un Bellota y unas Cletas. Años después nos revelaríamos como una promoción muy activa, hasta el punto de promover una huelga para modificación del Plan de Estudios que sacudió a toda la Junta de Sección.

Nuestra clase era curiosa. Éramos muchos en relación a la tradición de cursos previos. A los varones de las otras promociones les llamaba la atención el montón de “borregas tías buenas”, mientras que las Señoras Veteranas dirigían sus libidinosas miradas especialmente hacia un cartagenero de abundante melena así como hacia un guineano de complexión atlética, que no paraba de decir: “mira que te bosseo”.

En cuanto empezamos a relacionarnos (en las aulas de la Facultad, en El Castellet, en el Cebollas…) vimos que era difícil aprender el nombre de tanta gente, y que resultaba más práctico recurrir al apodo. Así surgieron muchos nombres basados en rasgos físicos característicos: el Risos, Manolo Caracol, el Pitufo, el Naúfrago, el Copetín, el Pelos, el Ruzo, Pelosdechuzo. Un segundo criterio muy utilizado fue la cuna: Cateto de Pulianas, Fuengirolo, el Gabias, Paquillo Fonelas, el de Úbeda, Pepepulianas, la Canaria. Otros apodos provenían de la pronunciación castiza  o de modificaciones del nombre: el Moli, Jotaí, Juancho, el Jejah, el Abrilillo, Manolitaaa, Superlópez, Pacoño, la Carmela. Y por supuesto, muchos ganaron su sobrenombre a pulso por su actitud ante la vida o por cosas que iban pasando en el transcurrir del tiempo geológico: el Seco, Machomén,  la Picoleta, Pepitotiburón, Caligary, Manzanita, el Ermitaño, el Lucky, la Galena, el Pasota, Cazulea, el Navajas, Pitagorín, Pescailla, Yutiboti, el Janfri, Buitre, Juliomarvizón Piraña, Peomán, Eoé, Senata, Einstein, Barbero, el Nene, el Colza. Todo un cortejo de gente interesante y variopinta, amantes del aire libre y de la naturaleza, aficionados a los minerales y a los fósiles, entre los que echaremos de menos a dos. Uno de ellos es Paco Poveda, al que su amor por la montaña le llevó a arriesgar demasiado su vida. El otro es José Luis Capel, ya que algún cabronazo decidió privarnos para siempre de su ingenioso humor, su talento y su grata compañía.

De aquellos años de la carrera tengo recuerdos geniales. En nuestra promoción nos gustaba jugar al fútbol, comer y beber, y también cantar. Hablando con algunos de vosotros, he podido refrescar muchos de aquellos ratos, que vienen ilustrados con las fotografías adjuntas.

Fúrbol, alcachofas y Rock and Roll

En clase había muchos “peloteros”, y también gente con buena voluntad. Recuerdo los divertidos “Globigerínidos vs Esquistosos” y los  partidos del trofeo universitario, jugándonos la final contra los “North Africa Boys”, en un encuentro que devino casi en choque de culturas. También me viene a la mente otro match en el que aquel flaco de Motril, ataviado con un bañador de flores y una cinta en la frente se pasó 90 minutos dándole patadas al aire, para concluir al final del partido en que (y cito sus palabras textuales) “por sus características técnicas, de nunca su demarcación idónea había sido la de lateral izquierdo…”. Y qué me decís de la pachanga en Ortigueira contra los niños del pueblo, uno de los cuales no sé si habrá aterrizado ya después del vuelo que le imprimió con su entrada nuestro medio volante, un Santaferino que practicaba el “fútbol de choque”.

Las comidas, siempre bien regadas, fueron estupendas. La rutina de alcachofas “la Niña del Segura”, berenjenas de cerdo y el queso de Villanueva de la Serena (que había que trocearlo con el martillo) en contadas ocasiones se interrumpió para celebrar extraordinarios banquetes, como lo fue aquel arroz que hizo María Luisa en una cuneta de la carretera, cerca de Valdepeñas. Pero de todo esto, el invento más mejor, fue sin duda el “Bar Txispón”. Una nevera de camping, un cajillo de San Miguel, un abrebotellas y dos tripas de chorizo colgadas de la portezuela de ventilación de la Lechuga, convirtieron aquel autobús en el ambigú ambulante más perfecto del mundo, en cuyo salón social incluso se jugaba al bingo y hasta a las chapas. Por cinco duros tenías a tu alcance todo lo que pudieses desear (bueno, casi).

Había un Rondeño que tocaba la guitarra y cantaba flamenco. Tras unos intentos fallidos de instrucción musical a la peña, los demás decidimos demostrarle que no es lo mismo “cantar” que “dar el cante”. Entró en razón y se formó un coro espectacular. Le pegábamos a todos los palos, compusimos sevillanas y rumbas alusivas a robos de partidos, otras inspiradas en actitudes de profesores que correteaban tras los borregos, perseguían desesperadamente a pastores implicados en una red de hurto de palustras, dejaban asomar su pepino en subbéticas sierras, subían sus braguetas, vacilaban, se flagelaban mutuamente u ocultaban amantes bajo Procerites de grandes dimensiones. Si de aquello algo mereció perdurar, esa fue nuestra genial composición “Okal”, por derecho auténtico himno legítimo de la promoción.

Aquellas habilidades musicales le valieron al de Ronda para nuclear una corriente de opinión en la clase conocida como “los Calchaquis”, a la que no hubo más remedio que responder con otro movimiento social, “el Sector Crítico” (que “ni pincha ni corta, simplemente raja”). Eran las encarnizadas tertulias del Gallinero.

Pero las excursiones a bordo de aquella curiosa nave “verde pastel” (como le gustaba describir a su insigne comandante) nos llevaron a sitios donde pasaron cosas increíbles. Recuerdo algunas de ellas a continuación.

Escenas bucólicas

En Almadén conseguimos agotar la cerveza en los dos únicos bares abiertos, en una dura y larga noche en la agradable compañía del “maestro de música”, que no se sabe por qué, no paraba de repetir la frase: “perdona que te aborde”. En Amposta, donde las pensiones tenían precios desorbitados (por encima de las seiscientas pesetas, ¡que horror!), hubo que dormir en un parque, alimentando con nuestro propio cuerpo a los mosquitos más voraces del mundo. En Teruel, donde fuimos a parar justo cuando celebraban la terrorífica “fiesta del torico” fuimos despertados por los lugareños, que siguiendo la costumbre local, nos abofetearon en la cara con una pendulante sardina, ¡que amanecer más agradable en la Cordillera Ibérica! En más de un recóndito sitio del solar patrio los valerosos varones tuvimos que salir en defensa del honor de nuestras compañeras, las cuales gustaban de practicar en discotecas rurales “provocativos” bailes que revolucionaban las hormonas de los travoltas locales.

Al término de un duro día de campo a lo largo del cual los proto-geólogos habíamos estado pululando sueltos, sin más instrucción que la de intentar reconstruir y cartografiar una complicada estructura, el profesor nos reunió a todos para que pusiésemos en común nuestros progresos. Un compañero levantó la mano para decir: “profesor, mi conclusión es que se trata de capas Molla, que buzan pa donde les sale de la …”. Aquel término se revelaría a la postre como de una enorme aplicabilidad por todos los estudiantes de geología de la década. Así, se hicieron descubrimientos de tanta repercusión como las “fallas molla”, con el salto que les sale de la…, los “clastos molla”, que se imbrican para donde les …, el “cuarzo molla”, con la birrefringencia que le…, los “ammonites molla”, del piso que les sale de la…, y, por supuesto, los “profesores molla”, que corrigen como les sale….

En una de las primeras excursiones de la carrera, cuando el papel Albal era todavía cosa de “pijos”, llegado el momento culminante de comerse el bocadillo, un compañero, abrumado y hastiado por tanta información recibida, sacó con tal precipitación su almuerzo, que las rodajas de embutido se esparcieron por el afloramiento. La combinación de sabores Chorizo de Cherín con Margas pelágicas no resultó del todo satisfactoria, a pesar de lo innovador de la receta. A partir de este momento, este ingenioso compañero ideó el sistema de liar el bocata con un hilo de lana, eso sí, siempre en sentido “antihorario”, para ir desliándolo con la mano izquierda a medida que lo iba mordisqueando y lo sostenía con su derecha. Luego guardaba cuidadosamente su hilo, para la siguiente excursión.

En Córdoba algunos pasamos una noche singular. Todo empezó cuando la señora de la pensión, no pudiendo soportar por más tiempo tanto ruido, cortó la luz. Algunos, sin poder vestirnos del todo por la oscuridad, fuimos delegados por el resto de los implicados en el choteo de la habitación, para comprobar si otros edificios del entorno estaban también afectados por el corte de suministro. “Joder, no encuentro el pijama, pero total, si no hay luz, nadie se va a dar cuenta de que vamos en calzoncillos,… además es sólo un momento…”. En cuanto salimos por la puerta, la señora, que estaba acechando, se abalanzó por el lado interior del portón, para atrancarlo de modo absolutamente infranqueable con una barra de hierro y un candado que pesaba un kilo. El ambiente en la habitación de marras seguía tan animado, a pesar de la oscuridad, que nadie escuchó los aullidos de auxilio desde la calle pidiendo, al menos, un par de pantalones. Que duda cabe que fue una experiencia exótica el pasar toda la noche en paños menores recorriendo el pintoresco barrio de La Judería, huyendo de todo bicho viviente que pudiese vernos. Cuando a las siete, por fin la señora abrió la puerta para recibir el nuevo día, su única explicación fue: “¡Chiquillos, que os vais a resfriar!, ¡ay esta jodida puerta, que se me cierra sola…!”. Menos mal que contamos con el apoyo moral de nuestros compañeros que, sin haberse enterado de nada dijeron: “¿donde coño os habíais metido, estábamos empezando a preocuparnos…?”

Un día, el siempre serio profesor de Estratigrafía, tuvo el detallazo de obsequiarnos en el campo con una enorme tarrina de helado. Uno de nosotros, cuyas necesidades fisiológicas le hicieron llegar tarde al convite, (y que tenía y tiene un apodo alusivo a su insaciable apetito), al descubrir tarde la situación acudió apresurado a abrirse paso entre la melé de gente que comía helado mezclado con fotos aéreas y estereóscopos. La cosa estaba difícil, el helado se acababa, y tuvo que recurrir incluso al uso de su herramienta marca Bellota y a sus propios puños para poder acceder al centro del negocio. De pronto vio que todos los compañeros nos callábamos y le mirábamos estupefactos intentando indicarle por señas que algo terrible estaba pasando. Cuando se apercibió de la situación y consiguió articular palabras decía: “¡Horror, tierra, trágame. Le juro por lo más grande, Don Juan Antonio, que yo no quería pegarle a usted…y menos aún con el martillo…!”. Al día siguiente, pasado ya el disgusto, intentó sacar provecho político del suceso. “El año que viene, me votáis de delegado. Ya habéis visto que para conseguir algo, si hace falta le doy dos hostias a quién haya que dárselas…”

Cerro del Hierro también fue un sitio de visita especial. Andando de camino a la mina entramos, buscando el baño, en la taberna de los mineros, donde alguien, haciendo cola leyó la tablilla escrita con tiza y dio el grito: “¡Eh, que los chatos de vino son a cinco pesetas!” (por aquél entonces, una caña en Granada costaba unas 50 ptas). Algún rumboso sacó un par de billetes de aquellos con la cara de Manuel de Falla (que vienen a sumar poco más de un euro) y dijo: ¡Camarero, invito a toda la clase! El ejemplo cundió y ya se sabe el estado etílico en el que llegamos a la mina…Del examen final, recuerdo una pregunta: “Contexto geológico, metalotecto y características composicionales del yacimiento metálico de Cerro del Hierro”. Alguno respondió: “no me acuerdo muy bien, pero el vino, aunque no muy bueno, era bastante barato·…” (No es exactamente lo que se preguntaba, pero, oye, era verdad).

La búsqueda de pensión al llegar a un pueblo era también genial, dando bandazos con las mochilas. Una noche, viajando de vuelta desde el norte, Manuel paró en un hostal de carretera situado en el medio de la nada. El dueño, sabedor de que su cutre alojamiento era nuestra única opción se hizo fuerte en la negociación, y no quiso bajar de 550 ptas, cuando  nuestra última oferta eran 525 por barba. Acabamos durmiendo tirados en el suelo, en un descampado junto al hostal, y contando chistes y armando tanto jaleo que seguro el dueño del hostal se arrepintió de por vida de habernos querido estafar con cinco duros de más. “¡Con los geólogos no se tontea!”, le dijimos todo serios tomando un tibio café en su bar a la mañana siguiente. Gente como aquél avaro hostelero nos hicieron pasar noches inolvidables en aquellos años de la carrera.

Bueno, espero que este escrito y las fotos anexas os hayan servido para recordar por un instante un período corto, pero intenso de nuestras vidas. De aquella coyuntura derivaron amistades que durarán siempre, y algunos incluso sacamos con quién compartir nuestra vida por muchos años (espero).

Mi conclusión, queridos compañeros es que tuve una decisión acertada con eso de estudiar Geológicas. Mi gran suerte, además fue la de encontrarme con vosotros para compartir esa carrera. En definitiva:

“…el Land Rover eshando jumo,
la Lechuga desarmá
y los de la 26
que han pillao una tajá…”


Bibliografía:

Promo26 Field Group (1984) “On the molla concept in Geology: Theory and Applications”. In Structural Geology Classe Notes. Almuñecar . Junio 1984.

Ruzo, El (19nozecuantos) "Tomizas, teleras y júringuen: los castellanos, que no nos entienden". Pronuntiation Journal of the Vega de Graná, 17, 234-546.

Little Apple, El and Gallinero, El. (1982) "Julio Romero de Torres, Los Managers de Huelva, Nos han Robao el Partío, La palustra, Okal, El Novio de la Muerte and other coplas for the Geological Heritage". Popular Singings Reviews, 23, 141-169.


 

Conglomerados de Molina de Aragón, con Estrati II (5º). ¡"Pa'bernos matao"!

 

Con Estrati II. Pi, los/las llevas a pares.

 

El grupo completo, con Estrati II, en los Pirineos.

 

También con Estrati II, en los Pirineos. Mercedes y Belén, de paseo, y parte del grupo brindando después de un baño en un pantano.

 

 

Ronda. Peridotitas. Con el Divino en Petrología II y la promoción 25. Enero de 1985. Alguno/a vende cupones, y obsérvese a Michael Jackson a la derecha.

 

Ronda, Petrología II. Bar en el camino de las peridotitas. Enero de 1985. Con la promoción 25. El Pi y el Pepito posando.

 

El norte. Picos de Europa. Con promoción 25 en Mineralogía de Menas y Yacimientos Minerales. 1985. Al final no se tiró.

 

Excursión de Sedimentología a Albarracín con la gente de la promo 25 y Juan Fernández.

 

Santander, 1985. Con gente de la promo 25 (¿el de la "bota" con calcetines rojos?).

 

Santillana, 1985. Con gente de la promo 25. Pi... ehem. ¿Qué le contabas a Reme que la tenías tan entretenida?

 

Congreso de Estratigrafía de Barcelona en septiembre de 1986, con "gente" (por llamarlo de alguna manera) de la promo 25 (y su novia).

 

Congreso de Estratigrafía de Barcelona en septiembre de 1986.

 

 

Los cuatro magníficos (o lo que sea). 1982

 

El camarero no acepta las mil pesetas, quiere euros. Machaquito a la izquierda y García Lorca arriba a la derecha. 1981.

 

En la puerta de la Facultad. 1981.

 

El Lucky, entonando con gestos…. soy un noovio de la muerteee… El Pescailla, Pepe Clavero,  Paquillo Fonelas, el Moli y Antonio el Soltero pensando que no es para tanto, …Vamos, haciendo la Zona… 1983

 

 

En una zanja de Hiendelaencina. 1984.

 

 

Bajo la lluvia, Carlos aprende por fin como funciona la brújula. Hiendelaencina 1984

 

 

En la Cuenca de Guadix, convertida en improvisada terraza de verano del “Bar Txispón”. 1985

 

 

Meigas fora. Después llegaría a Rey Mago.

 

La Urabayen pide la palabra, Marisa Natera propagandeando a su sponsor, el Copetín, de paparazzi, Ana practicando para el paritorio, Diego sin afeitar, el Pi muy mal y Superlópez, tan guapo como siempre

 

 

Agarrad al Natha, que se cae.

 

 

PepeNieves y los 15 geologuitos. Juancho no era tan oscuro, es que le da la sombra del poste. Córdoba, 1983

 

 

Capel había contado un chiste. Cris se hace el sueco. Albarracín 1985.

 

Albarracín 1985. Chema con flequillo y el Moli a lo Rambo

 

 

Románticos en la Alhambra. El Piraña, a lo suyo. 1981

 

 

Los hombres de Paco. Tomás, con el instrumental imprescindible de campo. Almuñécar 1984

 

 

Angelines y tres tíos cualesquiera.

 

 

Campeonato de cabezas

 

 

Calchaquis en su salsa

 

 

María Luisa cocinando, y los demás mirando

 

 

Haciendo amigos por el campo. Sierra del Caurel, Lugo, 1985

 

 

Con Asunción Linares, la Seño. Navas de Estena. 1984

 

 

Tina, explicando, Juan Ignacio, haciendo malabares con el martillo. Guadalajara 1984

 

 

Y el Lodeiro en Sierra Elvira que se le…Hiendelaencina 1984

 

 

Todos con chubasquero y Poveda en manga corta, ¡Que tío!. Carlos, atendiendo a la explicación de Vera. Asturias 1986

 

 

Aunque parece “La isla de los famosos”, es la Sierra de Cazorla. 1985

 

 

Bellísimas. Granada 1986

 

 

Bellísimos. Granada 1986

 

 

Sentaditos y callados (como siempre) en la Lechuga. Una carretera cualquiera del Subbético 1982

 

El Ermitaño drogao, la Niña de Torrecardela con sueño, Paquillo Fonelas arrimándose a Jose´Carlos, Calixto disfrutando el cigarro, El Visitante, y Carlos sonriendo, Pilar, y César tomando una cervecita como si nada, Manolo Caracol, que no llega. El Pelos, ejerciendo de almohada. País Vasco, 1986.

 

Entre vacas, con frío. El Seco, firme. Belén ocultando rostro. Asturias 1986

 

 

Ana y el Natha, aprovechando el afloramiento para filtrear ¡Que feo!. Asturias 1986

 

 

Te recordamos, Floro

 

 

Fútbol en acción. Se aprecia un penalti de Inela al Piraña. El balón, lejos del peligro de que alguien lo golpee.

 

Los galácticos del martillo. Falta el portero (era Tomás, que estaba durmiendo). 1981

 

 

Con Lodeiro, tomando los aires del norte. Cabo Ortegal 1985

 

 

En una playa cualquiera del Cantábrico. Juancho, el único que trabaja y Natha, a punto de salir del armario. 1985

 

Nacimiento del Guadalquivir. 1985

 

¿

Dos guapas

 

Tres guapas. Almuñecar 1984

 

Otras tres guapas.

 

Guardando el Castillo de Segura de la Sierra. 1985

 

 

El tío de la guitarra, en un bar cualquiera de las Béticas.

 

Otra hippie, pero sin guitarra.

 

Vuelve el hombre…

 

Imbricados. Antonio el Soltero, usando “paletó”. A ver quien ve a Manuel. También salen Víctor, Chacón y Balanyá. 1984

 

Natha, con gesto torcido, pero ligando, y Jotaí mirando al cielo, a ver si cae algo.

 

“la lechuga desarmá…”. País Vasco, 1986

 

¡Salud!

 

Los de Hidro, en Los Andes (se supone por la ropa de alguno…). 1985

 

 

La Calvache y tres tíos cualesquiera

 

Esto es amor, lo otro es sexo. 1986

 

Boda por lo civil. 1986

 

 

¡Más salud!

 

Foto de familia. El Pelos en todo su esplendor. El Piraña saltando para parecer más alto.

 

Manolita en la Casa de la Pradera.

 

Ven que te enseñe como se lía un bocata

 

Hay tres posibilidades (A), Juancho se ha colocado mal (B) Indalecio se ha colocado mal, y (C) hay un movimiento de salto en dirección entre las dos filas. Pepitotiburón mientras, peinándose para la foto. Ortigueira 1985

 

Cinco estrellas en tierras de Zamora. Al fondo, el hostal de las 550 ptas. 1986

 

 

No creo que fuera éste el que apaleó al organizador del Aniversario…Navas de Estena 1984

 

¿Quién le da un besito a su Pitufo favorito?

 

Arte, mucho arte.

 

Prácticas de Estructural

 

Cinco tenedores (de plástico)  en un frontón cualquiera del norte de España. Manolo Caracol, aprovechando el cajillo para sentarse. 1986

 

Un lío que no veas. En primer plano (aunque de espaldas a la cámara) Pepepulianas.

 

La Maja de los Rizos, y unos amigos, posando donde se casó la Igartiburu. País Vasco, 1986.

 

Julio Romero de Torres y José Luís Uribarri.

 

Por la Serranía de Ronda. El manco, luciendo el chalequillo de los domingos. 1984

 

Con Sierra Elvira de testigo. Carmela, enseñándole su moto a Pepe Torres

 

 

Trabajando duro. 1984

 

 

Criaturas varias. Superlópez, poniéndose borroso

 

En el campo. 1985.

 

 

Paolo Mamba Pelani, el Barbero, Calixitin, Pepe Trillo, El Pescada, Tetuán y Peoman risitas airlines. En un Casting para “Geolocristo Superstar” y pasando la prueba del baño en el Jordán. 1984.

 

 

Cuatro principiantes en el Torcal de Antequera, 1981. Algunos rasgos indicativos de la condición iniciática son el look tirolés de David, la manera de coger el martillo “por el pescuezo” de Antonio y de Paco y la libreta de campo de César, tamaño “ala delta” (era reciclada de los apuntes de geología de COU). Quedaba mucha mili por delante.

Echando un cigarro en el Torcal. Destaca el ”look Jackson Five” de José Ramón, el Risos.

 

David Merino, literalmente tragado por la piedra. Antequera, 1981.

 

Un Cateto y una Lechuga. Obsérvese el autobús y la cabeza de Carlos, buzando en el mismo sentido que la estratificación, aunque con menor ángulo (es la manera de causar menos impacto visual).

 

+

El “Gallinero”, en una de sus múltiples utilidades.

 

Juan Ignacio, con un “canguro old fashion”, Tomás, salido de “El Nombre de la Rosa”, Natha intentando venderle el martillo a César, y Ana y Tina pasando mucho, pero que mucho frío en Hiendelaencina, 1984.

 

En la escalinata del Convento de la Merced, de Ronda, intentando engañar a los niños de la cartera para que hicieran Geológicas. Llaman la atención la gran cabeza de Capel, el gesto “venacapacá” del Rizos, la Carmela, arrancándose por Soleares, Ayllón en postura de portada de ELEPÉ, Humphry, siempre atento a la cámara, el look “Pocahontas” de Marisa Natera,  Mar la Canaria, con más pelos que cara y Tomás y el Seco, comiendo pipas. Obsérvese asimismo que los martillos de Manolo Caracol y de Isidro aún conservan las etiquetas (para estar en tercero, ya debían estar más trabajaillos…)

 

Desde Ronda, con amor. 1984.

 

Satisfechos, pues por fin habíamos encontrado el tesoro.

 

Mercedes y Mar, algo “torcidas” en el Subbético.

 

Tomando cubatas, que no van a ser todo piedras. 1984.

 

Aquí el Natha con las guapas. 1986

 

1985. Este año la Rhipio fue multitudinaria, vino hasta el perro de la Menchu.

 

En la primera Rhipio que se organizó, aunque aun no tenia ese nombre- Febrero de 1983.

 

En el Chambao de Santafe en 1984.

 

En la cena fin de carrera 1986.

 

Más cena fin de carrera. Hay un espabilao que aprovecha que la gente está posando, para quitarles el papeo.

 

Otra pose de la cena 1986.

 

Y que buenas estaban las migas.  1986

 

Después de ver uno de esos maravillosos partidos de futbito en Marzo de 1982

 

Reunión en el chambao, con el chef de las migas 1986

 

Y el beso, que también lo hubo 1986.

 

Y otra más de la cena 1986

 

Chupándose el dedo.

 

En el gallinero de La Lechuga, reflexionando profundamente sobre tantas cosas interesantes vistas en el campo.

 

En Quéntar (1983), haciendo la zona de Estrati (uno de los de la foto, el de las orejas más largas, no terminó la carrera, a pesar de no ser de los más borricos de la clase).

 

Albarracín.

 

Resbalón "Magnífico".

 

Nigüelas.

 

Pepe Bond.

 

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La RHIPIO

Con el nombre de RHIPIO se conoce a un encuentro cultural gastronómico-geológico que se celebra con una periodicidad anual desde el año 1987. Su nombre, con claras connotaciones geológicas (ripio = cascajo o fragmentos de piedras comunes y corrientes), sin embargo responde a unas siglas que tienen una gran significación: Reunión de Histéricos, Paraos, Inútiles y Objetores. Esta sarta de términos debe ser situada en su debido contexto histórico, como se explica a continuación.

Corría el año 1986, cuando terminaban sus estudios los geólogos de la promoción 26. Eran momentos de gran nerviosismo (por esta razón lo de Histéricos), pues las estadísticas ponían de manifiesto altísimos índices de paro en la profesión de Geología, y los principiantes lo teníamos realmente crudo a la hora de encontrar un puesto en el que desarrollar nuestras habilidades (de ahí lo de Paraos). También era típico de aquella España que los varones fueran requeridos en su juventud por las fuerzas armadas para, en caso de eventual necesidad, dar su vida por proteger nuestras fronteras y el honor de la Patria. Sin embargo muchos de nosotros no teníamos tan claro que nuestro mejor destino justo al acabar la carrera estuviese en un Cuartel de Instrucción de Reclutas, así que nos dedicamos a observar nuestro cuerpo hasta la saciedad, buscando algún deseado defecto que nos permitiese ser clasificados bajo la humillante, pero bien temperada, calificación de “inútil total” (muchos lo consiguieron y de ahí lo de Inútiles). Nuestro país no obstante estaba cambiando, de modo que incluso los mozos “útiles” tenían otra opción para eludir el uniforme verde y el Cetme. Así, muchos acudimos a la Objeción de Conciencia, argumentando razones morales para no disparar al enemigo (y de ahí lo de Objetores).

Tal era la situación que, para ahogar penas, un grupo de compañeros/as decidió fundar el COJÓN´26, es decir, Comité Organizador de Juergas, Orgías y Neobacanales de la Promoción 26, organismo (o lo que sea) encargado desde entonces de convocar anualmente la RHIPIO (y ya van 23 ediciones).

La RHIPIO tiene lugar cada primavera en la Cuna de la Hispanidad, en plena vega granadina y con excelentes vistas a Sierra Elvira. El punto de encuentro es el Chambao del santafesino Nathanael Cuéllar, presidente vitalicio y plenipotenciario del COJÓN´26, y desde sus inicios hasta ahora ha superado ampliamente el carácter de “reunión de promoción”, pues por allí han pasado geólogos de muchas generaciones, sobre todo de la década de los 80, además de otros muchos amigos, que aunque tengan el defecto de no ser geólogos, comparten con nosotros la inquietud por este tipo de eventos “culturales”.

El lema de la RHIPIO reza: “In vino veritas, in epulis voluptas” (para quien no recuerde el latín, “En el vino la verdad, en la comida el placer”). Esto viene a poner de manifiesto que en la RHIPIO se come, se bebe, se hace deporte, se canta y se baila y sobre todo se disfruta de buena compañía ¿Se puede pedir más a estas alturas?


última modificación: 06-may-2009 17:06