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Estación de Granada

 

Coordenadas geográficas: 37º11'N, 3º35'W
Altitud: 685 m.s.m.

La ciudad de Granada se localiza en el sur-sureste de la Península Ibérica, está asentada sobre el Surco Intrabético ocupando el sector oriental de la Vega del río Genil. Está Depresión se encuentra rodeada por sierras pertenecientes a las cordilleras Béticas, como Sierra de la Almijara al suroeste, Sierra de los Guájares al sur, Sierra Nevada al sureste, Sierra de Huétor al este, Sierra Arana al noreste, Sierra Parapanda al noroeste y Sierra de Loja al oeste.

Granada posee un macroclima típicamente mediterráneo, pero su enclave geográfico determinan que sea del tipo continental mediterráneo, caracterizado por presentar amplios contrastes estacionales y diarios, con precipitaciones de distribución irregular, marcada aridez estival, acentuada amplitud térmica, etc. Los inviernos son térmicamente crudos, apareciendo con frecuencia temperaturas inferiores a 0ºC, los veranos son muy cálidos, superándose a menudo la barrera de los 35ºC, mientras que la primavera y otoño son muy suaves; la temperatura media anual ronda los 15ºC. La insolación es alta con un promedio anual de 2.831 horas, lo que supone el 64% de la insolación teórica. El promedio de las precipitaciones totales anuales es de 402 mm lo que nos indica que nos situamos en un ombroclima seco; el reparto de las lluvias se centra en el invierno, siendo también importantes las caídas en primavera y otoño, en el extremo opuesto se sitúa el período estival en el que se da una ausencia total de precipitaciones.

Se incluye en la provincia corológica Bética, sector Malacitano-Almijarense, ocupando gran parte del territorio el piso bioclimático mesomediterráneo. La vegetación natural de su entorno corresponde a encinares pluriestratificados, donde el estrato arbóreo está formado casi íntegramente por la encina, aunque en ocasiones, cuando la humedad es alta, está acompañada de quejigo; bajo este estrato se desarrolla un sotobosque rico en arbustos como el enebro, el rusco o el torvizco y lianas como climátides o loniceras; el estrato herbáceo lo forman especies anuales o vivaces como las peonias, primaveras o violetas. Sin embargo la fuerte acción antrópica ha reducido a pequeñas manchas estos bosques, siendo sustituidos frecuentemente por un matorral de degradación y pastizales ricos en gramíneas. En otras ocasiones, las repoblaciones con especies como el pino han ocupado grandes extensiones en el dominio del encinar; se trata de masas arbóreas prácticamente monoespecíficas, que constituyen la principal explotación del medio serrano, donde las condiciones topográficas no han permitido la introducción de la agricultura.

Los cultivos más abundantes son el olivo (55 % de la superficie cultivable de la provincia) y los cereales de secano (trigo, cebada, centeno, etc.), además de los cultivos de regadío propios de la Vega de Granada. La flora ornamental es muy utilizada en los parques y jardines de la ciudad, destaca el uso de especies de Cupressaceae, Platanus, Populus, Ulmus, Morus, Ligustrum, etc.

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