Gazeta de Antropología
Gazeta de Antropología, 1985, 4, artículo 11 · http://hdl.handle.net/10481/13790
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Publicado: 1985-12
Abuelos y nietos en la Granada de 1984
Grandparents and grandchildren in Granada in 1984

Manuel Ángel Puentes
Estudioso de las tradiciones. Granada.


RESUMEN
Este artículo es resultado de una encuesta realizada a niños pequeños sobre las relaciones con sus abuelos: Dónde viven, cuándo se ven, qué elementos se dan en la relación humana. Esta relación entre nietos y abuelos mantiene todavía una gran importancia en la ciudad de Granada.

ABSTRACT
This paper presents the results of a survey carried out with small children about the relationships between them and their grandparents; where they live, when they see each other, what elements are found in their human relationship. This relationship between grandchildren and grandparents remains highly relevant in the city of Granada.

PALABRAS CLAVE | KEYWORDS
abuelos y nietos | relaciones familiares | Granada | parentesco | grandparents and grandchildren | family relationship | kinship


Introducción

La vejez es la única etapa de la vida en la que sentirse realizado no es una expresión llena de futuro sino el sentimiento en presente de lo que se ha hecho en pasado. La gran pregunta diaria de toda persona ha de ser: cuando sea viejo ¿estaré satisfecho de lo que estoy haciendo ahora? Si hay una educación que es capaz de responder a esa premisa, puede que encontremos el equilibrio que tanto nos falta en esta sociedad, que sólo sabe vivir el hoy del achuchón y de la trampa para no llegar más allá de esta noche.

En mi labor cotidiana con niños pequeños, en lo que hablamos, en lo que jugamos, en lo que cantamos, en lo que tratamos con sus familias... aparece frecuentemente la figura del abuelo, de la abuela. Son elementos controvertidos, fuera de onda en muchas ocasiones, a los que se quiere pero se infravalora, a los que se utiliza pero se ignora, a los que se ven defectos sin caer en la cuenta de que muchas veces son los mismos que los nuestros... En todo caso se habla de ellos y los pequeños comentarios van configurando una visión de cuál es la realidad de la vejez y de su relación con la infancia, que podemos ir distorsionando, si nos quedamos en datos aislados, subjetivos, y cogidos al vuelo.

Con ocasión de un curso de doctorado en la Facultad de Pedagogía de la Universidad a Distancia, pude desarrollar una investigación puntual sobre la tercera edad y aproveché para preguntarme, una vez más, cómo son las relaciones entre niños y viejos, entre abuelos y nietos, si es que aún existen y no las ha anulado la televisión. La brevedad del curso condicionó la dimensión de la investigación, que se limitó a una encuesta distribuida entre familias de las escuelas infantiles del Patronato Municipal de Granada, y cuyos resultados paso a resumir.
 

La encuesta

Se distribuyó un cuestionario de cinco folios, que no reproduzco aquí por falta de espacio, entre cien familias, para que los rellenaran en casa. Lo devolvieron cumplimentado treinta y cuatro familias. Como quiera que la población total de familias que llevan a sus niños a dichas escuelas era de 225, en el primer trimestre de 1984 en que se pasó la encuesta, vemos que tenemos los datos del 15,11% de la población, lo cual podrá ser considerado válido aunque con dos elementos correctores a tener en cuenta:

A. Es de suponer que las encuestas contestadas lo han sido por el grupo social medio-alto de este sector, como viene siendo habitual cada vez que en estas escuelas se hace una indagación que suponga el esfuerzo de escribir y devolver la respuesta.

Aunque también cabe la posibilidad de que sólo hayan contestado quienes no tienen nada que ocultar sobre la relación que tienen con sus padres o abuelos de sus hijos.

B. La población tomada (familias con niños en guarderías) puede ser excepcional en su relación con los abuelos, ya que, aparte de esas nueve mil familias que llevan a sus niños a guarderías, hay una mayoría sin determinar de ninos que no van a las guarderías y que precisamente pueden pasar buena parte de su tiempo con los abuelos, por lo que los datos de la encuesta no son extrapolables a este grupo.

La validez viene garantizada por el hecho de ser encuestas anónimas y haberse entregado y recogido a través de personas distintas. La fiabilidad es menor, porque las preguntas eran abiertas y en algunos casos han dado lugar a confusión. En caso de volver a plantear esta investigación, habría que reconstruir el protocolo.
 

Los datos

110 abuelos y 62 nietos. De los abuelos, 50 son hombre y 60 mujeres; de los nietos, 36 son niñas y 26 niños.

De los abuelos, 51 son paternos y 59 maternos, y un primer dato significativo: sólo viven el 19,09% de los padres de los padres y la razón habrá que buscarla en la edad, ya que es de suponer que tanto en los abuelos como en las familias encuestadas los hombres han sido mayores que sus compañeras.

Otro dato a tener en cuenta: el 58% de los hombres está jubilado, frente al sólo 25% de las mujeres, y es que ¿cuándo se jubila un ama de casa?

De los nietos, el 37,09% es menor de tres años, el 40,31% está entre tres y seis años, y el 22,58% es mayor de seis años.

En la encuesta se recogían datos sobre la edad de escolarización de los niños, pero sus resultados no son significativos con respecto a los demás datos de la toma.

Tampoco es determinante, en la relación abuelos-nietos, el hecho de que trabajen los padres, según los resultados obtenidos.

La combinación de estos primeros datos con los que se refieren directamente al tipo de relación puede arrojar luz en algunos momentos, como veremos al final, pero en sí no significan gran cosa por lo que podrían obviarse en otra ocasión.
 

¿Dónde viven?

El 64,17% vive cerca, es decir, a menos de 100 km., y de ellos el 84,09% en la misma ciudad. El 5,97% vive en el mismo hogar o en el mismo edificio, pero la totalidad de este grupo es de abuelos maternos; no obstante, no se puede decir que los paternos vivan muy lejos.

Todos menos uno viven en piso o casa; el único que no lo hace así, aclara su hija que «El abuelo materno vivía con nosotros. Al venir aquí, a Granada, prefirió quedarse en Zaragoza porque vive en su ambiente y más cómodo. Además, allí tiene otros tres hijos casados. Si está en la residencia es porque allí se relaciona con personas de sus ideas y posibilidades. Tiene mejores servicios y ve cuanto quiere a hijos y nietos. Es un hotel-residencia donde viven transeúntes y fijos. Jóvenes y mayores. Solteros, viudos y matrimonios». ¿Habrá entre las encuestas no contestadas algunas que no lo hayan sido por no reconocer que tienen a sus padres en un asilo?
 

¿Cuándo se ven?

El 53,73% lo hacen frecuentemente (una vez en semana al menos), si bien con mayor incidencia los maternos (29,85% frente al 23,88%). El 11,94% se ven diariamente, pero esta relacion es exclusiva de los maternos. Sólo un 5,97% pasa más de un año sin verse.

Es más frecuente ir a ver a los abuelos (64,51%) que recibirlos en casa (35,42%). De los que vienen a casa lo hacen más los abuelos maternos (22,52%) que los paternos (12,90%).

Aunque no se puedan sistematizar los datos, por las muchas opciones que han tomado en este caso, se puede decir que en la mayoría de los encuentros entre los abuelos y los nietos han estado presentes los padres. Las pocas veces que se quedan abuelos y nietos sin esa presencia mediati~ zadora de los padres suele ser con los abuelos maternos. La madre no suele ir sola con los niños a visitar a sus suegros, ni el padre hace lo mismo con sus respectivos.

Los niños ven a sus abuelos paternos con la misma frecuencia que antes, desde que van a la guardería, pero en un 24,24% ven menos a sus abuelos maternos desde entonces, señal de que antes el abuelo o, sobre todo, la abuela se han hecho cargo de los niños. De hecho a un 6,5% de los niños los traen o llevan de la escuela sus abuelos maternos, y eso no lo hace ningún paterno. De todas formas son porcentajes bajos, lo mismo que cuando se trata de dejar a los ninos para salir a algún lado, que sólo en un 45,61% se dejan a los abuelos frente a un 54,38% de familias que confían los niños a otras personas, aunque en muchos casos quede dentro de la familia, al dejárselos a los tíos.
 

¿Cómo es la relación?

A fin de valorar debidamente este apartado, voy a reproducir la parte de la encuesta que se le refiere:

¿Cómo creéis que es la relación de vuestros padres con vuestros hijos?: los miman mucho... / no les hacen mucho caso... / se cansan de niños... / no varia con respecto a la vuestra... / les gusta dedicarles el tiempo que ahora tienen... / ¿al de qué edad prefieren?...

Si no es ninguna de las señaladas, poned aquí el tipo de relacion que es:

Hay otros nietos aparte de vuestros hijos?... ¿que diferencias hacen los abuelos entre éstos y los vuestros?...

Los niños van contentos a ver a los abuelos... / se oponen... / le da igual... / van por los regalos... / van por algo que hay en su casa que no tenéis en la vuestra (qué)...

Si hay otras reacciones, describidlas...

¿Estáis de acuerdo con vuestros padres en cómo educar a vuestros hijos?... / ¿Discutís por este tema?... / ¿Os hacen caso?... / ¿Hacen lo que les parece?... ¿Les hacéis caso?... /

¿Qué opinan los abuelos de que los menores de seis años vayan a la escuela infantil?:

Que estarían mejor con ellos... / que es un gasto inútil... / que así ellos descansan... / que es mejor para los niños... / otras opiniones(¿cuáles?)...

Estas preguntas se hacen por dos veces, una para los abuelos maternos y otra para los paternos.

Como se puede deducir de las preguntas, aquí es donde hay que poner más énfasis en la relatividad y falta de fiabilidad de las respuestas, pues se da ambigüedad en el planteamiento (¿cuándo se puede decir que se mima mucho?, por ejemplo). El hecho de que se puedan contestar afirmativamente varios items (se puede mimar y cansarse de los niños a la vez) hace que haya que hablar de actitudes positivas o negativas sin entrar en datalle. Posiblemente habría que combinar todas las respuestas de una familia para extraer una apreciación más justa de este apartado, pero el fin que yo me había propuesto era tomar el pulso a la corriente general, y con estos resultados tengo bastante; por otro lado, la vaguedad de las preguntas la intentan corregir los encuestados dando respuestas distintas a las prefijadas, lo cual las hace aún menos cuantificables.

En el campo de las respuestas positivas, incluyo las de que el trato no varía con los nietos con respecto al que tuvieron con los hijos, y que les gusta dedicarles el tiempo de que ahora disponen, y aquí se agrupa la mayoría (55,69%), aunque de nuevo los maternos destacan (33,44% frente a 20,25%); a este grupo se le puede añadir, aunque con reticencias, los que miman mucho, con lo que ya nos subimos al 79,74%, pero para aumentar la diferencia entre paternos y maternos (49,36% - 30,37%).

Sin embargo, en actitudes negativas (no les hacen caso o se cansan de ellos) , el 20,25% resultante se reparte equitativamente entre los abuelos de una y de otra rama.

En el apartado de otras relaciones hay una que dice: «sin llegar al excesivo mimo, es una relación distinta, de estar demasiado pendiente de los niños. Son moralizantes»; hay un par más que abundan en el proteccionismo y otra en la rigidez, seis que hablan en términos positivos y una despectiva: «pasan por la edad (87 años), ¡grogui!» .

En cuanto a las preferencias entre hermanos sólo se apuntan algunas a favor de los mayores, y no parecen significativas las que se refieren al sexo. Sí son más significativas las preferencias entre primos, aunque sólo se detectan en 14 de 52 casos. De esos 14 casos, 10 preferencias vienen determinadas por el mayor contacto con unos nietos concretos, 3 por ser los menores y uno demasiado cruel en el que una madre dice de los abuelos paternos con respecto a los primos: «a los otros los quieren».

Los niños por su parte no tienen mucho problema en estar con los abuelos, excepto en un caso de negativa a ver a los paternos. Hay once casos de indiferencia, justificados por la poca edad. Les da igual unos que otros abuelos, excepto en el caso señalado. Se dan algunas razones para querer ver a los abuelos: los primos, ir al pueblo, un perro, regalos, la televisión...

Las respuestas se concretan bastante más en el tema del acuerdo educativo: un 41,16% no está de acuerdo frente a un 32,25% que sí lo está. Hay más acuerdo (una vez más) con los abuelos maternos que con los paternos, aunque se discute más por estos temas con los maternos. De todas formas, parece que no es un tema batallable y la mayoría dice que no discuten, que no hacen caso de sus padres y que éstos hacen lo que quieren, aunque son los abuelos maternos los que hacen más caso de lo que se les dice sobre la educación de los nietos.

Donde la respuesta parecía condicionada era en la pregunta sobre si los abuelos pensaban que la escuela infantil era mejor para los nietos. Posiblemente estas respuestas serían distintas, si la encuesta se hubiera pasado a familias sin niños escolarizados en la etapa preobligatoria. Muchos no responden directamente, para poder matizar, y sólo cuatro abuelos reclaman a los nietos para sí. Por eso voy a reflejar aquí todas las respuestas fuera de for~ mulario que se han dado en este punto:

«Desde que ambos trabajamos no les parece mal.» «Que debería estar con la madre.» «Están contentos con la escuela.» «Que les falta el dinero de los dos.» «Lo ven bien, pero a partir de los tres años o más.» «No lo ven mal.» «No lo creen necesario.» «Les da lo mismo, ya que no residen en el mismo lugar.» «Al principio se opusieron, basándose en que era muy pequeño. Pero, al paso de los meses y tras hablar sobre ello, han comprendido que no es tan 'malo' . Más aún cuando han visto los resultados, para mi gusto, bastante óptimos.» «Lo ven normal, siempre hemos trabajado fuera de casa los dos.» «Comprenden que sobre todo deben estar con los padres.» «Antes de llevar al primero, pues si no nos fiábamos de ellos. Después que era mejor para los niños, puesto que ellos ya están desfasados y además reconocen que los vicios no educan.» «Respetan nuestra actuación y les parece bien.» «Al no vivir en la misma ciudad, no opinan mucho.» «En principio no eran partidarios, pero el desarrollo de los niños les parece bueno.» «No lo ven mal, aunque hubieran preferido que me hubiera quedado con él.» «Desde que trabajamos los dos no les parece mal.» «En nuestro caso, que aún no ha alcanzado los dos arios, piensan que, al no poder estar con los padres, con ellos estaríait mejor, pero a partir de dos años es bueno que se relacionen con otros niños.» «Al principio no estaba de acuerdo. Después hemos hablado varias veces con él de este tema, y la verdad la idea ya no le disgusta tanto.»
 

Otros datos

A la hora de valorar esta encuesta, se ha podido ver que hay claras diferencias entre los abuelos maternos y los paternos, favorables a los primeros. Sobre este punto, queda la duda de la tendenciosidad de quienes han contestado la encuesta: 61,76% de madres frente a 11,76% de padres. (El 26,47% restante afirman haberla rellenado juntos.) Es posible que, si la proporción a la hora de contestar fuera inversa, también variaran los datos que diferencian a abuelos maternos de paternos. De todas formas, es cierto que, en el esquema machista de nuestra sociedad, la infancia sigue siendo asunto de mujeres, desde que Rousseau lo impuso, y es normal que esa mujer responsable de sus hijos se apoye más en sus padres (y sobre todo en su madre) que en los padres de su compañero, por lo que las relaciones entre los nietos y los abuelos maternos serán mayores y más positivas.

Aparte de los datos directos obtenidos, he querido ver si la edad o el sexo de los niños determina el que los abuelos estén de acuerdo o no con los padres en la educación de los nietos. Con respecto al sexo, los resultados no son significativos, ya que no hay grandes diferencias entre los que están de acuerdo con la educación de los niños y de las niñas, ni entre los que no están de acuerdo. El factor edad sí resulta llamativo, porque, si bien no hay diferencia entre los que están de acuerdo y los que no, con respecto a los niños de EGB, con respecto a los niños de educación preobligatoria se da un fenómeno inverso:

- Con los niños menores de tres años, hay desacuerdo en un 32,35% de los casos y sólo en un 10,29% hay acuerdo.

- Con los niños entre tres y seis años, hay acuerdo en un 30,88% de los casos, mientras el desacuerdo se reduce al 23,52%.

Aun siendo parciales estos datos, quieren decir que algo está cambiando en el mundo de la educación, pues ya no se considera que sólo merece la pena gastarse el dinero en educar a los varones y que donde mejor está la hembra es en casa, aprendiendo de su madre. El hecho del empate con los niños de EGB se debe a que los abuelos no discuten la necesidad de llevar a los niños a la escuela, y las divergencias son en el trato familiar; sin embargo, el mayor grado de acuerdo en los niños de 3 a 6 años quiere decir que la sociedad va sintiendo la necesidad de escolarizar a los niños de estas edades (necesidad que se va perfilando a nivel legal con el futuro inicio de la educación obligatoria en otros centros escolares desde los cuatro años). El mayor grado de desacuerdo en los menores de tres años significa que la polémica sobre la edad conveniente para escolarizar a los niños sigue sin resolverse, y que los pocos niños de estas edades que ya van a la guardería lo hacen con bastante oposición de la familia, que ha de escudarse en la necesidad de ganar dos sueldos.

Es posible que la combinación de otros factores dieran datos significativos (jubilación - mayor relación; jubilación - menor acuerdo; mayor distancia - menor relación - mayor acuerdo; ...), pero tampoco hay que estrujar todos los datos por aquello de que los árboles nos impidan ver el bosque, así que aquí lo dejo, aunque ahí quedan los protocolos para seguir sacándoles provecho, tanto yo en otro momento como cualquier persona o institución a las que interese.

Con respecto a la posibilidad de hacer algún comentario al margen de la encuesta, se ha usado en diez casos, pero no aporta nada nuevo a los resultados, siendo más bien justificaciones en aquellos casos que se salían de la tónica que consideraban general.
 

Concluyendo

Los tipos de relaciones abuelos-nietos que se desprenden de las encuestas son bastante buenos. Tienen sus más y sus menos, como toda relación humana, y para mí lo positivo es que exista la relación; el cómo es esa relación es más discutible, y en todo caso lo que opinan los padres no es más que una versión parcial. Yo quería ver si había o no relación, y las diversas preguntas permitían comprobarlo; pero, si hubiera que analizar la calidad de la misma, también habría que encuestar a los abuelos, a los educadores de los nietos, a los tíos, a los vecinos...

Bástenos con saber que, en Granada, los niños y las niñas de 0 a 6 años (y sus hermanos mayores) que van a las guarderías municipales pueden contar con sus abuelas y abuelos, y eso me llena de optimismo: todavía los mass media no nos han ganado la batalla.

¿Es extrapolable el resultado? Sí, en igualdad de condiciones. ¿Y cuáles son las condiciones? Hay que tener en cuenta que la ciudad de Granada es un centro de servicios que atiende a una amplia zona del sector primario de producción, comprendida su propia provincia y las de Jaén, Almería y parte de la de Málaga. Ha ido recibiendo un movimiento inmigratorio de estas zonas, por lo que los orígenes de las familias que aquí viven (excepto los técnicos venidos de fuera) no están muy alejados. Luego los datos sobre relaciones familiares son extrapolables a otras ciudades de servicios, inmersas en zonas agropecuarias, que es el tipo de la mitad sur hispana; pero no parece que sean resultados válidos para ciudades industriales o de servicio en zonas industriales, pues los movimientos inmigratorios tienen su origen en zonas más alejadas, que cortan el contacto generacional. Vistos así, los resultados de esta encuesta pueden ser una lanza rota en favor de un modo de vida más acorde con el ecosistema, más cercano a sus orígenes, menos de macrociudades; porque todo árbol, para crecer, necesita afianzar bien sus raíces y no dejar de alimentarlas, y la raíz de toda persona son sus abuelos.


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