|
00 |
|
MOTIVOS DE LA
EXPOSICIÓN
Esta exposición surge a partir de dos factores estrechamente
relacionados: mi filosofía pictórica, dedicada por
completo a colaborar en la recuperación y tutela del ambiente
artístico y natural en su equilibrada relación con
el hombre, y la situación actual de Granada, ciudad de
grandes tradiciones históricas y artísticas que
parecen algo olvidadas o subestimadas por muchos de sus ciudadanos.
Quedé fuertemente
impresionado por la belleza y la grandeza cultural de Granada
desde la primera vez que la visité en 1983. Esta ciudad
es un caso único en el mundo no sólo por su naturaleza,
sino por su historia y su arte.
En primer lugar
la Alhambra, cuyo complejo arquitectónico y rica decoración
brillan como un faro en la historia cultural (todavía,
hoy) de toda España, las iglesias guarnecidas con refinada
decoración mudéjar, los edificios antiguos, renacentistas
y barrocos, las plazas, las fuentes, los jardines, los ángulos
más escondidos adornados con pequeños bajo relieves,
fuentes u otros sorprendentes detalles de artesanía local,
como la cerámica granadina, las lozas, los azulejos de
antiguo origen árabe, la taracea, etc.
En segundo lugar,
sin ser menos importante, la majestuosa Sierra Nevada con sus
rarezas naturalistas, la Vega con sus ubérrimos frutos,
y los ríos que atraviesan la ciudad: el Darro y el Genil.
En tercer lugar,
el cuerpo social con su cultura, su estructura y sus costumbres
de gran interés y aprecio. La gente, muestra viva preocupación
por la cultura, es en general, sociable, tiene gran respeto a
sus tradiciones históricas y artesanales, y prefiere vivir
la vida de todos los días antes que poseer bienes de consumo.
Naturalmente,
no faltan elementos negativos (las murallas de cemento de la especulación,
la polución del aire y de los ríos, la precaria
higiene urbana y tantos otros problemas sociales), como tampoco,
afortunadamente, las personas que trabajan a veces con gran sacrificio
personal, para cuidar y valorizar el patrimonio histórico-artístico
y ambiental. A estos últimos entiendo unirme idealmente
con esta exposición, para ofrecer mi modesta contribución
a la lucha cultural por el desarrollo equilibrado y el progreso
de Granada.
Esta obra gráfica
sobre Granada (que me gustaría volver a ver con la colaboración
de un experto de historia y de arte de la ciudad, de un arquitecto
y un naturalista, conocedores de riquezas monumentales y naturales,
para una eventual publicación) no ha sido organizada sistemática
y exhaustivamente por varios motivos: ha sido realizada con documentos
recogidos al azar, fotografiando todo lo que me pareció
digno de interés, ya por encontrarse en los lugares "sagrados"
de la cultura, ya por estar situado en sitios escondidos o casi
abandonados.
Pensé estructurar
configuraciones de imágenes de tres tipos: de arte, de
naturaleza (sobre todo plantas locales), y de gente de Granada.
El objetivo de los dibujos es que se manifieste un mensaje "secreto"
que induzca a las personas que vean la exposición a pensar
en la ciudad de Granada como un lugar en el que es posible "vivir"
mejor y con más participación; si, individual y
colectivamente, se utiliza parte del propio trabajo para la recuperación
y defensa del patrimonio artístico-cultural (natural y
humano). Hasta que tal patrimonio, una vez "redescubierto"
en su sentido más equilibrado, pueda proyectarse hacia
un futuro de progreso y de elevado civismo. Estoy convencido de
que Granada tiene todas las posibilidades abiertas.
Nicola Comunale
Rizzo
|
|
00 |
|
00 |
|
00 |
|
REFLEXIONES SOBRE
EL ARTE |
|
Alusión
a la tradición artística |
0 |
En la tradición histórica,
el Arte (con "A" mayúscula se entiende el arte
que comprende todas las actividades en los campos figurativo,
literario y musical) ha sido casi siempre una propiedad predominante
de las clases sociales que detenían el "poder público"
(aristocracia, oligarquía religiosa, oligarquía
militar, etc.).
|
0 |
00 |
|
|
La historia nos enseña
que entre el 1700 y el 1800 se produce un lento y gradual traspaso
de consignas del poder político desde la clase clerical-aristocrática
a la clase burguesa. En esta cesión de poder caen por
tierra algunos valores culturales. Entre ellos, los representados
por el arte en general y la pintura y escultura en particular.
El Arte pierde entonces el papel importante que había
desempeñado hasta ese momento, y se produce un fenómeno
de rechazo social del mismo. En definitiva, la nueva clase emergente
(la burguesía) asume otros valores que no utilizan la
creación Artística en las nuevas relaciones de
producción cultural.
|
|
El
Arte cae bajo al poder de la burguesía |
El
Arte vieja relíquia de la aristocracia |
|
Para la burguesía el
Arte estaba demasiado comprometido con la vieja clase aristocrática
y, para convertirlo a las nuevas ideologías burguesas,
necesitaba un esfuerzo de fantasía y suponía un
riesgo demasiado grande, por lo que se prefirió dejarlo
a un lado: El Arte era ya un viejo oropel del pasado rechazable
casi en su totalidad.
|
|
|
Es verdad que el Arte se puede
dividir en dos grandes corrientes distintas pero nunca separadas
de forma clara: una corriente que opera para legitimar y dar
brillo al poder dominante, y la otra que busca sin descanso
la "verdad" en su devenir y en todos sus infinitos
pliegues, adquiriendo un poder "revolucionario" tal,
que representa un peligro latente para el poder político
miope y tosco. (...) "para la conciencia
dominante una conciencia que quisiera las cosas diferentes es
siempre caótica por su alejamiento de todo lo que está
establecido" (1).
|
|
En
el Arte ha habido siempre dos grandes tendencias |
La
corriente revolucionaria |
|
Esta segunda corriente del Arte,
por razones obvias, siempre ha sido reprimida, o ignorada, o,
como mucho, tolerada en la historia de las Naciones y de los
Estados a lo largo del tiempo. Sin embargo la corriente revolucionaria
ha logrado, de un modo u otro, influir siempre sobre la corriente
artística "condescendiente" con el poder dominante.
|
|
|
Por ello se puede afirmar que
los Gobiernos que han favorecido y potenciado el Arte (en los
términos ya explicados), no sólo han recibido
a cambio grande prestigio y ganancia económica, sino
que, en último extremo, han disfrutado de un amplio beneficio.
En particular han podido asimilar sus valores, unas veces, integrándolos
otras rechazándolos, pero acusando siempre su fuerza
propulsora con innovaciones de progreso.
|
|
Beneficio
del Arte para la sociedad |
La
burguesía margina el Arte |
|
Llegada a los umbrales del poder,
La burguesía, ansiosa para reforzar su poder económico
y político, anula gradualmente a la clase aristocrática
y con ella su cultura y los valores que representaba, separando
violentamente del cuerpo vivo de la sociedad también
el Arte, sin haber siquiera intuido su potencial económico:
porque era considerada como el alma virtuosa de la odiada aristocracia.
- "La crisis del arte se encuadra
en el marco de la crisis más amplia y grave de las relaciones
entre la cultura y el poder" (2).
|
|
|
|
|
|
|
|
Por consiguiente, el Arte despojado
de su función social "natural" y expropiado
de sus caracteres históricamente adquiridos, entra en
una crisis de identidad muy profunda.
|
|
Exilio
del Arte |
Crisis
del ochocientos |
|
Apartado de su cauce "natural"
el arte ha sido obligado a replegarse sobre sí mismo
y a plantearse angustiosas preguntas. Los artistas han tenido
que inventarse nuevos objetivos para su arte en una situación
de creciente alienación. Por tanto no nos debe maravillar
el que tantas corrientes modernas y contemporáneas, además
de tantísimos artistas, se hayan lanzado ansiosamente
a la más disparatada búsqueda de nuevos mundos
y que, al final, una gran mayoría, haya desembocado en
universos vacíos, arbitrarios, o sin sentido.
|
|
|
Es verdad que, no se puede dar
crédito a la forma de la pintura "ochocentista"
(manierista y empalagosa) que intentaba sobrevivir desesperada
y paradójicamente más allá de su propia
muerte y que, además, ha provocado el justo rechazo de
los artistas modernos y contemporáneos.
|
|
Tradición
ochocentista |
Crisis
de valores y crisis del Arte |
|
Pero,
aunque no es oportuno abordar aquí una crisis de valores
y crítica al Arte moderno por razones obvias, conviene
subrayar que muchas de las causas de la crisis del Arte en el
último siglo (XX) se encuentran en la nueva estructuración
de los falsos valores inaugurados en el siglo XIX.
|
|
|
Los valores consolidados en
la historia del hombre como la habilidad manual y artística,
el saber, la investigación filosófica, la expresión
poética, la música, etc., fueron negados y sustituidos
por otros valores más afines a la naturaleza y más
cercanos a los intereses de la nueva clase hegemónica.
La cual entronizó un nuevo dios, "el interés
monetario" y edificó una nueva religión:
el "capitalismo".
|
|
Nuevo
dominio de los valores burgueses |
¿Ser
o Poseer? |
|
En resumen, se
puede afirmar que la burguesía ha sustituido gradualmente,
aunque no de forma absoluta, los valores del "ser" con
los valores del "poseer".
|
|
|
Aún hoy, los resultados de esta sustitución
de valores dan lugar a: que la gente vive una vida aparentemente
llena y satisfactoria dejando a un lado tranquilamente el arte,
la poesía, la música, y todas las obras culturales
que se producen en el mundo, llegando incluso a considerarlas
como "productos de lujo" para satisfacer caprichos
de gentes que se aburren.
|
|
Alienación
social del Arte |
Automarginación
de los artistas |
|
Junto a esta situación
social en la que parece que no haya necesidad del arte, hasta
el punto de que Argan llega a declarar "...la
muerte del arte como un hecho tal vez ya acaecido"(3),
contrasta la voluntad de los productores del Arte, en especial
de los pintores tendente a separarse de la sociedad "real"(4),
con una especie de autosegregación esnobista (que es
una verdadera automarginación). Por ello, los artistas
orientan sus intereses de forma preferente hacia elucubraciones
personales o corrientes artísticas que conquistan en
algunas ocasiones (por cierto escasísimas) cierto éxito
comercial y por tanto hacia estilos y contenidos alienantes.
Es notoria la convicción de muchos artistas y críticos
de que el arte más sublime tien como fin a sí
mismo (l'art pour l'art), que no tiene y no quiere tener relación
alguna con el mundo "real". - "Su
latente carácter de mercancía ha condenado la
creación "l'art pour l'art", al
interior del arte, a la vulgaridad"(5).
|
|
|
El desinterés por el
hombre social surge no sólo por la masiva influencia
condicionadora de la cultura dominante, sino también
por la deseducación producida por una enseñanza
"represora" de la creatividad y de la fantasía
autónoma, así como por el Arte mismo. Éste,
como un amante traicionado, se aleja de la sociedad "real",
y se encierra en sí mismo, autocoronándose rey
del universo-gueto de la abstracción, de lo informal
y de lo absurdo.
|
|
Desinterés
por parte del hombre social |
El
Arte es necesario |
|
En conclusión, se puede
afirmar que tal desinterés por el arte no legitima hoy
la idea de que él no sea necesario, nunca como en este
momento histórico ha parecido más urgente su necesidad.
"En toda la historia de la civilización
la experiencia estética constituye un componente necesario
de la experiencia global"(6).
Por otro lado, que el desinterés por el Arte sea superficial
y alienado, lo demuestran claramente algunos signos sociales:
*
La exigencia, reivindicada cada vez más por parte de
los jóvenes, de restituir a la fantasía su adecuado
papel y su justo valor.
* El aumento cada vez más masivo de la afluencia, sobre
todo de jóvenes, a las exposiciones de arte y a los museos.
* El volumen creciente de publicaciones sobre la creatividad
de los artistas y del pueblo llano, así como sobre otros
argumentos relacionados con el arte.
|
|
|
Hoy, por desgracia, debemos
lamentar entre los nuevos valores de la cultura dominante el
consumismo, la propaganda, el autoritarismo, y el automatismo.
El consumismo crea en el hombre
falsas necesidades (posesión, poder, éxito, etc.)
esclavizándolo y alienándolo de las necesidades
"reales" (creatividad, expresividad, afectividad,
etc.).
La publicidad globaliza y falsifica
los estilos, los gustos, las costumbres, y los modelos de comportamiento
social y personal, aplastando o borrando las idiosincrásias
étnicas e históricas. Además de favorecer
el consumismo en las formas más alienantes.
El autoritarismo genera la violencia,
la agresividad, el abuso y las faltas al respeto de la dignidad
humana, además de las guerras y el terrorismo.
El automatismo trae consigo los mitos de la eficiencia y del
"confort" con detrimento y grave devaluación
cultural de la "manualidad" (que es una de las necesidades
"reales"), y de la acción física del
hombre, haciéndole ignorar su esencia animal (que es
uno de sus factores imprescindibles) y desterrándolo
de su ambiente natural.
|
|
Los
nuevos ídolos de la sociedad moderna |
Nuevas
razones que hacen el Arte más necesario |
|
Considerando el grave daño
que se sigue provocando en el hombre, en la sociedad, y en el
ambiente, no se puede rechazar la idea de que el Arte pudiera
convertirse en instrumento privilegiado para fomentar la recuperación
cultural de los valores verdaderamente humanos y de las necesidades
"reales" del hombre, como también para desarrollar
una fuerte resistencia intelectual contra el ataque de los nuevos
"monstruos" del modernismo-capitalismo.
Se puede considerar, pues, que,
el Arte ha sido y es necesario en la medida en que responde
a necesidades "reales" (mentales y manuales) de la
humanidad, (Hegel: "El más
lógico motivo de la persistencia del arte es la persistencia
de las mismas necesidades" / Marx y Engels, “Scritti
sull’arte”, Ed. Laterza, Bari, 1978); pero es necesario
un Arte nuevo, un Arte que despierte en el hombre su conciencia
de su genuina esencia espiritual y animal, y de su identidad
histórica y cultural. Es necesario, en una palabra, crear
un arte para un nuevo humanismo cultural.
|
|
|
|
|
|
|
|
Si el Arte volviese a ser instrumento privilegiado de vida cultural
y de progreso civil, pero en dirección diferente a la
del pasado, se encontraría a sí mismo, descubriendo
un nuevo papel más adecuado y funcional respecto a los
nuevos intereses democráticos de la sociedad contemporánea.
Si el hombre volviese a ser destinatario principal de la imagen-acción
del Arte, recobraría la confianza y el respeto que le
son debidos. Se derrumbaría, por tanto, el "gran
muro" levantado en el reciente pasado que había
separado y que aún separa a los artistas y al Arte, de
la sociedad "real" -"Como
el trabajo, la ciencia y todas las actividades del hombre, el
Arte es un producto del desarrollo social, del hombre que se
hace hombre a través del propio trabajo"(7)-.
|
|
Nuevo Arte para un nuevo humanismo
|
Daños
sociales causados por el cambio de valores |
|
Los
daños que el hombre social ha debido acusar con la marginación
del Arte de la escena social y con la total sustitución
de sus valores más genuinos con otros artificiales, han
sido enormes y devastadores. Hasta el problema de la degradación
ambiental (uno de los problemas más graves de nuestra época,
que amenaza incluso la misma supervivencia humana) causado por
la acción destructiva del mismo hombre, puede remontarse
a la pérdida de uno de los valores "sustituidos":
el valor del equilibrio ambiental, sustituido por el nuevo valor
de la acumulación de recursos como máximo bien.
Por ello el hombre es inducido a poseer cada vez con más
obsesión, transformándose en una máquina
de rapiña que agrede ferozmente a la naturaleza y depaupera
sus recursos, con el "consumismo" y esparcimiento excesivos
de residuos que saquean y contaminan todo el planeta.
|
|
|
Es necesario que el hombre social
reivindique y reconquiste su necesidad del Arte en el sentido
más amplio y profundo. Redescubrir esta necesidad quiere
decir volver a encontrar la propia humanidad y reafirmar la
propia identidad y dignidad personal más auténtica.
|
|
Nueva
necesidad del hombre |
Necesidades
del ciudadano como ser pensante |
|
Hoy las sociedades más
“avanzadas” (en sentido mercantil-tecnológico
y político) se han organizado para responder institucionalmente
a las necesidades sociales y materiales del ciudadano (trabajo,
salud, casa, educación, democracia, justicia, etc.);
pero nada o casi nada han hecho para responder (o por lo menos
para fomentar la respuesta más justa) a las necesidades
culturales y psíquicas del hombre.
Debemos precisar,
sin embargo, que ni siquiera en el campo teórico (por
parte de los llamados "pensadores") se ha hecho mucho
para aclarar el contenido de tales necesidades, por lo que aún
hoy poco se sabe, y el mismo Bonsiepe, en 1975
(en su "Teoría y práctica del diseño
industrial", Feltrinelli, Milano pág. 18), afirma:
"Es necesario observar que mientras
disponemos hoy de procedimientos de valoración que nos
consienten verificar el componente material del valor de uso,
la calidad técnico-física de los productos, el
componente relativo a las necesidades psíquicas (por
ejemplo, "la exigencia estético-cultural")
constituye aún hoy un terreno inexplorado".
No se puede considerar al hombre
como un animal con cuerpo ávido de necesidades vitales
y con un cerebro que, necesitando pensar, imaginar, crear, amar,
se puede dejar pudrir...
No parece, por tanto, fuera
de lugar plantear una primera hipótesis sobre las necesidades
psíquicas y culturales del hombre con cuya satisfacción
la vida social se volvería más "vivible"
y más integra).
La lista de necesidades mentales que podríamos imaginar
como ejemplo es la siguiente:
I) de la "libre
expresión" de los impulsos afectivos, de las ideas
y de las fantasías;
II) de la
percepción sinestésica de sensaciones, de eventos
estimulantes y de señales del ambiente equilibradas
y tranquilizadoras.
III) de la
creación y plasmación de cosas hechas con las
propias manos (manualidad creativa) para proyectar y extender
el propio yo en el espacio y en el tiempo.
IV) de la
apropiación (o fruición) de obras y eventos
naturales o creadas, con las que poder "identificarse".
V) de la auto
estima: conciencia de saber, y de saber crear cosas propias
pudiendo relacionar el valor de la propia persona con el valor
de las cosas creadas.
VI) de la
aceptación (afectiva) y apreciación (efectiva)
de sí mismo por parte del grupo social en el que se
vive, respecto al papel desempeñado, al comportamiento
manifestado, a las ideas expresadas, y a las cosas creadas.
VII) de la
conservación de la "estabilidad" cultural
dinámica (no conservación), de los modelos de
comportamiento y de las normas y valores de la estructura
social.
VIII) de la
"libre" experimentación (o revisión
crítica) de los conocimientos, aquellos acumulados
a lo largo de la historia (teorías, leyes, nociones
varias, etc.) y también los nuevos que se nos transmiten
por los varios medios formativo-informativos.
IX) de la
interpretación personal (o adecuación a lo nuevo)
de los conocimientos adquiridos a partir de la propia experiencia,
o tomados del patrimonio social.
|
|
|
Cuanto más numerosas
sean las personas "liberadas", tanto más alto
será el potencial social de progreso civil, cultural,
y económico.
El Arte (como conjunto de obras
acumuladas en todos los países del mundo) ha resultado
ser, además, el producto más válido y duradero
de las civilizaciones más avanzadas en todas las épocas,
y hoy representa el patrimonio más importante de toda
la humanidad, incluso desde el punto de vista económico.
|
|
Utilidad
social del Arte |
Nueva
reflexión para la sociedad |
|
La
sociedad y sus organizaciones políticas y económicas
deberían reflexionar con criterios nuevos, modificando
radicalmente su actitud frente al arte y enfocando un proceso
de integración constructivo e innovador; mientras por lo
que respecta a los artistas, ellos deberían promover y
favorecer esta integración, dirigiéndose con su
arte, una vez más, hacia la sociedad "real".
La necesidad es recíproca. "EI
trabajo artístico es trabajo social y sociales son siempre
también sus productos"(8). |
|
|
Todos los Estados (gobiernos
y pueblos), individual y colectivamente, deberían promover
la recuperación y conservación de estas necesidades
del ciudadano; deberían proteger el Arte contemporáneo
y los derechos de los artistas, y el patrimonio histórico-artístico
con leyes orgánicas y estructuras adecuadas (en coordinación
con los museos y universidades), en las que podrían convivir
democráticamente actividades educativas e informativas,
experimentales y de investigación, exposiciones, encuentros,
intercambios, catálogos oficiales, informes periciales,
publicaciones periódicas, etc.
Ningún Estado verdaderamente democrático y civilizado
debería ignorar esta necesidad.
“La abolición del arte, en
una sociedad semibárbara y en camino de la barbarie total,
se hace cómplice social de esta última”(9).
|
|
Exigencia
de los Estados |
Relación
entre afición y profesionalidad |
|
Por otro lado, no se puede dejar
de lado el problema de la relación entre afición
y profesionalidad en el mundo del arte, porque hay en la actualidad
cierta ambigüedad que perjudica a ambos sectores.
Sería oportuno regular con suficiente claridad (a través
de una ley europea de tutela a la profesionalidad artística,
sin vicios corporativos) la relación o distinción
entre dos actividades legítimas de las personas:
1. Por una parte, la actividad creadora y libre de quien
siente el placer de recrear el propio mundo interior, para
soñar realizar sus deseos más profundos o mirarse
como en un espejo mágico a si mismo o para exorcizar
sus miedos, aun faltándole técnicas, habilidades
y conocimientos artísticos-profesionales;
2. Por otra parte la actividad artística profesional
de quienes dotados de unas particulares aptitudes creativas
y preparados en escuelas especializadas que le han permitido
desarrollar todas sus potenciales habilidades artísticas,
atestiguadas en sus inicios por las pertinentes titulaciones
conseguidas.
|
|
|
|
|
|
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS:
(1)
"para la conciencia dominante una conciencia que quisiera
las cosas diferentes es siempre caótica por su alejamiento
de todo lo que está establecido" (ADORNO, T. W.; “Teoria
estetica”, Einaudi, Torino, 1977, pág. 32).
(2)
"La crisis del arte se encuadra en el marco de la crisis
más amplia y grave de las relaciones entre la cultura y
el poder" (ARGAN, G. C.; “L’arte moderna 1770-1970”,
Sansón, Firenze, 1980, págg. 606-607).
(3)
"...la muerte del arte como un hecho tal vez ya acaecido"
(ARGAN, G. C.; “L’arte moderna 1770-1970”, Sansón,
Firenze, 1980, pág. 605).
(4) "real", esta palabra se asume con el significado
que tiene en la obra de Marx y Engels, “Scritti sull’arte”,
Ed. Laterza, Bari, 1978, pág. 31: “En la producción
social de sus existencias, los hombres entran en relaciones determinadas
y necesarias, independientes de sus voluntades, en relaciones
de producción que corresponden a un determinado grado de
desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto
de estas relaciones de producción constituye la estructura
económica de la sociedad, es decir, la base “real”
sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política,
a la que corresponden formas determinadas de conciencia social”.
(5)
"Su latente carácter de mercancía ha condenado
la creación "l'art pour l'art", al interior del
arte, a la vulgaridad" (ADORNO, T. W.; “Teoria estetica”,
Einaudi, Torino, 1977, pág. 396).
(6) "En toda la historia de la civilización la experiencia
estética constituye un componente necesario de la experiencia
global" (ARGAN, G. C.; “L’arte moderna 1770-1970”,
Sansón, Firenze, 1980, pág. 605).
(7)
"Como el trabajo, la ciencia y todas las actividades del
hombre, el Arte es un producto del desarrollo social, del hombre
que se hace hombre a través del propio trabajo" (LUKÀCS,
G.; “Arte e società II”, Editori Riuniti, Roma,
1977, pág. 172).
(8)
"EI trabajo artístico es trabajo social y sociales
son siempre también sus productos" (ADORNO, T. W.;
“Teoria estetica”, Einaudi, Torino, 1977, pág.
394).
(9) “La abolición del arte, en una sociedad semibárbara
y en camino de la barbarie total, se hace cómplice social
de esta última” (ADORNO, T. W.; “Teoria estetica”,
Einaudi, Torino, 1977, pág. 419).
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Nicola Comunale Rizzo |
|
|