CATALOGO

DE LA EXPOSICIÓN DE PINTURA

DE NICOLA COMUNALE RIZZO

GRANADA

1986

 

 

Organización:

Secretariado de Extensión Cultural de la Universidad de Granada.
JUAN JOSÉ RUIZ RICO
Vicerrector de Extensión Universitaria.
JOSÉ GARCÍA LEAL
Director del Secretariado de Extensión Cultural.
JUAN MANUEL GÓMEZ SEGADE
Director de la Sala de la Madraza.

Catálogo:

Dirección y Diseño:
JUAN MANUEL GÓMEZ SEGADE

Textos:

NICOLA COMUNALE
MARÍA SÁNCHEZ HERNÁNDEZ

Cartel:

NICOLA COMUNALE

Traducción:

JUAN MANUEL GÓMEZ SEGADE

Depósito Legal:

GR-235-1986

Edita:

Secretariado de Extensión Cultural de la Universidad de Granada.

Imprime:

T. Gráficos ARTE, S.A. Camino Torrecilla, s/n. MARACENA (Granada)

 

ÍNDICE


1. Motivos de la exposición
2. Reflexiones sobre el Arte
3. Sobre los creadores de Arte visual
4. Sobre el cuadro al óleo
5. Compromiso profesional y cultural del artista
6. Sobre el estilo
7. Sobre los materiales y sobre los instrumentos
8. Sobre la metodología proyectiva de la "Figura"
9. Datos Biográficos
10. Catálogo

 


 

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MOTIVOS DE LA EXPOSICIÓN
Esta exposición surge a partir de dos factores estrechamente relacionados: mi filosofía pictórica, dedicada por completo a colaborar en la recuperación y tutela del ambiente artístico y natural en su equilibrada relación con el hombre, y la situación actual de Granada, ciudad de grandes tradiciones históricas y artísticas que parecen algo olvidadas o subestimadas por muchos de sus ciudadanos.

Quedé fuertemente impresionado por la belleza y la grandeza cultural de Granada desde la primera vez que la visité en 1983. Esta ciudad es un caso único en el mundo no sólo por su naturaleza, sino por su historia y su arte.

En primer lugar la Alhambra, cuyo complejo arquitectónico y rica decoración brillan como un faro en la historia cultural (todavía, hoy) de toda España, las iglesias guarnecidas con refinada decoración mudéjar, los edificios antiguos, renacentistas y barrocos, las plazas, las fuentes, los jardines, los ángulos más escondidos adornados con pequeños bajo relieves, fuentes u otros sorprendentes detalles de artesanía local, como la cerámica granadina, las lozas, los azulejos de antiguo origen árabe, la taracea, etc.

En segundo lugar, sin ser menos importante, la majestuosa Sierra Nevada con sus rarezas naturalistas, la Vega con sus ubérrimos frutos, y los ríos que atraviesan la ciudad: el Darro y el Genil.

En tercer lugar, el cuerpo social con su cultura, su estructura y sus costumbres de gran interés y aprecio. La gente, muestra viva preocupación por la cultura, es en general, sociable, tiene gran respeto a sus tradiciones históricas y artesanales, y prefiere vivir la vida de todos los días antes que poseer bienes de consumo.

Naturalmente, no faltan elementos negativos (las murallas de cemento de la especulación, la polución del aire y de los ríos, la precaria higiene urbana y tantos otros problemas sociales), como tampoco, afortunadamente, las personas que trabajan a veces con gran sacrificio personal, para cuidar y valorizar el patrimonio histórico-artístico y ambiental. A estos últimos entiendo unirme idealmente con esta exposición, para ofrecer mi modesta contribución a la lucha cultural por el desarrollo equilibrado y el progreso de Granada.

Esta obra gráfica sobre Granada (que me gustaría volver a ver con la colaboración de un experto de historia y de arte de la ciudad, de un arquitecto y un naturalista, conocedores de riquezas monumentales y naturales, para una eventual publicación) no ha sido organizada sistemática y exhaustivamente por varios motivos: ha sido realizada con documentos recogidos al azar, fotografiando todo lo que me pareció digno de interés, ya por encontrarse en los lugares "sagrados" de la cultura, ya por estar situado en sitios escondidos o casi abandonados.

Pensé estructurar configuraciones de imágenes de tres tipos: de arte, de naturaleza (sobre todo plantas locales), y de gente de Granada. El objetivo de los dibujos es que se manifieste un mensaje "secreto" que induzca a las personas que vean la exposición a pensar en la ciudad de Granada como un lugar en el que es posible "vivir" mejor y con más participación; si, individual y colectivamente, se utiliza parte del propio trabajo para la recuperación y defensa del patrimonio artístico-cultural (natural y humano). Hasta que tal patrimonio, una vez "redescubierto" en su sentido más equilibrado, pueda proyectarse hacia un futuro de progreso y de elevado civismo. Estoy convencido de que Granada tiene todas las posibilidades abiertas.

Nicola Comunale Rizzo

 

 
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REFLEXIONES SOBRE EL ARTE

 
Alusión a la tradición artística
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En la tradición histórica, el Arte (con "A" mayúscula se entiende el arte que comprende todas las actividades en los campos figurativo, literario y musical) ha sido casi siempre una propiedad predominante de las clases sociales que detenían el "poder público" (aristocracia, oligarquía religiosa, oligarquía militar, etc.).

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La historia nos enseña que entre el 1700 y el 1800 se produce un lento y gradual traspaso de consignas del poder político desde la clase clerical-aristocrática a la clase burguesa. En esta cesión de poder caen por tierra algunos valores culturales. Entre ellos, los representados por el arte en general y la pintura y escultura en particular. El Arte pierde entonces el papel importante que había desempeñado hasta ese momento, y se produce un fenómeno de rechazo social del mismo. En definitiva, la nueva clase emergente (la burguesía) asume otros valores que no utilizan la creación Artística en las nuevas relaciones de producción cultural.

 

 
El Arte cae bajo al poder de la burguesía
El Arte vieja relíquia de la aristocracia
 

Para la burguesía el Arte estaba demasiado comprometido con la vieja clase aristocrática y, para convertirlo a las nuevas ideologías burguesas, necesitaba un esfuerzo de fantasía y suponía un riesgo demasiado grande, por lo que se prefirió dejarlo a un lado: El Arte era ya un viejo oropel del pasado rechazable casi en su totalidad.

 

 
 

Es verdad que el Arte se puede dividir en dos grandes corrientes distintas pero nunca separadas de forma clara: una corriente que opera para legitimar y dar brillo al poder dominante, y la otra que busca sin descanso la "verdad" en su devenir y en todos sus infinitos pliegues, adquiriendo un poder "revolucionario" tal, que representa un peligro latente para el poder político miope y tosco. (...) "para la conciencia dominante una conciencia que quisiera las cosas diferentes es siempre caótica por su alejamiento de todo lo que está establecido" (1).

 

 
En el Arte ha habido siempre dos grandes tendencias
La corriente revolucionaria
 

Esta segunda corriente del Arte, por razones obvias, siempre ha sido reprimida, o ignorada, o, como mucho, tolerada en la historia de las Naciones y de los Estados a lo largo del tiempo. Sin embargo la corriente revolucionaria ha logrado, de un modo u otro, influir siempre sobre la corriente artística "condescendiente" con el poder dominante.

 

 
 

Por ello se puede afirmar que los Gobiernos que han favorecido y potenciado el Arte (en los términos ya explicados), no sólo han recibido a cambio grande prestigio y ganancia económica, sino que, en último extremo, han disfrutado de un amplio beneficio. En particular han podido asimilar sus valores, unas veces, integrándolos otras rechazándolos, pero acusando siempre su fuerza propulsora con innovaciones de progreso.

 

 
Beneficio del Arte para la sociedad
La burguesía margina el Arte
 

Llegada a los umbrales del poder, La burguesía, ansiosa para reforzar su poder económico y político, anula gradualmente a la clase aristocrática y con ella su cultura y los valores que representaba, separando violentamente del cuerpo vivo de la sociedad también el Arte, sin haber siquiera intuido su potencial económico: porque era considerada como el alma virtuosa de la odiada aristocracia. - "La crisis del arte se encuadra en el marco de la crisis más amplia y grave de las relaciones entre la cultura y el poder" (2).

 
 

   
 

 

Por consiguiente, el Arte despojado de su función social "natural" y expropiado de sus caracteres históricamente adquiridos, entra en una crisis de identidad muy profunda.

 

 

 

Exilio del Arte

Crisis del ochocientos

 

Apartado de su cauce "natural" el arte ha sido obligado a replegarse sobre sí mismo y a plantearse angustiosas preguntas. Los artistas han tenido que inventarse nuevos objetivos para su arte en una situación de creciente alienación. Por tanto no nos debe maravillar el que tantas corrientes modernas y contemporáneas, además de tantísimos artistas, se hayan lanzado ansiosamente a la más disparatada búsqueda de nuevos mundos y que, al final, una gran mayoría, haya desembocado en universos vacíos, arbitrarios, o sin sentido.

 

 
 

Es verdad que, no se puede dar crédito a la forma de la pintura "ochocentista" (manierista y empalagosa) que intentaba sobrevivir desesperada y paradójicamente más allá de su propia muerte y que, además, ha provocado el justo rechazo de los artistas modernos y contemporáneos.

 
Tradición ochocentista
Crisis de valores y crisis del Arte
 
Pero, aunque no es oportuno abordar aquí una crisis de valores y crítica al Arte moderno por razones obvias, conviene subrayar que muchas de las causas de la crisis del Arte en el último siglo (XX) se encuentran en la nueva estructuración de los falsos valores inaugurados en el siglo XIX.

 

 
 

Los valores consolidados en la historia del hombre como la habilidad manual y artística, el saber, la investigación filosófica, la expresión poética, la música, etc., fueron negados y sustituidos por otros valores más afines a la naturaleza y más cercanos a los intereses de la nueva clase hegemónica. La cual entronizó un nuevo dios, "el interés monetario" y edificó una nueva religión: el "capitalismo".

 

 
Nuevo dominio de los valores burgueses
¿Ser o Poseer?  

En resumen, se puede afirmar que la burguesía ha sustituido gradualmente, aunque no de forma absoluta, los valores del "ser" con los valores del "poseer".

 

 
 

Aún hoy, los resultados de esta sustitución de valores dan lugar a: que la gente vive una vida aparentemente llena y satisfactoria dejando a un lado tranquilamente el arte, la poesía, la música, y todas las obras culturales que se producen en el mundo, llegando incluso a considerarlas como "productos de lujo" para satisfacer caprichos de gentes que se aburren.

 

 
Alienación social del Arte
Automarginación de los artistas
 

Junto a esta situación social en la que parece que no haya necesidad del arte, hasta el punto de que Argan llega a declarar "...la muerte del arte como un hecho tal vez ya acaecido"(3), contrasta la voluntad de los productores del Arte, en especial de los pintores tendente a separarse de la sociedad "real"(4), con una especie de autosegregación esnobista (que es una verdadera automarginación). Por ello, los artistas orientan sus intereses de forma preferente hacia elucubraciones personales o corrientes artísticas que conquistan en algunas ocasiones (por cierto escasísimas) cierto éxito comercial y por tanto hacia estilos y contenidos alienantes.
Es notoria la convicción de muchos artistas y críticos de que el arte más sublime tien como fin a sí mismo (l'art pour l'art), que no tiene y no quiere tener relación alguna con el mundo "real". - "Su latente carácter de mercancía ha condenado la creación "l'art pour l'art",
al interior del arte, a la vulgaridad"(5).

 

 
 

El desinterés por el hombre social surge no sólo por la masiva influencia condicionadora de la cultura dominante, sino también por la deseducación producida por una enseñanza "represora" de la creatividad y de la fantasía autónoma, así como por el Arte mismo. Éste, como un amante traicionado, se aleja de la sociedad "real", y se encierra en sí mismo, autocoronándose rey del universo-gueto de la abstracción, de lo informal y de lo absurdo.

 

 
Desinterés por parte del hombre social
El Arte es necesario
 

En conclusión, se puede afirmar que tal desinterés por el arte no legitima hoy la idea de que él no sea necesario, nunca como en este momento histórico ha parecido más urgente su necesidad. "En toda la historia de la civilización la experiencia estética constituye un componente necesario de la experiencia global"(6).
Por otro lado, que el desinterés por el Arte sea superficial y alienado, lo demuestran claramente algunos signos sociales:

* La exigencia, reivindicada cada vez más por parte de los jóvenes, de restituir a la fantasía su adecuado papel y su justo valor.
* El aumento cada vez más masivo de la afluencia, sobre todo de jóvenes, a las exposiciones de arte y a los museos.
* El volumen creciente de publicaciones sobre la creatividad de los artistas y del pueblo llano, así como sobre otros argumentos relacionados con el arte.

 

 
 

Hoy, por desgracia, debemos lamentar entre los nuevos valores de la cultura dominante el consumismo, la propaganda, el autoritarismo, y el automatismo.

El consumismo crea en el hombre falsas necesidades (posesión, poder, éxito, etc.) esclavizándolo y alienándolo de las necesidades "reales" (creatividad, expresividad, afectividad, etc.).

La publicidad globaliza y falsifica los estilos, los gustos, las costumbres, y los modelos de comportamiento social y personal, aplastando o borrando las idiosincrásias étnicas e históricas. Además de favorecer el consumismo en las formas más alienantes.

El autoritarismo genera la violencia, la agresividad, el abuso y las faltas al respeto de la dignidad humana, además de las guerras y el terrorismo.


El automatismo trae consigo los mitos de la eficiencia y del "confort" con detrimento y grave devaluación cultural de la "manualidad" (que es una de las necesidades "reales"), y de la acción física del hombre, haciéndole ignorar su esencia animal (que es uno de sus factores imprescindibles) y desterrándolo de su ambiente natural.

 

 
Los nuevos ídolos de la sociedad moderna
Nuevas razones que hacen el Arte más necesario
 

Considerando el grave daño que se sigue provocando en el hombre, en la sociedad, y en el ambiente, no se puede rechazar la idea de que el Arte pudiera convertirse en instrumento privilegiado para fomentar la recuperación cultural de los valores verdaderamente humanos y de las necesidades "reales" del hombre, como también para desarrollar una fuerte resistencia intelectual contra el ataque de los nuevos "monstruos" del modernismo-capitalismo.

Se puede considerar, pues, que, el Arte ha sido y es necesario en la medida en que responde a necesidades "reales" (mentales y manuales) de la humanidad, (Hegel: "El más lógico motivo de la persistencia del arte es la persistencia de las mismas necesidades" / Marx y Engels, “Scritti sull’arte”, Ed. Laterza, Bari, 1978); pero es necesario un Arte nuevo, un Arte que despierte en el hombre su conciencia de su genuina esencia espiritual y animal, y de su identidad histórica y cultural. Es necesario, en una palabra, crear un arte para un nuevo humanismo cultural.

 

 

 
     
 


Si el Arte volviese a ser instrumento privilegiado de vida cultural y de progreso civil, pero en dirección diferente a la del pasado, se encontraría a sí mismo, descubriendo un nuevo papel más adecuado y funcional respecto a los nuevos intereses democráticos de la sociedad contemporánea. Si el hombre volviese a ser destinatario principal de la imagen-acción del Arte, recobraría la confianza y el respeto que le son debidos. Se derrumbaría, por tanto, el "gran muro" levantado en el reciente pasado que había separado y que aún separa a los artistas y al Arte, de la sociedad "real" -"Como el trabajo, la ciencia y todas las actividades del hombre, el Arte es un producto del desarrollo social, del hombre que se hace hombre a través del propio trabajo"(7)-.

 

 

Nuevo Arte para un nuevo humanismo
Daños sociales causados por el cambio de valores
 
Los daños que el hombre social ha debido acusar con la marginación del Arte de la escena social y con la total sustitución de sus valores más genuinos con otros artificiales, han sido enormes y devastadores. Hasta el problema de la degradación ambiental (uno de los problemas más graves de nuestra época, que amenaza incluso la misma supervivencia humana) causado por la acción destructiva del mismo hombre, puede remontarse a la pérdida de uno de los valores "sustituidos": el valor del equilibrio ambiental, sustituido por el nuevo valor de la acumulación de recursos como máximo bien. Por ello el hombre es inducido a poseer cada vez con más obsesión, transformándose en una máquina de rapiña que agrede ferozmente a la naturaleza y depaupera sus recursos, con el "consumismo" y esparcimiento excesivos de residuos que saquean y contaminan todo el planeta.


 
 

Es necesario que el hombre social reivindique y reconquiste su necesidad del Arte en el sentido más amplio y profundo. Redescubrir esta necesidad quiere decir volver a encontrar la propia humanidad y reafirmar la propia identidad y dignidad personal más auténtica.

 

 
Nueva necesidad del hombre
Necesidades del ciudadano como ser pensante
 

Hoy las sociedades más “avanzadas” (en sentido mercantil-tecnológico y político) se han organizado para responder institucionalmente a las necesidades sociales y materiales del ciudadano (trabajo, salud, casa, educación, democracia, justicia, etc.); pero nada o casi nada han hecho para responder (o por lo menos para fomentar la respuesta más justa) a las necesidades culturales y psíquicas del hombre.

Debemos precisar, sin embargo, que ni siquiera en el campo teórico (por parte de los llamados "pensadores") se ha hecho mucho para aclarar el contenido de tales necesidades, por lo que aún hoy poco se sabe, y el mismo Bonsiepe, en 1975 (en su "Teoría y práctica del diseño industrial", Feltrinelli, Milano pág. 18), afirma: "Es necesario observar que mientras disponemos hoy de procedimientos de valoración que nos consienten verificar el componente material del valor de uso, la calidad técnico-física de los productos, el componente relativo a las necesidades psíquicas (por ejemplo, "la exigencia estético-cultural") constituye aún hoy un terreno inexplorado".

No se puede considerar al hombre como un animal con cuerpo ávido de necesidades vitales y con un cerebro que, necesitando pensar, imaginar, crear, amar, se puede dejar pudrir...

No parece, por tanto, fuera de lugar plantear una primera hipótesis sobre las necesidades psíquicas y culturales del hombre con cuya satisfacción la vida social se volvería más "vivible" y más integra).
La lista de necesidades mentales que podríamos imaginar como ejemplo es la siguiente:

I) de la "libre expresión" de los impulsos afectivos, de las ideas y de las fantasías;

II) de la percepción sinestésica de sensaciones, de eventos estimulantes y de señales del ambiente equilibradas y tranquilizadoras.

III) de la creación y plasmación de cosas hechas con las propias manos (manualidad creativa) para proyectar y extender el propio yo en el espacio y en el tiempo.

IV) de la apropiación (o fruición) de obras y eventos naturales o creadas, con las que poder "identificarse".

V) de la auto estima: conciencia de saber, y de saber crear cosas propias pudiendo relacionar el valor de la propia persona con el valor de las cosas creadas.

VI) de la aceptación (afectiva) y apreciación (efectiva) de sí mismo por parte del grupo social en el que se vive, respecto al papel desempeñado, al comportamiento manifestado, a las ideas expresadas, y a las cosas creadas.

VII) de la conservación de la "estabilidad" cultural dinámica (no conservación), de los modelos de comportamiento y de las normas y valores de la estructura social.

VIII) de la "libre" experimentación (o revisión crítica) de los conocimientos, aquellos acumulados a lo largo de la historia (teorías, leyes, nociones varias, etc.) y también los nuevos que se nos transmiten por los varios medios formativo-informativos.

IX) de la interpretación personal (o adecuación a lo nuevo) de los conocimientos adquiridos a partir de la propia experiencia, o tomados del patrimonio social.


 
 

Cuanto más numerosas sean las personas "liberadas", tanto más alto será el potencial social de progreso civil, cultural, y económico.

El Arte (como conjunto de obras acumuladas en todos los países del mundo) ha resultado ser, además, el producto más válido y duradero de las civilizaciones más avanzadas en todas las épocas, y hoy representa el patrimonio más importante de toda la humanidad, incluso desde el punto de vista económico.

 
Utilidad social del Arte
Nueva reflexión para la sociedad
 
La sociedad y sus organizaciones políticas y económicas deberían reflexionar con criterios nuevos, modificando radicalmente su actitud frente al arte y enfocando un proceso de integración constructivo e innovador; mientras por lo que respecta a los artistas, ellos deberían promover y favorecer esta integración, dirigiéndose con su arte, una vez más, hacia la sociedad "real". La necesidad es recíproca. "EI trabajo artístico es trabajo social y sociales son siempre también sus productos"(8).
 
 

Todos los Estados (gobiernos y pueblos), individual y colectivamente, deberían promover la recuperación y conservación de estas necesidades del ciudadano; deberían proteger el Arte contemporáneo y los derechos de los artistas, y el patrimonio histórico-artístico con leyes orgánicas y estructuras adecuadas (en coordinación con los museos y universidades), en las que podrían convivir democráticamente actividades educativas e informativas, experimentales y de investigación, exposiciones, encuentros, intercambios, catálogos oficiales, informes periciales, publicaciones periódicas, etc.
Ningún Estado verdaderamente democrático y civilizado debería ignorar esta necesidad.
La abolición del arte, en una sociedad semibárbara y en camino de la barbarie total, se hace cómplice social de esta última(9).

 

 
Exigencia de los Estados
Relación entre afición y profesionalidad
 
Por otro lado, no se puede dejar de lado el problema de la relación entre afición y profesionalidad en el mundo del arte, porque hay en la actualidad cierta ambigüedad que perjudica a ambos sectores.

Sería oportuno regular con suficiente claridad (a través de una ley europea de tutela a la profesionalidad artística, sin vicios corporativos) la relación o distinción entre dos actividades legítimas de las personas:

1. Por una parte, la actividad creadora y libre de quien siente el placer de recrear el propio mundo interior, para soñar realizar sus deseos más profundos o mirarse como en un espejo mágico a si mismo o para exorcizar sus miedos, aun faltándole técnicas, habilidades y conocimientos artísticos-profesionales;

2. Por otra parte la actividad artística profesional de quienes dotados de unas particulares aptitudes creativas y preparados en escuelas especializadas que le han permitido desarrollar todas sus potenciales habilidades artísticas, atestiguadas en sus inicios por las pertinentes titulaciones conseguidas.

 
 

 

...En costrucción...

 

 
  NOTAS BIBLIOGRÁFICAS:

(1) "para la conciencia dominante una conciencia que quisiera las cosas diferentes es siempre caótica por su alejamiento de todo lo que está establecido" (ADORNO, T. W.; “Teoria estetica”, Einaudi, Torino, 1977, pág. 32).

(2) "La crisis del arte se encuadra en el marco de la crisis más amplia y grave de las relaciones entre la cultura y el poder" (ARGAN, G. C.; “L’arte moderna 1770-1970”, Sansón, Firenze, 1980, págg. 606-607).

(3) "...la muerte del arte como un hecho tal vez ya acaecido" (ARGAN, G. C.; “L’arte moderna 1770-1970”, Sansón, Firenze, 1980, pág. 605).

(4) "real", esta palabra se asume con el significado que tiene en la obra de Marx y Engels, “Scritti sull’arte”, Ed. Laterza, Bari, 1978, pág. 31: “En la producción social de sus existencias, los hombres entran en relaciones determinadas y necesarias, independientes de sus voluntades, en relaciones de producción que corresponden a un determinado grado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, es decir, la base “real” sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política, a la que corresponden formas determinadas de conciencia social”.

(5) "Su latente carácter de mercancía ha condenado la creación "l'art pour l'art", al interior del arte, a la vulgaridad" (ADORNO, T. W.; “Teoria estetica”, Einaudi, Torino, 1977, pág. 396).

(6) "En toda la historia de la civilización la experiencia estética constituye un componente necesario de la experiencia global" (ARGAN, G. C.; “L’arte moderna 1770-1970”, Sansón, Firenze, 1980, pág. 605).

(7) "Como el trabajo, la ciencia y todas las actividades del hombre, el Arte es un producto del desarrollo social, del hombre que se hace hombre a través del propio trabajo" (LUKÀCS, G.; “Arte e società II”, Editori Riuniti, Roma, 1977, pág. 172).

(8) "EI trabajo artístico es trabajo social y sociales son siempre también sus productos" (ADORNO, T. W.; “Teoria estetica”, Einaudi, Torino, 1977, pág. 394).

(9) “La abolición del arte, en una sociedad semibárbara y en camino de la barbarie total, se hace cómplice social de esta última” (ADORNO, T. W.; “Teoria estetica”, Einaudi, Torino, 1977, pág. 419).

 
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
  Nicola Comunale Rizzo