DECLARACIÓN del Congreso Internacional
«Qué Universidad para el mañana?
Hacia una evolución transdisciplinar de la Universidad»
Locarno, Suiza (30 de abril- 2 de
mayo de 1997)
- Los participantes en el Congreso Internacional, Qué
Universidad para el mañana? Hacia una evolución transdisciplinar
de la Universidad, (Monte Verittà, Suiza, 30 de abril- 2 de mayo de
1997) aprueban plenamente la finalidad del proyecto CIRET-UNESCO, objeto
de los debates del Congreso: hacer evolucionar a la Universidad hacia el estudio
de lo universal en el contexto de una aceleración sin precedentes
de los saberes parcelarios. Esta evolución es inseparable de la búsqueda
transdisciplinar, es decir, de lo que existe entre, a través y más
allá de todas las disciplinas.
- Pese a las condiciones extremadamente distintas entre una universidad
y otra y de un país a otro, la desorientación de la Universidad
se ha convertido en un fenómeno mundial. Múltiples síntomas
ocultan la causa general de esta desorientación: la privación
del sentido y la escasez universal de éste. La búsqueda del
sentido pasa necesariamente por la educación integral del ser humano,
a la que la transdisciplinariedad puede contribuir a abrir el camino.
- Los participantes hacen una llamada solemne a la UNESCO y a
todos sus países miembros, a la vez que a las autoridades universitarias
del mundo entero, con la finalidad de que se haga todo lo posible para hacer
penetrar el pensamiento complejo y la transdisciplinariedad dentro de las
estructuras y los programas de la Universidad del mañana.
- La Universidad no sólo está amenazada por la
ausencia de sentido, sino también por el rechazo a compartir los conocimientos.
La información que circula dentro del ciberespacio engendra una riqueza
sin precedentes en la historia. Dando cuenta de la evolución actual,
cabe temer que los info-pobres devengan más y más pobres, y
los info-ricos más y más ricos. Una de las vocaciones de la
transdisciplinariedad es la búsqueda de medidas necesarias para adaptar
la Universidad a la era cibernética. La Universidad debe ser una zona
franca del ciber-espacio-tiempo.
- El reparto universal de los conocimientos no podrá tener
lugar sin la emergencia de una nueva tolerancia fundada sobre la actitud
transdisciplinar, la cual cosa implica la puesta en práctica de la
visión transcultural, transreligiosa, transpolítica y transnacional.
De aquí la relación directa y ineludible entre paz y transdisciplinariedad.
- La transdisciplinariedad está globalmente abierta. Definirla
por la lógica clásica supondría encerrarla dentro de
un pensamiento único. Los niveles de realidad son indisociables de
los niveles de percepción, y éstos fundan la verticalidad de
los grados de transdisciplinariedad. La vía transdisciplinar es inseparable
a la vez de una nueva visión y de una experiencia vivida. Es una vía
de autotransformación orientada hacia el conocimiento de uno, hacia
la unidad del conocimiento y hacia la creación de un nuevo arte de
vivir.
- La separación entre ciencia y cultura que se ha producido
hace poco más de tres siglos es una de las más peligrosas.
De un lado, los poseedores de un saber puro y duro, y del otro, los practicantes
de un saber equívoco y impreciso. Esta divergencia se refleja inevitablemente
en el funcionamiento de las universidades desde que éstas favorecen
el desarrollo acelerado de la cultura científica al precio de la negación
del sujeto y del desvanecimiento del sentido. No hay que escatimar esfuerzos
para reunificar a las dos culturas artificialmente antagónicas - cultura
científica y cultura literaria o artística - para su superación
en una nueva cultura transdisciplinar, condición previa de una transformación
de las mentalidades.
- El problema clave más complejo de la evolución
transdisciplinar de la Universidad es el de la formación de formadores.
Las universidades podrían contribuir plenamente a la creación
y al funcionamiento de verdaderos "Institutos de la búsqueda del sentido"
que tendrían, a la fuerza, efectos beneficiosos para la supervivencia,
la vida y el esplendor de las universidades.
- Una educación auténtica no puede orientar el
conocimiento hacia el único polo exterior del Objeto enterrado bajo
centenares de disciplinas de investigación sin orientar al mismo tiempo
su interrogación hacia el polo interior del Sujeto. En esta perspectiva,
la educación transdisciplinar evalúa de nuevo el papel de la
intuición donadora originaria, del imaginario, de la sensibilidad
y del cuerpo dentro de la transmisión de conocimientos.
Comité
de redacción de la Declaración: Michel Camus y Basarab Nicolescu.
Monte Verità, Locarno, 2 de mayo de 1997