THERAPEIA
Jornadas Internacionales sobre Filosofía y Patologías de Civilización

Granada, miércoles 28 - jueves 29 de Septiembre, 2011
Sede: Departamento de Filosofía II, Facultad de Filosofía y Letras (Edificio B, Psicología)


 
 
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Si la filosofía, aun ocupándose de problemas permanentes, está llamada al mismo tiempo a hacerse eco de los problemas de su época, respondiendo a los desafíos de su presente y ex-poniéndose a través de ellos, entonces no puede, en nuestra actualidad, cerrar los ojos ante la evidencia de que nos encontramos en una cultura enferma.

El problema de la enfermedad o la salud de la cultura ha sido cuestión fundamental para gran parte de los pensadores contemporáneos. Algunos han sido explícitos en este asunto, como F. Nietzsche, desde las filas de la filosofía de la sospecha, o aquellos que conformaron la Escuela de Francfort, desde una ilustración desencantada. La sustitución de una razón de principios por una racionalidad estratégico-instrumental es, para estos últimos, el acontecimiento profundo y omniabarcante que ha conducido finalmente a la degradación de la autonomía y la dignidad del hombre y que genera en superficie una enorme variedad de
patologías sociales. Refiriéndose, de igual modo, a la totalidad de Occidente, el primero diagnosticó multidud de síntomas morbosos que auguraba para nuestro momento actual, remitiéndolos al oscuro motor del nihilismo, es decir, de la pérdida de valor de la vida creciente y creativa en favor de un desierto en el que se solazan la inercia y la voluntad de nada. Desde entonces el pensamiento europeo no ha cesado en la autocrítica de nuestra cultura. La colonización del mundo de la vida por la razón instrumental sigue siendo la clave para los nuevos ilustrados. La descripción de nuestro nihilismo negativo, que convierte a todo lo existente en existencias, en objetos a la disposición del arbitrio humano, como latas en el mercado, ha sido impulsada por Heidegger. Y, por acabar aquí, el eco de tales denuncias persiste por múltiples caminos, entre ellos el del postestructuralismo, sacando a la luz los dispositivos de poder que nos secuestran en el adiestramiento (Foucault), las ínfulas del pensamiento identitario (Derrida) o las miserias del hombre que ya no aspira a una nueva tierra (Deleuze).

Este inquietante estado de enfermedad de nuestra cultura occidental está siendo, por lo demás, estudiado por sociólogos, politólogos y psiquiatras, con la audacia suficiente como para poner de manifiesto el aumento exponencial de nuestro malestar generalizado, azuzado por las nuevas formas en que domina el capital, por la anorexia ideológica o por el carácter inhóspito de nuestra forma de vida, capaz de conducirnos a la psicosis colectiva.

Pocas dudas, pues, hay sobre el hecho de que nuestro presente está amenazado por lo que podríamos llamar patologías de civilización. Es necesario observarlas, no meramente como síntomas de pequeños malestares íntimos, sino como expresiones de un malestar ontológico, es decir, sostenido por visiones del mundo y por prácticas vitales que actúan desde la trastienda de nuestra conciencia como si fuesen mecanismos o fuerzas ciegas. Mirando así las cosas, nos reconocemos en un mundo decadente en cuyo análisis deben unirse la filosofía y otros ámbitos del saber, como la psicopatología o la sociología. Este es el objeto de reflexión de las jornadas, que rescatan el término griego Therapeia para recordar que la filosofía no ha sido nunca ajena a este problema crucial.

Será público y gratuito.
Se entregará certificado de asistencia. Los interesados deberán firmar al inicio de las mañanas y de las tardes