ANÁLISIS DEL TERRITORIO: LA PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA

Para determinar el patrón de asentamiento en el Alto Guadalquivir se han realizado una serie de prospecciones arqueológicas superficiales en determinadas áreas de esta región con el objetivo de localizar los posibles yacimientos arqueológicos, huellas fósiles de los poblados del pasado. Se ha documentado un elevado número de asentamientos de la Edad del Bronce tanto en los valles de algunos ríos que descienden desde Sierra Morena hasta el Guadalquivir (Rumblar y Jándula) como en la Depresión Linares-Bailén y en la Loma de Úbeda. Estos datos recogidos junto a las características del medio han servido para elaborar un primer modelo sobre el poblamiento de esta zona en el segundo milenio a.C.

El patrón de asentamiento definido para la cuenca del Rumblar

El modelo de asentamiento para la cuenca del río Rumblar implica una organización jerarquizada del territorio con tres tipos básicos de asentamientos:

- Poblados de tamaño medio (por ej,, La Verónica, Peñalosa y Cerro de las Obras en Baños de la Encina). Son poblados de más de 1 Ha. de extensión, ocupando una posición estratégica, bien en espolones dominando el valle del río Rumblar o bien en cerros más alejados del valle en sentido estricto, pero siempre manteniendo una interconexión visual hasta la zona de La Carolina. Muestran un hábitat en terrazas artificiales y con potentes sistemas de fortificación.

- Poblados de tamaño inferior a 1 Ha., con un eminente carácter estratégico, fuertes sistemas de fortificación y alta visibilidad, destinados a mejorar la interconexión visual entre los poblados y el control interior de la cuenca especialmente en relación a los mayores asentamientos. Son auténticos fortalezas de pequeño tamaño, como Piedras Bermejas, fortín de planta absidal en conexión con La Verónica.

- Poblados ligados directamente a los afloramientos metalúrgicos y situados en lugares muy altos, hasta ahora principalmente localizados en los límites de la cuenca del Rumblar con la del Jándula, donde son más frecuentes.

En la Depresión Linares-Bailén, hacia mediados del II milenio, asistimos a la formación de un nuevo modelo de poblamiento que muestra una mayor complejidad en la ordenación del territorio con respecto a las fases de ocupación anteriores, ocupándose además permanentemente nuevas zonas. En esta área parece existir una doble estrategia económica:

- Poblados localizados en las tierras de mayores posibilidades agrícolas, ubicándose sobre zonas amesetadas, continuando con los modelos tradicionales de ocupación del III milenio.

- Poblados que se sitúan cerca de los afloramientos cupríferos y de las zonas de tradicional aprovechamiento ganadero. Se alejan de las tierras más aptas para el cultivo, estableciéndose en un paisaje actual de dehesa. En este modelo se observa un complejo entramado de control que diferencia asentamientos de nueva planta (verdaderas colonias) y núcleos tradicionales que no se han abandonado y que parecen constituirse en los focos de referencia y puntos capitales.

La cuenca del río Jándula

Durante la Edad del Bronce la cuenca del río Jándula, que constituye una de las vías naturales de comunicación entre el Valle del Guadalquivir y el sur de La Mancha, presenta un intenso poblamiento. Los yacimientos localizados presentan unas características comunes: son asentamientos de nueva planta y con un excepcional estado de conservación, pero también muestran un menor grado de homogeneidad en tamaño con respecto a los anteriormente referidos para el Rumblar. Se ha podido determinar un modelo de poblamiento formado por varios grupos de yacimientos:

- Un núcleo en torno al pantano del Jándula constituido por asentamientos situados por debajo de la cota de nivel de los 400 m. y con una extensión superior a 1 Ha.

- Un segundo grupo se sitúa por encima de los 500 m. de altura y presenta unas dimensiones superiores a las 2 Ha. Estos poblados se sitúan en las proximidades de la Depresión del Guadalquivir.

- En la apertura del río Jándula al Guadalquivir nos encontramos el poblado de Las Cabrerizas, fuertemente amurallado, con una extensión que supera las 4 Ha., definiéndose como el asentamiento de mayor entidad y como el centro jerárquico de la compleja ordenación de la ocupación en la cuenca del río Jándula.

- Existen además otros asentamientos de pequeñas dimensiones que en su localización parecen tener una determinada funcionalidad estratégica.

El poblamiento en la Depresión Linares-Bailén

Los poblados de la Depresión Linares-Bailén tienden a ocupar las zonas de control de pasos, vados especialmente entre el Rumblar y La Loma, como por ej. en el Guadiel, donde destaca el Cerro de Buena Plata.

Si tenemos en cuenta la diferenciación entre poblados de nueva planta y poblados tradicionales podemos comprender el hecho de que el sistema de explotación territorial en torno a La Loma de Úbeda permanezca básicamente aun cuando el sistema de jerarquización de los asentamientos que existía durante el Cobre Pleno se va a reestructurar en función de una nueva organización social. De esta forma, van a pervivir poblados situados en el reborde de La Loma como Baeza, Úbeda, Sabiote, etc., mientras que en los valles se va a producir una reestructuración que supondrá el abandono de algunos asentamientos, aunque no el fin de la ocupación de las zonas que controlaban.

Se incrementará por el contrario en la Edad del Bronce el poblamiento junto al Guadalimar, que se convierte en el punto de partida de la avanzada de la nueva colonización referida en los apartados previos y que venía impulsada desde los centros de poblamiento anterior y no directamente desde el Sureste.

En conclusión, en el Alto Guadalquivir se aprecia el intento de control de todas las rutas de desplazamiento desde la cuenca del Rumblar en conexión con los centros del oeste de la Depresión Linares-Bailén y avanzando en cuña hasta la zona de La Carolina, mientras la zona del Jándula muestra importantes diferencias en la articulación de los poblados, con un grado mayor de centralización en torno a Las Cabrerizas, como muestran las diferencias de tamaño entre los asentamientos, una diferencia que puede tal vez extenderse a determinadas zonas de la Vega del Guadalquivir.